Los pendientes del sexenio
Alberto Vieyra G. miércoles 28, Nov 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Cuáles han sido los presidentes de la República más vendepatrias y odiados? ¿Quiénes han sido los presidentes más asesinos de México? ¿Es Peña Nieto el campeón nacional en asesinatos y corrupción?
Vaya demoledoras preguntas que me hacen mis tres lectores y radioescuchas y con gusto doy respuesta:
Sin duda que el presidente más asesino de México es sin duda el chacal Victoriano Huerta Márquez, de origen huichol que asesinó a más de 1 millón de mexicanos durante la segunda etapa de la Revolución Mexicana tras haberles quitado la vida al presidente Francisco I. Madero, al vicepresidente José María Pino Suárez, además al ínclito senador chiapaneco Belisario Dominguez. Entre muchos otros notables.
En segundo lugar, figura la oligarquía sonorense encabezado por Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón Salido, Benjamín Gil y Abelardo L. Rodríguez quienes se despacharon al otro patio a 830 compatriotas comenzando por el presidente de la República Venustiano Carranza Garza.
En la lucha por la silla envenenada, es decir, por la silla presidencial a Pancho Villa y Emiliano Zapata.
Solito con sus esbirros Álvaro Obregón asesinó a más de 500 incluyendo a su compadre, el general Francisco Serrano.
Y como “el que a hierro mata a hierro muere” Obregón Salido caería bajo la descarga asesina de la Iglesia católica y José León Toral, aunque no pocos estudiosos dan por hecho de que su asesino intelectual fue el fundador del PRI, Plutarco Elías Calles.
En tercer lugar, entre los presidentes más asesinos de México figura el ex presidente panista, Felipe Calderón Hinojosa, cuya desastrosa decisión de haber declarado la guerra a las narcomafias, por órdenes de Estados Unidos, llevaría a la nación azteca a otro baño de sangre y a él se le atribuyen más de 121 mil 683 muertes violentas, aunque los halcones de Washington hablaron de más de 200 mil asesinatos dolosos y de “un Estado fallido” pues durante su sexenio los crímenes aumentaron del 8 al 18 porciento, según el Secretariado Nacional de Seguridad Pública.
Y en el macabro cuarto lugar figura Enrique Peña Nieto con 114 mil 61 asesinatos en lo que va de su administración hasta octubre pasado, contando que el 2017 fue el “año con más asesinatos registrados en México en los últimos 25 años”. Pero fue el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa el crimen de Estado que le partió la columna vertebral al régimen Peñista y le dio en toda la torre a todas las instituciones nacionales. En suma, el pendiente número uno es que Peña Nieto no pudo darle al país la tranquilidad, la paz ni el bienestar prometido en la campaña electoral.
El sexenio de Enrique Peña Nieto queda marcado por los peores lastres de la vida pública nacional: la violencia imparable; la corrupción desde la mismísima institución presidencial y su primer círculo familiar “La Casa Blanca”; las riquezas del país dilapidadas; el detrimento de los derechos fundamentales y, en fin, de todo aquello que es negocio al amparo del poder.
Los rancheros allá en mi tierra son muy lapidarios pues definen al sexenio de Peña Nieto apodado el “Toluquita” como el fin de la era de la basura que se sirve de los demás.