Lo urgente: restaurar el poder usurpado por el impostor EPN
Francisco Rodríguez miércoles 21, Nov 2018Índice político
Francisco Rodríguez
El próximo primero de diciembre es la ceremonia formal de toma de posesión. Pero no exageremos: no es la toma de posesión del poder político, porque eso ahora ya no existe. El Presidente electo tendrá que restaurar, reconstruir un tiradero. Asume un poder quimérico, el que nunca conocieron los de Atlacomulco.
No nos engañemos. Del poder presidencial se abdicó hace seis años. Los mexiquenses nunca lo obtuvieron ni lo ejercieron: lo desdeñaron y lo entregaron a la delincuencia organizada, ésa que puso, en la absoluta permisividad y complicidad todas las reglas y las trampas para enriquecerse obscenamente, enloquecidamente, a costillas de la sangre del pueblo.
El poder que restaure el hombre de Tepetitán tendrá que construirse a base de talento, sacrificio presupuestal, ahorro, mucha operación política, moralidad, ejemplo personal y colectivo del equipo, imaginación y tareas de Estado, de un verdadero Estado que reimplante la democracia, que sustituya a la mafiocracia rampante. La conducta, la manera de conducirse será la brújula.
Porque esto es un estercolero, atizado por las empresas transnacionales del crimen y sus prestanombres locales de apellidos pomposos, elevados al altar por la prensa infame que en todas sus presentaciones ha contribuido a socavar la desgracia, sembrado el terror y establecido el páramo como el territorio de la miseria y la crueldad.
Los perfumados heredan al sucesor un crucigrama de la desigualdad, un país sin ley, una seguridad pública destrozada, y una seguridad nacional entregada sin concesiones al poder de fuego de las armas privadas…… y de los obuses internacionales provenientes del negocio del trasiego y la merca de presiones sobre la economía popular y la convivencia pacífica de los mexicanos. El poder que existía fue utilizado para llenar esos bolsillos, para masacrar a los inocentes, para desaparecer a los adversarios de ese modo indigno de vida.
Una caterva de ignorantes, improvisados y descastados usurpó, con la ayuda incondicional de empresas locales del empobrecimiento proverbial, un poder que ahora presume de entregar al sucesor. No hay tal, sólo se heredan problemas mayúsculos, más grandes e incontrolables que todos los que conocieron las últimas generaciones.
La seriedad del poder que asume tendrá que ser reconocida desde el primer minuto del mes de diciembre por los gobernantes americanos, europeos y asiáticos que asistan a la ceremonia de toma de posesión. Desde ahí tendrán que fijarse las nuevas reglas, el nuevo empaque, la nueva orientación de los que llegan.
Y no será sólo con discursos. Las nuevas condiciones en el comportamiento de sus representados con esta Nación tendrán que ser establecidas de entrada en los minutos del acuerdo respectivo y de las pláticas personales que se tengan. Los extranjeros deben enterarse de qué se trata, aunque muchos lo perciben desde hace rato.
La labor del estadista no se limita al acto protocolario de cruzarse la banda sobre el pecho. Ese tiliche está desprestigiado y arrastrado, ya no representa casi nada, ha sido convertido en un trapo mercenario, útil para demostrar lo que no se tiene, lo que nunca se ejerció con patriotismo y dignidad.
Debe demostrase que esa banda es, desde ahora en adelante, la insignia del nacionalismo democrático que se pretende. El orgullo de la mexicanidad por la independencia y la soberanía cueste lo que cueste. La decisión de limpiar los establos, restaurar la equidad, honrar el voto mayoritario, responder a la legitimidad concedida.
Nunca más el pretexto simbólico otorgado a unos ñoños que nos avergonzaron ante la comunidad internacional, que subastaron la geografía nacional por dólares devaluados de un Imperio en declive, que nulificaron la voz de las conciencias, que quisieron destrozar hasta los sentimientos nacionales en pos de su aventura descocada y traidora.
Desde el primer día, los que asumen, deturpados por los poderosos, disminuidos por los medios de comunicación vendidos al peor postor, expuestos a los manejos truculentos de la Bolsa de Valores, amenazados por las fugas de capitales golondrinos, candidatos a la manipulación imperante desde hace medio siglo por lo menos…… forzados a arrodillarse ante la presión de poderes construidos al arbitrio estatal de favoritos, con el petate del muerto en ristre, con la amenaza de atacar hasta con lo que no tienen por derecho propio, obstruidos para demostrar sus ejemplos, tendrán que sobreponerse a todas las amenazas y demostrar de qué están hechos, por qué el pueblo depositó en ellos su último halo de esperanza.
Quienes se creyeron grandes electores, y lo fueron siempre a contrapelo del voto popular, por lo menos desde que nos acordamos, tendrán que tomar su sitio, reconocer que terminó Jauja, asumir y obedecer las nuevas reglas, a sabiendas de que si no lo hacen, ahora sí, puede caer sobre ellos la justicia a secas.
Justicia, para poder demostrar que sí son diferentes a los que se van para nunca volver. Justicia, para restaurar la credibilidad del pueblo en la procuración e impartición de esta, convertida por los caifases del Sanedrín en un mercado negro, productor y ejecutor de culpables al gusto de los impostores.
Justicia, para restaurar el poder, la seguridad, el desarrollo, el equilibrio regional, el impacto del gasto público y social, la defensa de la legalidad ante propios y extraños. Justicia, apoyada en la moralidad ausente para tener las armas necesarias y luchar contra la imposición y el oprobio. Tienen que ser juzgados los enemigos jurados de la patria.
Justicia, para que la gente vuelva a tener derecho a satisfacer sus necesidades elementales con decoro. Justicia para todo y para todos. Justicia para la libertad y para alcanzar la paz entre nosotros. Justicia para ser un pueblo que ame sus herencias y sus destinos.
Todo será logrado si los que llegan están dispuestos a restaurar el poder perdido. Todo se puede, cuando se quiere.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Al mediodía de ayer, el portal Sin Embargo reportaba: “Jesús Zambada, hermano de Ismael El Mayo Zambada, dijo esta mañana en Nueva York, durante el juicio que se sigue a Joaquín El Chapo Guzmán Loera, que el Cártel de Sinaloa reunió un fondo de 50 millones de dólares para sobornar a Genaro García Luna, el supersecretario de Seguridad Pública federal con Felipe Calderón Hinojosa. Zambada, conocido como El Rey, dijo que personalmente le dio a García Luna 3 millones de dólares ‘en un maletín’. El narcotraficante dijo que quería asegurarse de que ‘un comandante simpatizaba con su hermano, El Mayo Zambada, estuviera a cargo de la policía en Culiacán’, de acuerdo con Alan Feuer, periodista de The New York Times que cubre el juicio contra El Chapo en Nueva York. ‘En una segunda reunión con García Luna, cuando era secretario de Seguridad Pública, Zambada le dio otros 3 millones en un maletín para asegurarse de que El Mayo Zambada siguiera con sus operaciones de narcotráfico sin ser molestado’, citó Feuer a El Rey Zambada. ‘Zambada dijo que personalmente le dio a García Luna 3 millones en un maletín cuando estaba a cargo de la agencia de investigación federal para asegurarse de que un comandante de la policía que simpatizaba con su hermano estuviera a cargo de la policía en Culiacán’, dijo Alan Feuer en su cuenta de Twitter.” Ayer, en la página del Índice Político se publicó que García Luna fue secuestrado por Arturo El Barbas Beltrán Leyva para reclamarle, presuntamente, el apoyo que daba al Cártel de Sinaloa.
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