Los contrapesos al enorme poder de AMLO se construyen desde su entorno
Roberto Vizcaíno jueves 8, Nov 2018Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Hay quienes, desde el gran capital y empresa, desde la intelectualidad y el periodismo, o desde la visión ilustrada de los ciudadanos de a pie, ven a un Andrés Manuel López Obrador rebasado, autoritario y hasta soberbio. Riesgoso para la inmediatez de México.
En estos segmentos hay temor a manotazos populistas que se acrecentan con sus decisiones de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, o la de invitar a Nicolás Maduro a su toma de posesión y hasta su reacción frente a una publicación de la Revista Proceso donde el reconocido Constitucionalista Diego Valadés expresa algunas de estas inquietudes.
No son los únicos rasgos que provocan severas, profundas dudas su actuación a partir del 1 de diciembre.
Hay otros muchos avisos, como el que cercanos suyos pidan cada vez con mayor insistencia desde el Senado o la Cámara de Diputados, por ejemplo, reformar la Ley para que su gobierno pueda hacer uso de las reservas internacionales de México, cifradas en 176 mil millones de dólares, para reforzar sus programas sociales.
O que las políticas del Banco Central sean dictadas desde el Legislativo.
A todo ello Andrés Manuel López Obrador no ha reaccionado. No ha salido a decir que eso no procede. Ha dejado correr esas propuestas.
Y esa falta de reacción inquieta más a quienes han expresado dudas sobre la posible actitud antidemocrática del próximo presidente de la República.
Es por ello que llama la atención que quien salga de inmediato a señalar que las reservas internacionales son “intocables” sea un integrante notable de su presumible círculo interno.
Ayer, el economista Jonathan Heat, en su artículo semanal de Reforma, indicó que, por si no lo sabe López Obrador o sus cercanos, no es un banco común y corriente porque es la institución responsable de sostener el sistema de pagos de México y que las reservas internacionales no son simples recursos públicos, “sino el respaldo de los billetes y moneda en circulación. Su uso indebido podría no solamente provocar inflación, sino desestabilizar todo nuestro sistema de pagos del país”.
Es la segunda ocasión en menos de 10 días que Heat, propuesto por Andrés Manuel López Obrador para dirigir al Banco de México, que sale a cuestionar a AMLO y a su entorno.
En un escenario donde la fuerza de López Obrador parece incuestionable, donde la oposición política y los grandes empresarios han sido doblegados por el Presidente electo, Heat se ha convertido rápidamente en el principal contrapeso del tabasqueño.
En un por demás obvio mensaje directo a López Obrador y los suyos, el reconocido economista, en un artículo que circula con el encabezado de Reservas, explica por qué no se deben meter con el Banco de México ni con las reservas internacionales:
“El Banco de México es un banco central, que opera en forma diferente a cualquier otro banco.
Su función no es el de un intermediario, que acepta recursos del público para prestarlos a empresas o consumidores.
Más bien, es el responsable de sostener el sistema de pagos del país y ejerce un poder monopólico sobre la emisión de dinero.
Ante estas responsabilidades, intrínsecamente ligados a la formación de precios y al valor mismo de nuestra moneda, se le confiere el compromiso de mantener una inflación baja y estable.
Mediante esta tarea, busca evitar la merma del poder adquisitivo de la población y así, contribuir a un ambiente propicio para el sano desarrollo económico del país”.
En este contexto el Banco de México no sólo es el emisor de la moneda corriente en México, sino que capta dólares que se convierten en la reserva internacional que a su vez es el respaldo del dinero que emite.
“En ocasiones, cuando las reservas han disminuido a tal grado que no hay suficientes recursos para respaldar propiamente los pesos en circulación (y), el valor mismo del peso se pierde…”
Y, en una explicación académica, deja en claro por qué las reservas internacionales no se pueden convertir en un fondo de apoyo ni a los programas sociales de AMLO ni para otra cosa que no sea para lo que sirven.
“Las reservas no solamente constituyen el activo principal del Banco, sino además es la vinculación contable que tiene con todas las transacciones que hacemos con el exterior.
La balanza de pagos, que es la parte de la contabilidad nacional que liga todas estas transacciones, refleja la diferencia que hay entre la balanza comercial y la cuenta corriente con las cuentas financiera y de capital.
Si el déficit de la cuenta corriente no es cubierto por el superávit financiero, las reservas disminuyen. Si el déficit es menor al superávit, las reservas aumentan. Por tanto, juegan un papel primordial en la contabilidad del país al representar el vínculo principal entre las cuentas monetarias, las transacciones de la actividad económica diaria y las cuentas con el exterior”.
E insiste:
“Justamente por esto es por lo que las reservas no forman parte de la riqueza de la nación y no se les puede considerar recursos del Gobierno. No son recursos financieros normales, sino el respaldo de todo el dinero que está en circulación.
Por ejemplo, si Pemex exporta un barril de petróleo y recibe 100 dólares, acude al Banco de México para entregarle los dólares en un intercambio por pesos. De esta forma, Pemex tiene 2000 pesos que empieza a gastar y por lo mismo, poner en circulación, que están respaldados por los dólares que tiene el Banco en sus reservas. Si en un momento dado, Pemex o el gobierno federal necesitan dólares, van a acudir al Banco con pesos para adquirir los dólares. El gobierno no puede exigir al Banco los dólares sin un intercambio por pesos, ya que se vendría abajo el sistema de pagos del país.
“De vez en cuando se escucha la pregunta de ¿por qué no utiliza el gobierno las reservas para liquidar la deuda externa?
Cuando el gobierno hizo una colocación de deuda en el exterior, recibió dólares, que a su vez intercambió por pesos con el banco, que finalmente utilizó para el gasto público.
Cuando el gobierno quiere liquidar esa deuda, tiene que entregarle pesos al Banco para obtener los dólares.
Si el gobierno no tiene en ese momento suficientes pesos para la adquisición de los dólares, tiene que emitir deuda interna. Por lo mismo, la única forma de que el gobierno puede liquidar su deuda externa es mediante el uso de sus propios recursos (ingresos públicos como impuestos), o bien, creando deuda interna”.
Tocar, modificar esto, llevaría al desastre a México, indica Heat.
“Es importante conocer los límites y alcances del banco central para no pedirle lo que no puede hacer”, sentencia.
Evaluación interna
En una evaluación legislativa a 3 semanas de que inicie el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el zacatecano Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política y jefe de la mayoría de Morena en el Senado indicó que uno de los objetivos de mayor alcance ha sido el de haber “eliminado privilegios, disminuido dietas y excesos” en la cámara alta.
Y agregó:
“Actuamos de manera consecuente con el mandato popular que recibimos en las urnas el pasado primero de julio”.
Pero reconoció que, como en otras transiciones de esta magnitud, hoy se presenten en México y en el Senado resistencias al cambio.
Indicó que existen sin duda intereses de grupos económicos y políticos, que han sido beneficiados históricamente, que hoy han emprendido una campaña en contra de la anunciada Cuarta Transformación.
Eso obliga a las mayorías de Morena en el Congreso, dijo, a actuar no sólo con mayor inteligencia, sensibilidad y apertura sino con el peso de su mayoría.
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