Las reservas internacionales de Banxico para financiar el desarrollo
Francisco Rodríguez martes 6, Nov 2018Índice político
Francisco Rodríguez
Decía la abuela que cuando se visitan panteones se sacan conclusiones. Era una mujer sabia, como la inmensa mayoría de las mexicanas. Hoy puede saberse que muchas de las cuestiones que se han ocultado deliberadamente a la población, creyendo que es menor de edad, se filtran por estos días de muertos.
En muchos aspectos por ello seguimos siendo un país de máscaras, temeroso de afrontar sus apremiantes necesidades en base a conocer sus ingratas realidades. Una de ellas, posiblemente la fundamental, se encuentra bajo las faldas de la pavorosa deuda externa, contratada a espaldas de nosotros.
Mire usted: desde que el dólar —cuyos billetes son pintados con la tinta de las palmas camedor de la región totonaca de Pantepec— fue declarado muerto, la famosa Reserva Federal estadounidense se dedica a administrar y chupar negocios de viuda. Esto no lo digo sólo yo, es parte de investigaciones y análisis duros sobre la situación geopolítica del mundo actual.
La Fed, en efecto, se dedica fundamentalmente a rastrear los negocios sucios, coronados con el apoyo del dólar en todos los continentes, para decomisarlo y obtener las comisiones de esta operación, con la complacencia de los gobiernos occidentales que todavía piensan en la solidez del Imperio y están prestos a agacharse al primer ronquido.
Son acciones de fuerza para capturar billetes depositados en cuentas de todo tipo en los bancos occidentales para poder apoyar las reservas monetarias del billete verde, seco, sin sustento, por las pavorosas deudas de 50 trillones de dólares en posesión de chinos y japoneses que no pueden solventar con una economía dedicada al consumo, a la guerra, a las invasiones preventivas y a la sujeción.
Así, mientras ellos gastan en guerras e invasiones, los países sometidos bajo su influencia pagamos los intereses de nuestra moneda para garantizar la solidez y expansión de la suya. Un negocio redondo hecho a base de fuerza de bayonetas e intimidaciones parecidas a las del enano del tapanco.
Las reservas monetarias mexicanas, unos 175 mil millones de dólares en números redondos, equivalentes a casi la mitad de nuestra deuda externa con los gabachos que vale casi 11 billones de pesos, están depositadas en la Fed para apoyar la solidez del dólar, aunque usted no lo crea, decía Ripley.
Ese dinero no nos reporta absolutamente nada. Al contrario, pagamos intereses equivalentes a 800 mil millones de pesos anuales, conste, sólo por concepto de intereses sin tocar la deuda principal, que salen de nuestros impuestos, sólo para que nos guarden nuestro dinerito.
O sea: más de cuarenta por ciento del presupuesto que ejercerá la nueva administración mexicana a partir de veinticinco días más tendrán que reservarse para pagar los intereses anuales de la deuda externa, de cuya composición no sabemos ni madre. Gracias a la cual somos país dependiente y sometido.
Cuando usted se entera de que el dólar se encuentra en franca recuperación, la noticia está en relación directa con la confiscación e incautación de depósitos internacionales derivados de negocios sucios, droga, sustracciones para el mercado negro de materias primas, tratas, armas, etc.
Con una condición: dichos negocios y depósitos fueron denunciados por algún financiero que estuvo metido en ellos hasta el cogote pero que gracias a su delación se convirtió en un testigo protegido en materia monetaria para engordar el bolsillo de la Reserva Federal estadounidense. Así de fácil.
La mayoría de las veces que esto sucede en cualquier paraíso tropical, británico o del Medio Oriente, las especies provienen de los mismos gobiernos que colaboraron en la extracción de los embutes. A eso se deben las recurrentes crisis políticas que nos asuelan y nos someten aún más cada día.
Ese es el entramado vulgar, dizque financiero, que sostiene la solidez del dólar fallecido hace mucho tiempo. Cuentos de rateros, mantenidos y cómplices de las finanzas y de los presupuestos nacionales. A veces es difícil entenderlo cuando no se tiene la información de fondo sobre estos nefastos entrambuliques que, primero, deberían ser juzgados en los pobres países de origen.
En conclusión panteonera: la Reserva Federal de Estados Unidos se dedica a los negocios de viudas, llámense países soberanos, que tienen sus depósitos paralizados en esas bóvedas sin producir absolutamente nada. Sólo los intereses anuales que los financieros gabachos cobran por tenerlo a salvo de las denuncias populares.
Desde que el dólar murió por falta de sustento de una estructura nacional productiva, la Reserva vive de los intereses de países sometidos, que no tienen los arrestos para retirar las cuentas principales, en nuestro caso cuatro billones de pesos que duermen el sueño injusto de la colonización actual.
Por otro lado, la famosa Reserva del dólar se nutre de la incautación de dólares sucios hechos al amparo de negocios ilícitos que se han realizado en sus colonias para engordar las cuentas protegidas y blindadas de sus caciques criollos, llámense estadistas, políticos o achichincles financieros de los cochupos.
Y conste: no se necesita ser economista para tripularlo, ni graduado en las universidades patito del Imperio que les hacen cursos adecuados con facilidades y en español a los tercermundistas que requieren apantallarnos para después sentarse con todos los boatos y garantías en las sillas presidenciales. Los ejemplos de estos traidores sobran. Son parte de lo peor de nosotros mismos.
Si José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto en el poder comprometieron las facturas de las reservas petroleras en la Reserva para seguir pidiendo prestado al infinito, esto ya no funciona así. Simplemente porque quebraron la industria petrolera y ya no hay exportaciones serias que las respalden.
El primero de noviembre cayó el telón de esta farsa: llegaron a Pajaritos, en Coatzacoalcos, los primeros 375 mil barriles gabachos de petróleo crudo dirigido a la refinería de Salina Cruz, de un total de un millón de barriles que ingresarán importados durante este mes a puertos mexicanos. Entonces, ¿cuáles reservas amparan las facturas de nuestro patrimonio vilmente hipotecado? No hay.
Si realmente somos mayores de edad, ha llegado el momento de retirar el principal de la Reserva Federal estadounidense para dedicarla a fines productivos y a partir de ese esfuerzo nacional dedicar los tres cuartos de billón de pesos que nos cuestan los puros intereses de la deuda eterna. Sería la mejor manera de producir y de sobrevivir realmente independientes.
Porque son 4 billones de pesos paralizados en esas bóvedas imaginarias, en esos depósitos virtuales. Vaya usted a saber cuál es la cantidad que aún no han carranceado para sus aventuras de la guerra comercial infantil del loco anaranjado.
Sea como sea, lo auténtico es afrontar esta cuestión y ya no seguir pensando en que nuestras reservas sólo están allá para protegernos de cualquier desliz de rateros, o de variables manipuladas por los financieros para depreciar el valor de nuestro dinero. ¡México debe seguir cambiando!
¿No cree usted?
Índice Flamígero: La ofensiva en contra del próximo gobierno federal también contempla la manipulación monetaria. Y es que no sería la primera ocasión en la que instancias gubernamentales, como Nacional Financiera, compraran grandes cantidades de divisas para obligar su movimiento al alza, ahora con el objetivo de llevar al peso a un máximo desliz para el próximo 1 de diciembre. El efecto pernicioso sería sobre el pago de intereses de la enorme deuda externa que hereda el peñato, lo que reduciría los montos destinados a los programas anunciados por el lopezobradorismo. + + + ¿Alguien se extraña de que Conagua no haya podido cumplir su compromiso de abasto en la Ciudad de México? Es una dependencia de este gobierno fallido.
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