Hondureños y el sueño americano ¿Y los mexicanos?
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 22, Oct 2018Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Pobreza, desempleo, violencia, profunda brecha salarial, cancelación de derechos políticos, las causas
- Quién gana en esta caravana migratoria ¿Estados Unidos?
Hay quien afirma que son 7 mil y otros reportes mencionan que la caravana se compone de entre 4 y 5 mil ciudadanos hondureños, el asunto es que por muy moderada que sea la cifra de migrantes que como bandera anhelan alcanzar “el sueño americano”, es decir llegar a los Estados Unidos de Norteamérica, lo cierto es que en la frontera sur de nuestro país, que colinda con Guatemala, México enfrenta uno de sus mayores retos como gobierno, pues por un lado tiene que poner por delante valores fundamentales plasmados en los tratados internacionales como son los derechos humanos y el respeto a la vida, y por otro hacer valer el principio de legalidad.
Migraciones hay en todo el mundo, algunas tienen su origen en situaciones de guerra y otras más surgen por carestías o necesidades económicas en sus países natales (pobreza extrema, profunda brecha salarial, violencia intrafamiliar, falta de empleo, etc.), aunque estudios diversos señalan que también las hay por cuestiones sentimentales, existenciales o de simple aventura e ingenuidad, y por qué no decirlo, también hay migraciones por cuestiones políticas (represión, cancelación de derechos electorales y democráticos, discriminación por el hecho de pensar distinto, etc.).
En fin, sea la razón que exista para que estos miles de ciudadanos hayan elegido salir de Honduras, esta caravana no debe ser pretexto ni para endiosar el movimiento ni para criminalizar su actitud.
Por lo pronto el fenómeno migratorio ha encendido las redes sociales, provocando un debate de mitad y mitad entre quienes apoyan la llegada de esta caravana y quienes la rechazan, los primeros argumentan que son seres humanos y como tal hay que atenderlos, los segundos esgrimen falta de oportunidades laborales entre los nacionales y crecimiento de los índices de violencia en varias partes del país, por lo que la entrada de la población extranjera en calidad de ambulantes, dicen, provocará indigencia, mayor desempleo, alcoholismo, y posible captación de estas personas por el crimen organizado.
Las razones que de ambos sectores de opinión se emiten son válidas, alojar 7 mil o 4 mil ciudadanos de un día para otro, aunque sea temporalmente, no debe ser fácil para ninguna nación y por mucha solidaridad que haya para respetar los derechos humanos de esa población migrante debe tener sus dificultades y así hay que entenderlo, por lo que cualquier esfuerzo humanamente posible que se haga para que este problema no se complique más debe ser atendido en el marco de la tolerancia y la prudencia, para que la ya de por si grave situación de estos ciudadanos no se vea amenazada, violentada o empujada a escenarios aun de mayor dificultad.
Ni decisiones fáciles ni acciones difíciles de sortear, el reto del gobierno a punto de concluir su administración y de los que están a punto de encabezar al nuevo, unos y otros, deben sumar sus esfuerzos para salir avante en el complicado tema, de ahí que en este caso no se trata de ser diferentes sino de ponerse de acuerdo en la solución de un tema, donde -en caso de una mala decisión- el conflicto podría alcanzar dimensiones inimaginables, con repercusiones sociales, políticas y económicas para México, y en esa atención por supuesto que no creo que el problema migratorio tenga solución con el ofrecimiento de visas de trabajo y garantías para su ingreso a nuestro país.
El espinoso asunto, como era de esperarse, ya está en la esfera mediática internacional, donde los mandatarios de Guatemala, Jimmy Morales, y Honduras, Juan Orlando Hernández, lejos de buscar un entendimiento para alcanzar una solución, acusan que detrás de la caravana que busca llegar a Estados Unidos existen motivaciones políticas, en tanto que los reportes de prensa señalan que los migrantes fueron engañados y convocados la gran mayoría desde las redes sociales.
Y mientras, niños y mujeres van por delante como carne de cañón ¿Quién gana en todo esto?
VA MI RESTO.- A propósito de redes sociales, me voy a apropiar de una reflexión que leí precisamente entre los usuarios de las tecnologías cibernéticas:
“A quién beneficia más esta pelea de Centroamérica con su hermano mayor México?.. En las próximas semanas habrá elecciones legislativas intermedias en EU, y su presidente se juega el todo por el todo, para no perder las Cámaras, y en consecuencia el apoyo para su deseo máximo: colocar un muro entre la frontera de EU y México… Es solo una reflexión”.
Interesante sin duda el cuestionamiento que se hace en vísperas de un proceso electoral entre los otros vecinos, en este caso del norte.
Interesante porque para nadie es desconocido que históricamente, hasta la actualidad, sus gobiernos y gran parte de sus ciudadanos, el país de las barras y las estrellas ha criminalizado la inmigración de origen latino, de ahí las grandes inversiones para patrullas fronterizas y de ahí también la idea de un muro fronterizo, ah pero cuando se les dice que las armas que utilizan las organizaciones criminales en México cruzan por el Río Bravo o que los principales consumidores de drogas son los estadounidenses, ahí si guardan silencio o cuando hay respuesta esta es de mayor endurecimiento en acuerdos comerciales y políticas migratorias.
Conclusión. Hay que atender el fenómeno migratorio en nuestra frontera sur sin desatender a la población mexicana, que al igual que los hondureños, sufren desempleo, padecen marginación y pobreza extrema, viven situaciones de inseguridad y también quieren salir adelante.
En otras palabras, si van a ayudar a los migrantes por cuestiones humanitarias, sería injusto que al mexicano se le hiciera a un lado solo por no atreverse a hacer una rebelión de iguales proporciones con rumbo al sueño americano y miren que estamos más cerca, y hasta aquí porque como veo doy.