Dominios de la muerte
¬ Augusto Corro jueves 18, Oct 2018Punto por punto
Augusto Corro
Parece que no tiene fin la espiral de violencia desatada en Ecatepec, Estado de México, en los últimos años.
En el municipio más poblado de México los asesinatos continúan. El martes, sus habitantes fueron informados del crimen de otra mujer.
Mientras se investiga este homicidio, Juan Carlos “N” (a) El Monstruo de Ecatepec y su compañera Patricia “N” comparecieron por tercera vez ante las autoridades judiciales, por el presunto delito de feminicidio.
La pareja tiene que responder por la desaparición y muerte de por lo menos veinte mujeres. Ya el presunto criminal confesó el asesinato de varias mujeres.
En el caso reciente, el cuerpo sin vida de una desconocida se encontraba en una bolsa negra de plástico abandonada en una calle de la colonia Jardines de Morelos, Quinta Sección, donde operaban “El Monstruo de Ecatepec” y su pareja.
El fenómeno de los feminicidios se extendió por todo el Estado de México ante la impotencia de las autoridades para frenarlo.
Seguirán, pues, los criminales con sus acciones violentas ante una población indefensa que exige justicia.
Los hechos delictivos como asesinatos, secuestros, etc., son parte ya de la vida cotidiana en un municipio donde alguna vez existieron leyes y autoridades para aplicarlas.
Ecatepec municipio inseguro
Entre los primeros lugares en percepción de inseguridad se encuentran Ecatepec (96.3%), Villahermosa (94.5%) y Tapachula (90.4).
Así lo informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) al dar a conocer la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) correspondiente a septiembre de 2018.
También dijo que de cada cien mexicanos de 18 años y más que viven en ciudades, 75 se sienten inseguros. En términos generales, las mujeres se sienten más inseguras en las urbes que habitan.
En las cifras de la encuesta encontramos los siguientes datos, que publicamos hace varios días: el 81.7% de la población siente inseguridad en los cajeros automáticos; 75.1% en el transporte público, 69.9% en el banco y 67.8% en las calles. Es interesante conocer la información de la inseguridad que no deja de ser preocupante por una simple razón: no contamos con las autoridades capaces para enfrentar el reto de la delincuencia que crece incontenible.
Las policías no tienen el entrenamiento y el estímulo necesarios para luchar contra el hampa en sus diferentes modalidades. Estamos a merced de los maleantes. Pero algo muy grave ocurre que los representantes de la ley ni siquiera pueden aplicar medidas preventivas contra el delito en poblaciones importantes.
Por ejemplo, en el citado informe se destacó que los porcentajes sobre la sensación de inseguridad que tiene la gente se elevan más de 90 por ciento en algunas ciudades, incluida Cancún, el principal destino turístico de México, donde 92.8% de sus habitantes se sienten inseguros. El concepto sensación de inseguridad se me antoja débil, casi falso, para nombrar a una situación de constante violencia como la que padece México, en todos los órdenes. No es una sensación la que se percibe, sino una realidad agresiva, de peligro constante.
Niños pobres
En México uno de cada cinco niños pertenece en México a familias de bajos ingresos y a menudo enfrentan riesgos de pobreza mayores que los demás grupos poblacionales, de acuerdo con información de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
No es necesario recurrir a las estadísticas para conocer la situación de pobreza infantil en nuestro país. Quizás este dato no lo conocen los políticos que se encuentran en los cargos públicos. Y si saben de este problema poco les importa atenderlo o resolverlo.
Los programas de atención a la niñez son letra muerta. Si los pequeños reciben algún beneficio este no alcanza a satisfacer sus necesidades básicas de alimentación y de salud. Sin embargo, a los gobiernos de todos los colores las carencias de millones no les interesan.
Los funcionarios públicos, acusados de malversar el dinero destinado a los pobres, algunas veces son investigados, detenidos y llevados ante un juez, donde sus penas por corruptos causan hilaridad.
Es la corrupción la que corta las opciones de atención a millones de mexicanos, entre estos los niños. ¿Alguna solución al problema? No parece cercana. Así, la pobreza infantil seguirá quién sabe hasta cuando.