Guardia Nacional
Alberto Vieyra G. miércoles 17, Oct 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Degradar al Ejército Mexicano para convertirlo en una guardia nacional? ¿Quitarle a nuestros Juanes su esencia de ser garantes de la soberanía nacional, ese término que ha sido borrado en la era del neoliberalismo económico criminal? ¿Convertir a un militar en un policía es como hacer que un médico se convierta en astronauta?
Son algunas de las muchas preguntas que me formulan mis tres lectores y radioescuchas que al inicio de esta semana leyeron en las redes sociales una carta anónima de un militar, seguramente de alto rango que le advierte a nombre del Ejército y armada de México, al Mesías de Macuspana, Andrés Manuel López Obrador, sobre las terribles consecuencias que tendría para México reducir al Ejército Mexicano a una insignificante Guardia nacional como lo propuso hace 2 años en un libro y últimamente lo ha externado en varias de sus peroratas populistas.
“Equivocadamente, usted piensa que un soldado ejerce su profesión únicamente en la guerra, es decir, en la lucha armada entre naciones.
No, un militar aplica sus conocimientos y los ejerce aun sin que el país esté en un conflicto armado (…) usted ha planteado dar un giro a la naturaleza de las Fuerzas Armadas Mexicanas, cambiarles, o, mejor dicho, quitarles su razón de ser: la defensa de la nación.
Esta función está mandatada para usted en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 89 y, una vez que tome el cargo, será su facultad y obligación”, “…se equivoca al pensar que sólo porque no hay guerra no se necesita un Ejército.
Análogamente, sería como pensar que sólo porque en México está erradicado el sarampión, ningún niño debería ser vacunado contra esa enfermedad.
Señor López, usted plantea la posibilidad de una guerra al decir que si esta ocurre en México todos los mexicanos realizarán la defensa nacional”, rezan algunos de los párrafos de dicha carta publicada por el columnista Raymundo Riva Palacio, uno de los periodistas más informados y creíbles de México. El asunto es toral. El señor López Obrador olvida algo que los estudiosos llaman el “Pecado Original”.
Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu, el primer emperador de México, sostenía la tesis de que en México solo se puede gobernar si se cuenta con el apoyo de tres poderosas oligarquías: -La Iglesia, los empresarios y el Ejército.
¿Es valida esa tesis todavía? El manotazo de los militares mexicanos a través de esa carta anónima, nos dice que por ahí va la cosa. Y que hay que medirle el agua a los camotes.
Pero hay algo todavía más grave, pareciera que el señor López Obrador está en un complot o bien, recibe y obedece órdenes del Pentágono Norteamericano, pues sabido es que para Estados Unidos lo importante es reducir a todos los ejércitos en América Latina en meros cuerpos policiacos para que después con una fuerza hemisférica, el tío Sam pueda patrullar todo el continente descubierto por Crisóforo Colombo Fontana Rosa.
Previamente, en México ya se ha dado el primer paso de usar y abusar del Ejército Mexicano en labores policiacas de combate al narcotráfico, lo que le ha acarreado un terrible desprestigio popular.
¡Ese es el meollo del asunto! Y me parece que el señor Andrés Manuel López Obrador debe evitar a toda costa esos discursos incendiarios que le hacen daño a la salud de la República.