Ricardo Monreal construye su candidatura para el 2014
Roberto Vizcaíno martes 16, Oct 2018Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
En política no hay casualidades. Y la historia advierte que la sucesión de un Presidente de la República en México se comienza a construir desde que, quién gana, nombra gabinete.
Desde ahí el Presidente entrante abre su abanico de sucesión al colocar a sus posibles alfiles en posiciones desde las cuales pueden construir sus candidaturas.
En el caso de Andrés Manuel López Obrador es obvio que arranca con 3 claros prospectos: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal.
Ello no impide que en el camino pueda surgir otro. Pero eso se verá en los siguientes años.
Los hechos indican que, de los 3, Claudia es la preferida del tabasqueño… y su cómplice. Desde su paso por la Jefatura de Gobierno del DF López Obrador la ha llevado de la mano y bajo su amparo como a ningún otro.
Con Marcelo y Ricardo ha tenido un trato de pares. Sheinbaum es su hija política. Los otros 2 son claramente “sus hermanos”, sus iguales.
Hoy el juego de la sucesión en el 2024 está abierto.
Y apenas a mes y medio de iniciar la presente legislatura, Monreal ha tomado rápidamente la delantera. Su posición de arranque es privilegiada. Mucho mejor que la de sus contendientes.
Mientras Sheinbaum y Ebrard son subalternos, él es par de López Obrador. Como presidente de la Junta de Coordinación Política y líder de la mayoría de Morena en el Senado es el eje dominante en el Poder Legislativo. En este caso ni Mario Delgado ni Martí Batres le hacen sombra.
El otro personaje del mismo nivel es el presidente de la Suprema Corte, quien no juega en la presidencial de 2014.
La experiencia, preparación académica y el currículo político del zacatecano –a sus 58 años, es doctor en Derecho Constitucional, ha sido 3 veces diputado federal y 3 ocasiones senador, ex gobernador de Zacatecas, ex delegado de la Cuauhtémoc (la principal delegación en la Ciudad de México) ex operador político y electoral en el PRI, PT, PRD y fundador de Morena–, es superior a los de Ebrard y Sheinbaum.
En este contexto Ricardo Monreal ha escogido 3 acciones en las que tiene todo para ganar:
1) El rediseño, transformación del Poder Judicial en México, un poder que nadie se había atrevido a tocar desde la creación de la Constitución de 1917 y en el cual se han construido cotos de poder indescriptibles (afirma el zacatecano), a través de la permanencia de ministros y jueces en un solo cargo a lo largo de 20, 30 o 40 años.
Cotos que se soportan en un nepotismo por demás corrupto en el que hay jueces y ministros que llegan a colocar en sus circuitos hasta 15 o más miembros directos de su familia con salarios mensuales de más de 100 o 200 mil pesos mensuales.
2) Hacer de la austeridad republicana de López Obrador un sistema articulado que someta y ajuste por igual la conducta de todos y cada uno de los miembros de los tres Poderes de la Unión, desde el más modesto de los alcaldes, los gobernadores y sus equipos, los diputados todos –federales o locales–, senadores, ministros y jueces del Poder Judicial, y los primeros cargos del gobierno federal.
3) Y sacar adelante las iniciativas, reformas y contrarreformas que envíe el Presidente López Obrador para su tramitación.
Sabe Monreal que de ello depende el rediseño del Estado Mexicano, del surgimiento de un nuevo régimen, de que la Cuarta Transformación del tabasqueño sea una realidad.
Para lograr esto y más Monreal tiene 6 años por delante y mayorías legislativas de Morena a su favor tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, y en al menos 24 congresos estatales.
Y ya ha comenzado a caminar hacia la candidatura presidencial de 2024 al presentar las primeras 2 iniciativas de reforma constitucional para evitar que ningún juez o ministro del Poder Judicial pueda durar más de 6 años en una sola posición, y para impulsar que haya paridad de género en ese poder dominado hasta hoy por hombres.
Dos primeras reformas que van a transformar de fondo al Poder Judicial. A romper las redes de la gran, gran, gran y profunda corrupción en ese sector. Y vienen más, dice.
Monreal sabe que el camino será largo y muy sinuoso, y que al final esa candidatura no dependerá sólo de lo que haga y logre, sino de lo que diga y decida Andrés Manuel López Obrador.
Lo único cierto hoy es que esa carrera ya comenzó. Y él va adelante.
Como el general
Andrés Manuel López Obrador no alardea cuando afirma que él va a rescatar al petróleo mexicano igual que lo hizo el general Lázaro Cárdenas con la expropiación en 1938.
Y advierte que conforme crezca la producción de 1 millón 200 mil barriles diarios a 2 millones 600 mil, que es lo que requiere México para consolidar su crecimiento, se dejará de exportar y vender al exterior.
En su euforia no dice cómo se sustituirán los miles de millones de dólares que generan esas exportaciones y que podrían significar todavía entre un 15 a 20% del Presupuesto de Egresos.
Así, desde Villahermosa de su natal Tabasco, López Obrador advierte además que por eso mismo continuará la construcción de una refinería para lograr que México sea autosuficiente en la producción de sus gasolinas.
Ahí mismo reiteró su promesa de amnistiar a los deudores de la CFE en el estado.
“Habrá borrón y cuenta nueva en el caso de los adeudos por concepto de luz”, , dijo, pero pidió a sus paisanos cumplir con sus pagos de aquí en adelante.
“Si no nos desacompletamos, indicó.
PAN, la ruptura
Sin duda origen es destino. Y la actual contienda por la dirigencia nacional del PAN proviene de la crisis y la ruptura. El resultado será una consecuencia de eso mismo.
La pelea formal es entre el anayista michoacano Marko Cortés y el nieto del principal fundador de Acción Nacional, de Gómez Morín.
Pero en las bases y la estructura misma del PAN la confrontación y disputa por el control del partido conservador se da entre varios grupos: el del ex presidente Felipe Calderón y sus alfiles Ernesto Cordero, Roberto Gil Zuarth y Jorge Luis Lavalle entre otros; ahí están también la mayoría de los 12 gobernadores blanquiazules, quienes al final decidieron entrarle en apoyo de Cortés y de Héctor Larios y el nieto de Gómez Morín apoyado por Ernesto Ruffo y la vieja guardia panista.
Al menos en la Cámara de Senadores continua la división en la fracción, esta vez porque Damián Zepeda coordinador actual del grupo blanquiazul, sabe que pronto podría ser sustituido por el ex gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle.
Y ayer se dio a conocer que la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dio entrada a las impugnaciones de los ex senadores Ernesto Cordero y Jorge Luis Lavalle y de la ex diputada Eufrosina Cruz.
Todos ellos fueron expulsados del PAN por oponerse y criticar a Ricardo Anaya.
Dice el boletín: De acuerdo con los estrados electrónicos, el magistrado Felipe Alfredo Fuentes Barrera ordenó integrar los expedientes de los juicios para la protección de los derechos político-electorales del ciudadano con los números 500/2018, 501/2018 y 502/2018.
El juicio de Eufrosina Cruz fue turnado al magistrado Felipe de la Mata Pizaña, el de Jorge Luis Lavalle a Fuentes Barrera, mientras que el de Ernesto Cordero a Indalfer Infante.
Es decir, el pleitazo y la ruptura interna siguen y se profundizan.
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