Sin brújula, la oposición
¬ Augusto Corro lunes 15, Oct 2018Punto por punto
Augusto Corro
Los partidos de oposición que integran la denominada “chiquillada” padecen luchas internas que los colocan a punto de su desaparición en el escenario político.
En esas condiciones desastrosas se encuentran el Partido de la Revolución Democrática (PRD), y el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
También el Partido Acción Nacional vive situaciones difíciles que si bien no lo colocan en vías de extinción, sí refleja una lucha por el poder que lo llevaría a un divisionismo demoledor. En la contienda electoral reciente que ganó el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) llevó a los partidos opositores a sufrir una derrota histórica.
Lo que queda del PRD además de su fracaso político enfrenta una crisis financiera de la que no se sabe cómo la resolverá. En tanto, tiene que enfrentar la rebeldía de su sindicato.
Ante la falta de dinero, la dirigencia partidista de los amarillos acordó revisar su presupuesto e implementar un programa de retiro voluntario de los trabajadores.
El fin de semana los líderes sindicales desmintieron la versión de dicho acuerdo, y denunciaron que se trata de un atentado contra los derechos laborales de los empleados sindicalizados.
Se informó que las elevadas multas por violaciones a las leyes electorales afectaron los ingresos de dinero del partido, que en el futuro cercano se complicará más si se reduce al 50% el financiamiento a partidos políticos.
El PRI, en materia financiera, tendrá reducidos sus ingresos económicos y se le dificultará mantener esa estructura política que lo mantuvo durante décadas en el poder.
¿Qué hará la jerarquía priísta para aliviar su crisis? Para empezar tendrá que despedir a su ejército de empleados. También será afectado por la probable reducción en el subsidio a los partidos políticos. Acción Nacional resentirá la escasez de recursos económicos, pero no será tan agobiante como en otras organizaciones políticas. Su sistema de cuotas de los militantes quizá lo ayude a mitigar el problema.
Cambio de coto de poder
El PRD podría iniciar la extinción de las organizaciones políticas que integran “La chiquillada”.
Uno de sus principales dirigentes amarillos, Jesús Zambrano, dijo que la organización del sol azteca desaparecerá y su registro se empleará para la creación de un partido nuevo en 2019. Añadió que los diferentes liderazgos del partido están convencidos que esa es la opción.
Cabe señalar que en el PRD los últimos años estuvo dirigido por una camarilla de políticos, encabezada por el propio Zambrano y Jesús Ortega y otros, a quienes se les identificó como “Los Chuchos”. Sin contemplación dichos líderes se apoderaron de esa institución política y se convirtieron en sus dueños, como si se tratara de un negocio o empresa privados.
Las consecuencias de su pésima orientación llevaron al partido a alejarse de la gente. Su entreguismo al gobierno federal en el Pacto por México fue la puntilla.
También fue determinante la condena a las autoridades perredistas de Guerrero, relacionadas con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. El poco prestigio que tenía el partido se derrumbó.
El PRD se vació. Los pocos seguidores que le quedaban fueron empujados a dejar el partido luego de ese experimento de aliarse con Acción Nacional para proponer candidatos en las elecciones pasadas, incluido el candidato presidencial.
La respuesta para los dos partidos fue demoledora por parte de los electores. La debacle fue total.
“El Chucho” Zambrano anunció que el PRD dejará de existir porque el partido “indiscutiblemente cumplió su ciclo de vida, aunque reconoció que “hubo errores”.
Sin duda para “Los Chuchos” no habrá problema pues aplicarán sus amargas experiencias para mantenerse en el poder y continuar con el “negocio” que es su ambición.
En el Revolucionario Institucional la clase política quedó noqueada. A tres meses de la peor de las debacles como partido aún no encuentra la brújula para empezar a salir de la crisis en que se encuentra. Deberán aplicarse las medidas urgentes para resucitar al tricolor que se quedó sin timonel experimentado para tal fin. Sus poderosos dirigentes se fueron al Congreso para gozar con el fuero protector.
Con ausencia de los priístas distinguidos, uno que otro político resentido quiere participar en la resurrección de su partido, como sucede con el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, descalificado por su pésima actuación de aprendiz de dictador al frente del poder.
No será con los “dinosaurios priístas” con quien se refunde ese instituto político. Ya tuvieron la experiencia del fracaso en su dirigencia con el advenedizo Enrique Ochoa Reza. En fin, en el PRI priva ahora la inmovilidad.
La actual presidenta del partido, Claudia Ruiz Massieu, no parece tener el empuje ni la capacidad para revivir al PRI, que para lograrlo se necesitan más que buenas intenciones.
PAN contra PAN
En este mes se efectuará la elección del nuevo dirigente del PAN. La ambición del poder llevó a enfrentarse al ex presidente Felipe Calderón Hinojosa y al aspirante al liderazgo, Marko Cortés Mendoza, a quien señalan como el hombre fuerte para guiar los destinos del partido blanquiazul.
El ex mandatario arremetió contra Marko Cortés al aseverar que su esencia de este es la traición, la corrupción y la hipocresía. Algo le sabrán al citado candidato para que se expresen de él en la manera tan dura.
En Acción Nacional el grupo de calderonistas buscan recuperar el poder que perdieron hace varios años, cuando el entonces presidente trató de mandar en esa organización política como si fuera de su propiedad.
Una vez ocurrida la debacle del PAN en las elecciones presidenciales, ahora tiene que resolver un conflicto interno de pronóstico reservado, como se dice coloquialmente.
En síntesis, la “chiquillada”, integrada por los partidos de oposición, se encuentra sin brújula, profundamente afectada por las pésimas estrategias electorales, las ambiciones desmedidas por el poder y las pésimas administraciones de sus representantes, cuando fueron gobierno.