Asesinos seriales
Alberto Vieyra G. jueves 11, Oct 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Qué es un asesino serial o en serie?
Se trata de individuos mentalmente enfermos, que asesinan a tres personas o más en un lapso de 30 días o más y cuyos crímenes les proporcionan alegría y plena satisfacción.
¡Son sádicos por naturaleza! A lo largo de la humanidad esos abominables monstruos siempre han actuado bajo el cobijo de la noche y a pleno sol.
En Inglaterra estremecería a los ingleses, allá por el siglo XIX, Jack el Destripador, quien se despachó en cuestiones de unos cincuenta días a cinco mujeres, en su mayoría prostitutas, a las cuales desfiguraba el rostro y cortaba órganos fundamentales. En los barrios bajos londinenses en los que actuaba Jack el Destripador, se acaba de erigir en el 2015 un museo que lleva su nombre.
Allá por 1942, alcanzaría fama mundial como una celebridad del crimen sádico un asesino serial mexicano de nombre Gregorio Cárdenas Hernández (Goyo Cárdenas el estrangulador de Tacuba), quien asesinó y enterró en el jardín de su casa en Tacuba, en la Cuidad de México a cuatro mujeres. Era un individuo muy inteligente, un químico universitario.
Lo asombroso de Goyo Cárdenas fue que la readaptación social que tuvo en la cárcel de Santa Marta Acatitla lo convirtió en un hombre bueno, tan bueno y sano que hasta los diputados federales le harían un reconocimiento especial desde la más alta tribuna de la nación en el Palacio Legislativo en San Lázaro ¡Para Ripley!
Y también para Ripley sería Luis Alfredo Garavito, apodado la Bestia, el Loco o el Cura, quien fue capaz de asesinar, según su propio testimonio a más de 200 niños en Colombia, Ecuador y Venezuela entre los años 1980 y 1990 y por cuyos crímenes fue sentenciado a 1853 años y 9 días de cárcel, la máxima condena de la que se tiene memoria en la humanidad.
Hace un par de meses, la mexicana Anabel Gómez López fue apresada por vender tamales con carne humana en el metro Indios Verdes. Narró con lujo sádico que un día se gastó la lana para la carne de los tamales y se encontró una niña que estaba extraviada y buscaba a sus padres.
La llevó a su casa y se dijo resultó el problema de la carne. Reveló que dio muerte a más de 50 mujeres y quienes compraron sus tamales, sin saberlo se convirtieron en antropófagos.
Descubrieron su negocio gracias a un descuido de la asesina serial por una fuga de gas que llevó a las autoridades a descubrir su macabro negocio con carne humana.
En nuestros días otro demente serial ha sacudido a México y al mundo se llama Juan Carlos “N” apodado el monstruo de Ecatepec, quien de manera sínica y sádica reveló que asesinó a 10 mujeres en ese populoso municipio mexiquense, aunque la policía le atribuye más de veinte feminicidios de mujeres, a las que dice odiar con toda su alma. Según su escalofriante relato, las mujeres asesinadas por él eran abusadas sexualmente, asesinadas y descuartizadas para vender sus extremidades como alimento de ratas y perros hasta en $20 pesos.
Advierte este monstruo psicópata que si sale de la cárcel volverá a matar a más mujeres, solo por el odio que les tiene, pues no tolera que las mujeres le quiten el oxígeno, que su madre haya abandonado a su papá al que estuvo a punto de apuñalar y en fin que ese monstruo diabólico tal parece no tendrá final feliz en la cárcel.
Todas estas malformaciones sociales se deben primordialmente a la falta de desamor en el hogar, pero fundamentalmente a causa de enfermedades emocionales y la impunidad que prevalece en naciones en las que el Estado no sirve para nada.