Con Trump, mejor de lejos
¬ Augusto Corro viernes 5, Oct 2018Punto por punto
Augusto Corro
El mandatario estadounidense Donald Trump ya dijo que no vendrá a la ceremonia de toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México, el 1 de diciembre próximo.
Será el vicepresidente de Estados Unidos (EU), Mike Pence, quien asistirá en representación del magnate de la construcción.
Con esa decisión de no venir, Trump le ahorrará un sinnúmero de problemas al nuevo gobierno de López Obrador. En primer lugar ya no habrá preocupación para la vigilancia especial que debe brindarse a un presidente de EU. No se trata de cualquier hijo de vecino.
En tercer lugar no se registrarán manifestaciones de protesta por la presencia del millonario quien desde su campaña electoral no se cansó de calificar a los mexicanos de violadores y criminales; y de no cejar en su empeño en la construcción del muro fronterizo. En últimas fechas, Trump empezó a tratar a México con relativa deferencia. Por lo menos dejó a un lado su lenguaje agresivo. Quien sabe por cuánto tiempo.
¿A qué se debe ese cambio en la política trumpiana?
Se supone que busca mejorar su imagen ante sus paisanos que están hasta la coronilla de tantos conflictos en los que el presidente estadounidense se encuentra inmerso.
Además, el próximo mes de noviembre se efectuará su primera gran cita electoral. Los estadounidenses elegirán a 35 de los 100 senadores, a los 435 miembros de la Cámara de Representantes y a 36 de los 60 gobernadores del país.
Por cierto, entre los escándalos recientes, The New York Times, tras una investigación, reveló que la que la fortuna del magnate arrastra cuantiosas evasiones fiscales. Las autoridades neoyorquinas anunciaron investigaciones sobre el caso.
Trump tiene asuntos pendientes de resolución, como la presunta participación rusa en las elecciones presidenciales, así como su conducta negativa con las mujeres, etc. En el presente las relaciones entre López Obrador y Trump reflejan respeto. Algo es algo. Ya veremos si esa armonía sigue, cuando se analice a fondo el nuevo acuerdo comercial México-Estados Unidos-Canadá (EUMCA) que tanta alegría le provocó al estadounidense.
Sociedad fracturada
México vive una etapa de violencia inusitada. Como que los mexicanos nos olvidamos de los valores. Las agresiones contra el ser humano son parejas. Las padecen las mujeres, los niños, etc.
Desde que inició la guerra fallida de Felipe Calderón contra la delincuencia organizada, la sociedad mexicana cayó en una espiral de violencia que parece interminable.
La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) informó que de las 37 mil personas desaparecidas, alrededor de 6 mil 467 son menores de edad.
Vivimos en una sociedad compleja en la que creció el número de linchamientos, secuestros y asesinatos que no son investigados y los criminales no son castigados.
Las muertes de los periodistas parece que ya no le importan a nadie. Lo primero que hacen las autoridades es criminalizar a la víctima.
Los representantes de la procuración e impartición de justicia, así los cuerpos de seguridad, hace mucho tiempo que fueron rebasados por la ola delincuencial. Lo anterior los llevó a hacer la voluntad de los criminales amparados en la impunidad.
Las fosas clandestinas cada vez son más. Quienes buscan a sus familiares encuentran un sinnúmero de obstáculos para la identificación de los restos mortales. En las instalaciones del servicio médico forense ya no hay lugar para tantos cadáveres.
¿Cuándo volveremos a vivir en una sociedad segura? Nadie lo sabe y tampoco se contempla la posibilidad de que violencia desaparezca en un futuro cercano. Se permitió crecer al monstruo y ahora tenemos que padecerla.
A revivir al PRD
Tras la casi desaparición del Partido de la Revolución Democrática (PRD) sus dirigentes ya trabajan para resucitarlo. Empezaron a darle respiración de boca a boca.
¿Quiénes participan en esa angustiosa acción? Pues los mismos que lo hundieron. Me refiero a los inefables Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Héctor Bautista, Héctor Serrano, Camerino Márquez, Miguel Angel Mancera, Silvano Aureoles, Guadalupe Acosta, Angel Avila y Eloí Vázquez.
En una reunión de dirigentes el miércoles, su presidente, Manuel Granados, dijo que conformarán una Comisión Nacional de Diálogo integrada por los líderes de las corrientes perredistas, para definir si su instituto político tendrá “una renovación o si deberán formar un nuevo partido”.
El dirigente Manuel Granados orientó a los 30 dueños de las tribus perredistas para realizar el proceso de renovación interna y la elección de la nueva dirigencia nacional.
Alguien tendrá que decirle a “Los Chuchos”, propietarios de Nueva Izquierda (NI), que su tiempo en el PRD ya se agotó hace varios años debido a su conducta entreguista al gobierno federal. Basta con recordarles su participación en el desastroso Pacto por México.
Feliz fin de semana.