Lucha a fondo
Ramón Zurita Sahagún jueves 13, Ene 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Si algo deben tener claro los priístas del Estado de México, es que la disputa por el gobierno estatal no será sencilla y que la apuesta principal es arrebatar la joya de la corona priísta, con todo y lo que conlleva.
Es cierto que se trata del principal estado, ya que cuenta con el mayor presupuesto y es el más poblado de las 32 entidades del país, por lo que concentra una importante dotación de votos, para esa y otras campañas.
Por eso, la apuesta principal de los partidos gira en torno al triunfo, pero de no conseguirlo (los adversarios del PRI), intentarán entorpecer el camino de Enrique Peña Nieto y del priísmo hacia la candidatura presidencial y la recuperación de la Presidencia de la República.
La apuesta de perredistas y panistas no es mala, ya que envían a dos políticos de formación probada y militancia arraigada en sus partidos, los que, por cierto, ya compitieron en la misma elección por el mismo cargo, aunque fueron derrotados.
Eran otros los tiempos que corrían y aunque los panistas ya habían triunfado en Baja California y gobernaban Guanajuato, por una de sus múltiples concertacesiones, la realidad es que el priísmo arrollaba en los comicios estatales.
En aquella ocasión, Emilio Chuayffet Chemor les ganó en forma abrumadora, al meterle tres a uno al panista y más todavía al perredista.
En aquella ocasión los candidatos, los tres estaban llegando a la edad madura, ya que Bravo Mena y Encinas Rodríguez arañaban los cuarenta años y Chuayffet Chemor apenas rebasaba la cuarentena de años.
Ahora más maduros los dos abanderados de la derecha e izquierda, han avanzado en sus respectivas carreras políticas.
Con la experiencia de Bravo Mena de haber sido el presidente nacional del PAN en la victoria histórica de Vicente Fox Quesada sobre Francisco Labastida Ochoa, de haber pasado por el Senado de la República, fungido como embajador de México ante el Vaticano y secretario particular.
Encinas creció también en ese lapso, ya que fue nuevamente diputado federal, secretario de Desarrollo Social en el gobierno capitalino y jefe de Gobierno del Distrito Federal, aunque fuese de manera sustituta, cuando Andrés Manuel López Obrador buscó la candidatura presidencial.
La experiencia y madurez de ambos pondrá a prueba al que resulte candidato del PRI, donde los nombres que se manejan muestran lo contrario del panista y el perredista, aunque a su favor cuentan con la pujanza de la juventud y el contar con una base más sólida de electores.
Ricardo Aguilar, Alfredo del Mazo, Luis Videgaray, Eruviel Ávila, forman parte de este paquete de jóvenes prospectos del tricolor, mientras que Ernesto Nemer es un joven en plena madurez.
Estos son los nombres que se manejan al interior del PRI, como los que guardan mayores posibilidades de obtener la candidatura, aunque entre los propios priístas se comienzan a cruzar quinielas, se realizan descartes y hasta se fabrican ternas, sobre los que tienen, supuestamente, mayores posibilidades de obtener la nominación.
Hay ventajas y desventajas entre los contendientes que podrían presentar los tres principales partidos.
Una que aplica a favor de los priístas es que si PAN y PRD presentan sus propios candidatos, el voto será terciado y eso beneficia de gran manera al partido tricolor.
El fantasma de la alianza amenaza con su sombra peculiar a este proceso electoral que habrá de desarrollarse en el mes de julio, aunque los acuerdos no parecen surgir por ningún lado.
La nominación de Alejandro Encinas es un frenón a la posible alianza, ya que por tratarse de un personaje cercano al afecto y círculo de Andrés Manuel López Obrador, representa u mensaje negativo a esa posibilidad.
Lo mismo sucede en Acción Nacional, donde la figura de Bravo Mena no convence a los partidos de izquierda, Convergencia, PT y PRD y se considera que no reúne las condiciones para encabezar la supuesta alianza, ni mucho menos cuenta con la frescura que aportaron a este tipo de coaliciones Mario López Valdez, Gabino Cué Monteagudo y Rafael Moreno Valle, triunfadores cada uno de ellos en las respectivas elecciones de Sinaloa, Oaxaca y Puebla, como abanderados de la alianza contra natura (como la bautizó Manlio Fabio Beltrones) formada por los partidos de izquierda y derecha, que pueden serlo, pero que también son eficaces y veneno para el PRI.
GUERRERO
Conforme se acerca la elección de Guerrero, misma que tendrá lugar el último domingo del mes, surgen informaciones contradictorias sobre el posible resultado.
Según diversas casas encuestadoras, el candidato de la alianza de la izquierda (PT-Convergencia-PRD) Ángel Heladio Aguirre Rivero, se encuentra posicionado dos y tres puntos por encima de su principal adversario el priista Manuel Añorve Baños.
Pero hay otras casas encuestadoras que sitúan al alcalde con licencia de Acapulco con ventaja de esos mismos dos o tres puntos, lo que deja en claro que la contienda será sumamente cerrada.
Lo que es cierto es que la elección será una de las más vigiladas de la historia y no tanto por las triquiñuelas a las que puedan recurrir unos y otros candidatos y los partidos que los respaldan, sino por la violencia manifiesta que tiñe de rojo al estado.
Acapulco concentró la atención nacional e internaciónal por el baño de sangre ocurrido el pasado fin de semana, donde en 24 horas ocurrieron hasta 25 ejecuciones.
La violencia tiene atemorizados a todos en ese puerto, donde la afluencia de visitantes es notoria y la desidia se manifiesta y justifica para no concurrir a las urnas.