Los olvidados
¬ Salvador Estrada jueves 4, Oct 2018Folclor urbano
Salvador Estrada
Gracias a que se pidió prórroga de 24 horas, los aviones de Aeroméxico siguen volando porque se evitó la huelga emplazada, para el primer minuto del uno de octubre, por los pilotos que demandaban aumento salarial.
El sindicato de pilotos logró un aumento del 5.15 por ciento y con ello sus miembros firmaron el acuerdo de incremento salarial y santa y santa paz para ambas partes.
Pero los que no están en paz y ya tienen ocho años de insistir en su lucha son los pensionados de lo que fue la empresa Mexicana de Aviación que declarada en quiebra no pagó a esos trabajadores.
Esos pensionados olvidados de la justicia laboral se han organizado en el aeropuerto de la Ciudad de México para tener su propia fuente de trabajo.
En efecto, los pensionados levantaron una tienda y una cafetería enfrente a lo que era el mostrador de la línea y lo cercaron con mantas para denunciar a las autoridades.
En esa parte del pasillo del aeropuerto venden artesanías y algunas prendas de vestir y establecieron una cafetería en donde se expenden pastelitos, sándwich, galletas, refrescos, “capuchinos y americanos”.
El trabajo se lo reparten los pensionados a fin de llevar dinero a su casa y con las ventas en esa tienda-cafetería obtienen sus mínimos ingresos para su manutención.
Los pasajeros, que abordaran diversas líneas aéreas, se sorprenden al ver esa “pobre cafetería” en comparación con los restaurantes que están en el aeropuerto y como les llaman la atención ingresan y en ”mesas humildes” disfrutan su café y sus pastelillos.
Otros pasan al expendio de las artesanías y lo recorren a fin de comprar un recuerdo o una ropa “indígena” para regalar a amigos o familiares cuando lleguen a su destino.
Las mantas, pintadas en letras negras con fondo blanco señalan que cuentan con un laudo favorable a los pensionados que no se ha cumplido.
Y en otra reclaman al secretario de comunicaciones su palabra empeñada a los pensionados .
“Es una vergüenza ver esta situación de los pensionados, comentan los clientes ocasionales, y ¿por qué no les cumplen? Preguntan a uno de los “meseros”.
“Porque el dueño de la empresa la abandonó y anda en otros negocios y las autoridades no hacen caso y nos han abandonado. Estamos olvidados”.
Los pensionados y sus ex compañeros que trabajaron en Mexicana, según dijo uno de ellos, “esperamos que el presidente López Obrador comprenda nuestro caso y solucione el problema porque son muchos millones de pesos los que nos deben”.