Ni fresa ni fifí
¬ Salvador Estrada martes 2, Oct 2018Folclor urbano
Salvador Estrada
El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, va a empezar a cambiar su proceder, su actuación, en sus giras de agradecimiento con sus electores, porque ya reconoció su papel histórico.
Ha dejado de ser candidato en labor proselitista y así lo dijo a sus seguidores. ¡Ya soy presidente. Ganamos! Al fin comprendió que ya no está en campaña.
¡Soy presidente fresa, presidente fifí! dijo entre serio y jocoso. Y sus electores le aplaudieron.
Ahora, como presidente, ya no como candidato, tendrá que cambiar su discurso y actuar como tal, y pensar bien su discurso y no lanzar al aire frases que pueden causar polémica, como aquella de “la quiebra” que luego cambió por crisis, porque a “algunos no les gustó esa palabra”.
López Obrador no es ni fresa ni fifí, es presidente electo y pronto será presidente constitucional, figura de respeto y atención, cuyas acciones tendrán trascendencia histórica para el país y sus habitantes.
Y si ya reconoció que es presidente y no candidato debe de viajar en avión presidencial y no usar los servicios de las líneas aéreas, que ya son dos veces que sus vuelos están demorados y tiene que esperar horas y horas como cualquier ciudadano.
Un presidente no puede estar en lista de espera porque su tiempo es oro y así lo debe de entender Andrés Manuel, el presidente y no el ciudadano tabasqueño.
El presidente si no quiere un avión lujoso, como el TP01 que usa el actual mandatario, la defensa nacional, a través de su titular, el general Cienfuegos, le ofreció uno de la fuerza aérea que debe aceptar para su protección y comodidad.
Además, como presidente, debe ser protegido y viajar, circular por la ciudad, con un auto blindado y no abrir la ventanilla y exhibirse porque conlleva un alto riesgo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador cuando termina sus actividades en su cuartel de la colonia Roma, sale en su auto blanco, sólo con su chofer y con la ventanilla abierta, para saludar de mano a sus seguidores, que diariamente lo esperan para hacerle peticiones.
Ese proceder del presidente electo debe de cambiar porque corre un alto riesgo y debe pensar en el país y sus habitantes, en lo mucho que tiene que hacer, y dejar de saludar en esa forma a sus electores.
Presidente López Obrador: se reconoce su sencillez y su buena disposición por servir a los ciudadanos, pero es necesario que tome precauciones y se cuide porque usted ya lo dijo “la patria es primero”.