¿Bancarrota o curarse en salud?
Guillermina Gómora Ordóñez martes 25, Sep 2018Caleidoscopio
Guillermina Gómora Ordóñez
“Prometer no empobrece, cumplir es lo que aniquila”, reza la sabiduría popular, y cobra vigencia en la política nacional, luego de que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, quien fundó gran parte de su campaña en la promesa de acabar con la pobreza y otros males que aquejan al país, cambió de discurso y denuncia que México está en bancarrota.
Una afirmación que lo confrontó, de nuevo, con el sector empresarial, pues para Claudio X. González, el país no se encuentra en bancarrota y considera que “ese comentario tan dramático empieza matizar que no se puede cumplir con todo” lo que prometió en campaña, porque no hay suficientes recursos.
En efecto, México no es una economía en jauja, tampoco se distingue por contar con arcas públicas boyantes. Lo que es claro e incontrovertible son sus vastas carencias. Para muestra, los 53 millones de pobres, la peligrosa dependencia tecnológica y comercial que se tiene de países desarrollados, una deuda gubernamental que se ubica en el umbral del 50% respecto al Producto Interno Bruto (PIB) y los millones de trabajadores en el sector informal.
Como se aprecia, el entorno en cuanto al dinero nacional no es precisamente el más óptimo, a pesar de las reservas internacionales por 173 mil millones de dólares acumuladas hasta el 14 de septiembre pasado.
Sin embargo, aun en un marco evidentemente riesgoso, exacerbado por la inestabilidad mundial, México no está en bancarrota. Hoy ocupa la posición 15 entre las economías más grandes del mundo y la segunda entre los países de América Latina, según cifras del Fondo Monetario Internacional; es el país número 13 entre los principales exportadores a nivel mundial, y el primero de América Latina, de acuerdo a la Organización Mundial del Comercio. Además, es una de las naciones que capta más Inversión Extranjera Directa, el año pasado relejó un monto de 29 mil 700 millones de dólares.
De modo que, asegurar que las finanzas públicas están en bancarrota, no sólo es un despropósito, sino que exhibe, al menos, enorme desinformación. México se ubica en el sexto lugar mundial como destino turístico debido a la cantidad de visitantes; por esta actividad ingresaron 21 mil 300 millones de dólares, lo que coloca a este rubro como el tercer generador de divisas, detrás de la industria automotriz y de las remesas enviadas por los connacionales.
Las remesas merecen atención especial. No es únicamente una importante válvula de escape social que otorga margen de maniobra al gobierno mexicano. Es la segunda fuente de ingresos que diariamente apuntala de manera sólida a la tesorería oficial. Tan sólo en 2017 las remesas volvieron a implantar record al totalizar 28 mil 771 millones de dólares.
Para nadie es un secreto que el crecimiento del PIB es exiguo e insuficiente. Con tasa promedio cercana al 2% anual en los últimos años, no se puede aspirar a contar con recursos suficientes para satisfacer el cúmulo de requerimientos sociales como la pobreza, que debe dejar de atenderse con programas asistenciales y electoreros so pena de que algún día esa bomba explote.
Sí, hay muchos puntos críticos, es obvio. Pero, bancarrota es un concepto extremo para definir la actualidad económica mexicana, en ello coincidimos con los empresarios, los expertos financieros, economistas, banqueros, la Secretaría de Hacienda y el Banco de México, entre algunos actores de la sociedad que se inconformaron por las afirmaciones del presidente electo.
En vía de mientras, el coordinador parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, René Juárez Cisneros, advirtió que si a partir del 1 de diciembre, el presidente electo, comienza a cumplir sus promesas de campaña, “México se va a convertir en Disneylandia”. ¿Será?
El país registra crisis en muchas asignaturas, las subrayamos: pobreza, justicia, educación, trabajo, seguridad y desigualdad.
Sobra curarse en salud; las promesas quedaron atrás; ya se terminaron las campañas tan propicias para ofrecer lo que sea a sabiendas que no se cumplirá. Es hora del trabajo en serio y dejar de lado las excusas; la sociedad requiere con urgencia resultados y no más de lo mismo.
VERICUENTOS
Rosario, al coliseo de San Lázaro
Arrancan las comparecencias en Cámara de Diputados, hoy se presenta Rosario Robles, titular de Sedatu. Un senador de Morena nos comentó que primero la mandarán al pleno de “los leones, de San Lázaro’’, que seguramente “la harán pedazos” y después la recibirán en el Senado, en comisiones, para cuestionarla sobre los desvíos por los que ha sido señalada. ¿Le alcanzará el perdón de López Obrador?, en el Congreso. ¡Ufff!
CCE vs SENADO
La ratificación del Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo, en el Senado, no cayó bien entre los empresarios. Juan Pablo Castañón, presidente del CCE, así lo interpretó: “Si la señal que se está mandando es de imponer las cosas, pues, bueno, será lamentable para la confianza empresarial en nuestro siguiente gobierno y en el estado mexicano” ¡Órale!