Uber tiene más autos, pero hay menos calidad
Cd. de México viernes 21, Sep 2018- Suman 457 denuncias contra choferes
- Indagatorias en estados por robo, violación, homicidio y abuso de confianza
Carlos, usuario de Uber, levantó una denuncia ante el Ministerio Público después de ser víctima de secuestro y robo violento en un viaje el 13 de julio a las 3 de la mañana en la Ciudad de México. A ese procedimiento legal contra un conductor de esa plataformar se suman otros 457 por diversas incidencias delictivas en once estados de la República.
Los presuntos delitos sucedieron en los últimos tres años y fueron reportados en 35 municipios, lo cual representa alrededor del 75 por ciento del territorio mexicano en el que la compañía tiene presencia.
Los conductores de Uber acumulan 115 investigaciones por abuso de confianza, 80 por robo, 23 por violaciones, 23 por daños a las cosas, 11 por lesiones culposas y dolosas, siete por fraude, cuatro por homicidios, tres por acoso sexual y otras 191 carpetas de investigación por delitos diversos y no especificados.
Se hicieron 24 solicitudes de información a las fiscalías y procuradurías de los estados donde opera la compañía, pero sólo se tuvo respuesta de once dependencias. Los datos proporcionados por Sonora no se tomaron en cuenta porque fue la única institución que especificó que los delitos cometidos por los choferes pudieron no haberse ejecutado mientras el imputado ejercía su ocupación.
Dos meses después del robo, Carlos relata que en un inicio Uber le brindó asistencia legal para aclarar si su conductor efectivamente estuvo relacionado con el delito. Asimismo, pudo recuperar los ocho mil 500 pesos que los asaltantes se gastaron con sus tarjetas de crédito.
Por otra parte, su experiencia con las autoridades locales no ha sido la mejor: “Cuando por fin me bajaron del automóvil corrí toda una calle y cuando encontré a unos policías me dijeron que si no me acordaba de las placas del carro no iba a proceder ninguna denuncia. Después me dijeron que era imposible que me llevaran a mi casa porque la colonia donde vivo no era su jurisdicción”.
Y después de todo eso, reclama Carlos, ni el Ministerio Público pidió los datos del conductor a la empresa y Uber tampoco le ha informado sobre alguna medida concreta que haya tomado para evitar que otros usuarios vivan la misma experiencia.
Más autos, menos calidad
Las ciudades y municipios donde los conductores de Uber han enfrentado más investigaciones policiales son Mérida, con 164 casos; Santiago de Querétaro, con 55; San Nicolás de los Garza, con 43; Aguascalientes, con 27; Monterrey, con 26; Zacatecas, con 22; Guadalupe, con 20; Puebla, con 18, y Guadalajara con 11.
Ante estos datos, Uber México declaró vía correo electrónico que “el presunto delito por el cual se investiga puede o no estar relacionado con un suceso ocurrido en un viaje contratado a través de la aplicación. Cuando recibimos un reporte de una presunta conducta ilícita, ya sea dentro de la aplicación o a través de prensa y redes sociales, tomamos las medidas pertinentes o que en algunos casos incluye la suspensión temporal de las cuentas presuntamente involucradas”.
Además, la compañía aseguró que sólo acepta el 12 por ciento de solicitudes para utilizar su plataforma, y también agregó que no tienen detectados puntos específicos de la República en los cuales sus trabajadores sean más propensos a cometer ilícitos.
Expertos en transporte público explicaron que la calidad de Uber y sus competidores ha disminuido en los últimos años, debido a su crecimiento acelerado.
“El parteaguas fue el momento en el que Uber dejó de hacer un meticuloso filtro para elegir a sus conductores. Asumo que, al reajustar su modelo de negocio, prefirieron crecer el número de su flota a costa de la calidad. Pero la verdad es que aunque el servicio empeoró, prácticamente todos seguimos usándolo y mucho”, explica el urbanista Iván Amador.
Asimismo, indicó que “hay que entender que Uber y sus análogos son un negocio en busca de ganancias económicas y lo hacen mejorando la movilidad de las personas, pero no nos engañemos, su objetivo principal no es ese, sino obtener dinero, así que si quieres una mejor calidad puedes pagar por servicios de mayor lujo”.
También Bernardo Baranda, director para Latinoamérica del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), dijo en entrevista que “Uber tiene más controles que un taxi. Una ventaja de la plataforma es que permite un cierto control, pero no pudo escapar de la inseguridad que nos aqueja y seguramente hay conductores que no deberían estar trabajando ahí, que son aquellos que han cometido algún delito”.
Ambos expertos coincidieron en que a pesar de todo, Uber sigue siendo una mejor opción frente a los taxis cotidianos. Iván Amador, del Colegio de Urbanistas, lo resumió así: “Yo diría: en tres años en la CDMX hubo más de 7 mil 800 denuncias hacías taxis tradicionales. ¿Qué quiere decir esto? Uber no es 100 por ciento seguro, pero sigue siendo el mejor medio de ‘transporte público’ disponible”.
Karen, otro caso
Karen pidió una unidad de Uber que la llevara de la delegación Cuauhtémoc a la Venustiano Carranza en la Ciudad de México, un recorrido de 20 minutos aproximadamente, pero el taxista se desvió hasta el Estado de México con el argumento de que su GPS le marcaba esa ruta.
“El conductor extendió la pantalla para que sólo se viera una línea recta y no se viera todo el mapa. Le expliqué que esa no era la ruta y tocó su celular para mostrarme que ‘sí era’. Me dijo que probablemente había cambiado el camino por alguna calle cerrada”, relata.
Antes de abordar el carro, Karen tomó las medidas de seguridad de siempre: reconoció las placas del automóvil, verificó que el conductor fuera el correcto y compartió el viaje con su esposo, quien la esperaba en casa junto con su hija. Pero todo eso no impidió que durante minutos la joven imaginara lo peor.
“Me empecé a asomar por todos lados cuando iba en el carro, pero ya era noche y todo estaba solo. En eso el conductor empezó a acelerar más y le pedía que se diera la vuelta en ‘U’; cuando yo se lo decía sólo contestaba ‘sí’ y no lo hacía”, relata la joven.
Fue hasta que el taxista bajó la velocidad del vehículo cuando Karen abrió la puerta y, aún con el coche en movimiento, dio un brinco de fe para correr a una gasolinera cercana a pedir ayuda. “Afortunadamente no me caí y corrí al sentido contrario de la dirección de los carros. Volteaba para ver si el conductor me seguía y no fue así. Si él me hubiera querido hacer algo, lo hubiera podido hacer”.
Uber: un tema global
Uber no sólo ha dado de qué hablar en México, también en otros países. Hace un año el gobierno de Londres amenazó con prohibir la circulación de unidades por la congestión que provocaban en las calles y porque la compañía no había resuelto las denuncias de acoso sexual interpuestas por algunas mujeres.
También hace unas semana New York decidió frenar el crecimiento de la empresa, pues el ayuntamiento local consideró que sus calles estaban saturadas de carros. Según el INRIX Global Traffic Scorecard, un estudio internacional que mide la cantidad de tráfico en las ciudades más importantes del mundo, “La gran manzana” ocupa el primer lugar en congestión vehícular.
“No queremos que haya más vehículos en las calles, algunas ciudades ponen ciertos límites de cuántos autos que trabajan para esta empresa pueden circular. Es más interesante cuando viaja más de un pasajero en un mismo carro, tipo Uber Pool, porque ahí reduces la cantidad de vehículos que transporta gente”, dice Bernardo Baranda de ITDP México.
Para los especialistas la principal causa de la baja en la calidad del servicio de Uber ha sido su crecimiento descontrolado. Durante el 2017 la empresa informó que en México había más 200 mil socios conductores en la plataforma, pero para este año esperaba llegar al medio millón.
Sobre este debate fluyen las quejas de usuarios víctimas de presuntos delitos o un mal servicio dentro de la plataforma. En Facebook o Twitter es común encontrar casos como el de Aranxa Lugo, quien pidió un taxi para ir a la colonia Condesa en la CDMX y terminó perdida en Naucalpan, Estado de México, a las seis de la mañana.
El caso de Aranxa es parte de la cifra negra de presuntos delito cometidos por conductores de Uber; ella no denunció lo que otras víctimas han interpretado como privación ilegal de la libertad.
Y cuando la joven preguntó a la empresa si el conductor que la perdió había sido dado de baja, la información le fue negada. A este respecto la compañía únicamente ha difundido el dato de que el año pasado desactivó a 9 mil conductores por incumplir sus normas de calidad y realizar viajes fuera de la aplicación.