Nueva farsa sexenal
Freddy Sánchez martes 11, Sep 2018Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Un par de huevos, mal hechos, los hace cualquiera.
No así, una suculenta “torta” a la española, unos “poché” a su cocimiento exacto o revueltos a la mexicana que deleiten al paladar más exigente.
La buena y la mala cocina, se notan.
Lo mismo que ha pasado en México en la lucha contra la delincuencia.
Quienes han estado a cargo de esta tarea institucional, (en los últimos tres sexenios por lo menos), en vez de actuar como expertos en seguridad lo hicieron y lo siguen haciendo como auténticos “chambones”.
Bien podría decirse que se metieron a cocineros sin tener la más mínima idea de lo que significa dedicarse a la cocina.
De tal suerte que se ganaron la condición de profesionales de la mediocridad, debido a sus ineficaces desempeños al cuidado de la seguridad de los mexicanos.
Y el ejemplo de los huevos mal hechos, se queda corto comparado con el saldo funesto de tres sexenios de creciente y cada día más insoportable corrupción, impunidad y crimen organizado.
El “talón de Aquiles” de los arrogantes y engreídos gobiernos de la tecnocracia, a cargo de panistas y priistas en los últimos diez y ocho años. Hasta que sucedió lo que todo el mundo sabe.
El desprecio en las urnas para los tecnócratas y el arribo al poder de “Morena” con un Andrés Manuel López Obrador, que prácticamente “sin despeinarse” superó a sus contrincantes electorales en extremo faltos de visión social y declaradamente ineptos como salvaguardas de la seguridad y la paz en México.
Así que el “paquetazo” heredado al próximo gobierno federal requerirá un despliegue de gran talento, estrategia innovadora y perfecta ejecución de las políticas institucionales para detener la escalada violenta en el país y frenar el poder económico y corruptor de las mafias criminales.
Y sólo así estar en condiciones de poder devolverle a nuestra patria la tranquilidad perdida.
En ese sentido tres deberán ser las tácticas oficiales a seguir, en tres áreas en las que definitivamente se ha fallado sexenio a sexenio de tecnocracia política gubernamental.
Prevención del delito, persecución de los delincuentes y rehabilitación de los reos carcelarios.
Las tres malditas cosas en las que ningún gobierno se esmera en responder con eficacia a las apremiantes necesidades de una sociedad que se siente secuestrada por los grupos delictivos en constante expansión y diversificación de sus conductas delictivas a pesar de acciones y más acciones gubernamentales en su contra.
Así que si Andrés Manuel y su equipo de trabajo logran un verdadero y no ficticio triunfo contra las organizaciones criminales en México, su partido habrá llegado para quedar por mucho tiempo.
Pero, en caso contrario, otra sería la historia del gobierno que asumirá el poder en sustitución del PRI de Enrique Peña Nieto.
Y es que no pasará mucho tiempo, puesto que a lo sumo después del primer trienio, comenzará a caer por lo suelos la creciente popularidad de Andrés Manuel.
Eso, lógicamente, si en vez de cambios positivos en la lucha contra la corrupción, la impunidad y el crimen organizado, se mantiene en auge lo que provocó la reacción de las masas contra la tecnocracia dedicada torpemente a cuidar sin mayor éxito el bienestar de la clase media y de los pobres, esmerándose por el contrario en proteger los intereses de los que más tienen y más quieren seguir ganando, aunque a todos los demás los aflija la tristeza dada la quebrada economía familiar y tantísima inseguridad.
De modo que tal cosa simplemente no se le perdonaría al gobierno de Andrés Manuel, porque la nación estaría padeciendo una nueva farsa sexenal.