El conflicto universitario
¬ Augusto Corro lunes 10, Sep 2018Punto por punto
Augusto Corro
Un grupo de porros agredió a estudiantes que se manifestaban pacíficamente frente al edificio de Rectoría en la UNAM, hace ocho días. De la agresión, dos jóvenes resultaron heridos de gravedad.
Las escenas violentas de los delincuentes contra los alumnos del CCH Azcapotzalco fueron grabadas por varios testigos.
En ellas aparecían los llamados porros con indumentaria que los identificaba como el grupo de agresores.
Las autoridades declararon que se investigaría el caso que impactó en la comunidad universitaria, molesta por los hechos criminales registrados en los terrenos de la UNAM.
Se efectuó una manifestación mayúscula de protesta para exigir el fin del porrismo en las instalaciones universitarias.
Los estudiantes acordaron no quitar el dedo del renglón y el próximo 13 de este mes realizarán otra marcha, para exigir que se cumplan sus peticiones. Mientras, quedaron libres dos jóvenes que las autoridades detuvieron como presuntos responsables de participar en el grupo de porros que agredió a los estudiantes del CCH Azcapotzalco.
La razón de la libertad de los dos presuntos porros, obedeció a que nadie los acusaba de delito alguno.
Quizás ni el rector de la UNAM ni las autoridades quieren entender que lo ocurrido en la universidad no es cosa de juego.
Ya tuvimos la amarga experiencia del conflicto estudiantil del 68, que empezó por un problema menor.
En los videos grabados por testigos de los acontecimientos, se ve a los porros en plena acción violenta contra los estudiantes.
Se trata de sujetos plenamente identificados, que tendrán que responder a su conducta criminal. No es suficiente su simple expulsión como estudiantes de la UNAM.
PROTESTAS Y EXIGENCIAS INCUMPLIDAS
Continúan sin el apoyo de las autoridades estatales y federales los damnificados del terremoto de hace un año que sacudió a Oaxaca y Chiapas.
Legisladores oaxaqueños manifestaron que la respuesta del gobierno estatal y federal fue un fracaso.
Demandaron, además, la renuncia e inhabilitación de todos los servidores públicos nacionales y locales que incumplieron con la responsabilidad de atender a las personas afectadas por el sismo de 8.2 grados que “dejó muertos, heridos y a miles de familias sin casa”.
También señalaron que no hay un padrón completo ni confiable de los damnificados, “muchas casas siguen destruidas y sus habitantes viven a la intemperie; las escuelas, bibliotecas, mercados y edificios públicos todavía no son funcionales”.
La tragedia de los oaxaqueños continuará y nadie saben quién o quienes acudirán a solucionar los problemas que aquejan a los damnificados, de miles de personas que ya vivían con la pobreza que el terremoto la hizo más grave.
LAS FOSAS CLANDESTINAS
La Fiscalía General de Estado de Veracruz informó que se descubrió una fosa clandestina que contiene los restos de alrededor de 166 personas.
Esta vez el hallazgo ocurrió en el centro de la entidad.
México se convirtió hace varios años en tierra sin ley, en la que los grupos criminales actúan impunemente. La corrupción e impunidad son armas que utiliza el crimen organizado para burlar a la justicia.
De ahí, la proliferación de miles de desaparecidos, cuyos restos se encuentran en las fosas esparcidas por todo el país.
En Veracruz, la lucha entre los denominados cárteles de la droga bañó de sangre la entidad. La presencia del Cártel del Golfo, Los Zetas y el Cártel Jalisco Nueva Generación, generó una espiral de violencia criminal incontrolable.
Si a lo anterior se suma la ineptitud de los gobiernos y su policía no es de extrañarse el alto índice delincuencial. En Veracruz, los gobiernos van y vienen y la espiral de violencia crece incontenible.
EL CONTRABANDO DE ARMAS
Entre otros de los factores que influyen en el alto índice de criminalidad en México, es el contrabando de armas.
La facilidad como se consiguen todo tipo de rifles de alto poder, pistolas, granadas explosivas, etc., permite que cualquier persona consiga esas armas letales.
En nuestro país, los grupos criminales se apoyan en el tráfico de armas en la frontera con Estados Unidos, como ocurre, por ejemplo, en Tamaulipas, donde la violencia es constante.
Se conoce bien el problema del contrabando de armas, pero ahí sigue, sin nadie que intente erradicarlo.
¿O alguien se encarga de vigilar las aduanas? ¿Usted qué opina amable lector?