Potencial turístico de una isla
¬ José Antonio López Sosa lunes 10, Sep 2018Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
La Habana, Cuba.- Sin lugar a duda, la historia de Cuba y en particular de La Habana es inherente al turismo si nos remitimos a los inicios del siglo XX, cuando luego de la dominación española y tras una furtiva independencia, la mirada de los Estados Unidos se puso sobre sus calles y costas para crear un centro de entretenimiento bañado por las aguas del Mar Caribe.
Lo que sucedió despúes lo conocemos bien, abusos por parte de los Estados Unidos, juego, drogas, corrupción y una sociedad oprimida para saciar los intereses del mercado que demandaba diversión y exquisiteces sin importar el saqueo de un pueblo.
Llegó la Revolución y al alinearse con el bloque soviético se echó atrás todo el esfuerzo turístico que para bien o para mal, había posicionado a Cuba ante el mundo entero, las prohibiciones excesivas mermaron esa gran capacidad turística y fue hasta el período especial, tras la caída de la Unión Soviética en los años noventa cuando el régimen cubano voletó los ojos al turismo como una fuente importante de entrada de divisas.
Ha habido esfuerzos en ese sentido, sin embargo aún falta un largo camino por recorrer a Cuba. Las comunicaciones, los transportes, la industria hotelera, la conectividad, en fin, muchos rubros donde tiene que haber inversión pública y privada para poner a la isla a la altura de los mejores destinos internacionales.
Tienen la historia, la cultura, la música, el calor de un pueblo lleno de vida, playas, montaña, ciudades coloniales, en fin, lo único que falta es voluntad política del gobierno cubano para mejorar aeropuertos y carreteras, para quitar restricciones irracionales a los visitantes (como en no poder tener acceso libre al internet o tener que pagar alto costo por una tarjeta de turista llamada Visa) y fomentar el crecimiento turístico.
No se trata de masificar, Cuba es un destino que debe ser de alta calidad, no de masas, de gente que sabe valorar el pasado y el presente, del viajero inteligente que no busca el outlet o el lujoso centro comercial, en fin, muchas cosas que hay por resolver hoy en Cuba para hacerlo la potencia turística que debiera ser desde hace años.