Cifras del horror
Alberto Vieyra G. martes 4, Sep 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¡Se los tragó la tierra! Las cifras del horror son estremecedoras. Pare oreja y si tiene niños cuídelos como a las niñas de sus ojos, porque los mafiosos robachicos están haciendo que México se convierta en la meca de niños desaparecidos.
En los últimos 10 años han desaparecido como por arte de magia en el territorio azteca, la escandalosa cifra de 5 mil 452 menores de edad que van desde los niños de pecho hasta los 17 años. Nadie sabe de su paradero. Pareciera que se los tragó la tierra.
Las cifras del horror hacen temblar hasta los más valientes, pues en la última década 3 mil 217 niñas y 2 mil 235 niños les han sido arrebatados a sus padres misteriosamente, el 70 por ciento de ellos durante el régimen de Enrique Peña Nieto y el 30 por ciento durante el desgobierno de Felipe Calderón, de acuerdo con el “Registro Nacional de Personas Desaparecidas” y la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho.
¿Qué nos dice este silencioso fenómeno y tan significativas cifras del horror? Que los niños son víctimas de las mafias criminales que se han multiplicado como hongos, a razón de un maldito modelo económico neoliberal que ha empobrecido a millones y millones y ha enriquecido escandalosamente a no más de 50 familias mexicanas. Ese es el meollo del asunto: la injusta distribución de la riqueza y la falta de oportunidades de empleos dignos para nuestros compatriotas.
Nos dice también que el Estado mexicano, muchas veces corroído por las mafias criminales, no sirve, pues según el INEGI en muchos casos de investigación se aduce que los menores de edad pudieron haber sido raptados por sus padres, en casos en el que el matrimonio es un desastre. ¿Y dónde no lo es? ¿Por qué nada sabemos de ese estremecedor fenómeno? ¿Por qué algunos medios de comunicación callan? Sus razones tendrán, principalmente por falta de denuncias o porque en otros casos se ven involucrados importantes personajes de la vida eclesiástica, política el arte, el deporte, empresarios y un puñado más de pederastas que lucran con los menores que son vendidos en el mercado negro hasta en 100 mil pesos para que sean abusados sexualmente.
En su libro Carriolas vacías, la periodista jalisciense María Antonieta Flores Astorga, documenta el modus operandi de algunas mafias criminales que trafican con niños en Jalisco, Michoacán, Nayarit, Chihuahua, Sonora, Sinaloa y otras entidades del centro del país, que en muchos casos se hacen pasar como miembros de empresas trasnacionales dedicadas a la alimentación infantil y los arrebatan de sus padres mediante engaños prometiéndoles que posarán para promocionar Gerber, por ejemplo, y otras marcas reconocidas mundialmente. Les pagan bien y los niños y niñas que han tenido suerte son devueltos a sus padres, pero violados y en la mayoría de los casos desaparecen sin dejar rastro.
¿El nuevo gobierno lopezobradorista será capaz de frenar esas escandalosas cifras del horror y dar certidumbre a mis tres lectores y radioescuchas y a la patria mexicana para que la tierra no se siga tragando a los niños?