El poeta Edgar Allan Poe
¬ Humberto Matalí Hernández miércoles 23, Nov 2011Al son de las fábulas
Humberto Matalí Hernández
El más alegre día, la hora más serena
mi corazón ajado y herido conoció;
más ahora comprendo con infinita pena
que mi poder y orgullo ya se desvaneció.
Edgar Allan Poe. | El día más feliz
Edgar Allan Poe (¿1813?-1849) ocupa un lugar de honor en el Olimpo de los grandes escritores de la Humanidad. La perfección de sus narraciones, con un lenguaje claro e ideas originales, lo convierten en uno de los iniciadores del cuento moderno. Al mismo tiempo es un extraordinario y soberbio poeta, con sensibilidad y amplios conocimientos literarios.
“Las narraciones extraordinarias”, título aplicado en las traducciones al español, son el detonante de la evolución de los cuentos, incluidos los de detectives, pero de acuerdo con la tradición de los ignorantes y bárbaros habitantes de ese conglomerado multirracial, decadente, los EU, actual superpotencia mundial, su obra poética es ignorada. La excepción es el tenebroso poema “El cuervo” con la repetición de las palabras “nunca más” (nevermore), como respuesta emplumada al desesperado enamorado que pierde a la amada. Es la cumbre de la poesía de esa nación y sin embargo, como dice Charles Baudelaire, primer traductor al francés de la obra de Poe y por lo tanto su descubridor mundial, a los yanquis les interesa más la vida de alcohol y droga que causaron la pronta muerte del genio nacido en Boston, en lugar de estudiar y leer las narraciones, cuentos y poemas. Actitud señeramente estúpida de los incultos. Por fortuna aún dentro de los yanquis, hay un amplio grupo de intelectuales que lo conocen, aunque es estudiado con mayor seriedad en Europa y América Latina.
Remitirse a la poesía de Edgar Allan Poe, no es acercarse a poemas delicados, con rimas de ternuras llenas con amor y desamor. Por el contrario, es recorrer la desolación del alma, la desesperación de los desesperados (pleonasmo intencional) por la vida y el amor, el acercamiento mórbido a la Muerte y las angustias de la existencia.
No abundan las traducciones al español de los poemas completos, pero gracias a Jorge Luis Borges se logró una, aunque hay ediciones anteriores, como una argentina, de 1957 con prólogo de Rubén Dario y desde luego la maravillosa del siglo XIX, hecha al francés por Baudelaire, utilizada durante décadas como la fuente para traducir a Poe a otros idiomas. Ahora ya se cuentan con algunas hechas directo de los textos originales.
En algunas narraciones, Allan Poe incluye poemas como parte del texto, en asombrosa muestra de doble creación. Para muchos estudiosos de la obra de Poe, la mejor es en el cuento “Ligeia”, con el poema “El gusano triunfante” de versos grandiosos, con terribles y melancólicas figuras poéticas: ¡Mirad! ¡Esta es noche de gala / después de los postreros años tristes! / Una multitud de ángeles alígeros, ornados / de velos y anegados en lágrimas, / siéntanse en un teatro, para ver / un drama de miedos y esperanzas, / mientras la orquesta exhala, a ratos, / la música de los astros.
// Mimos, a semejanza del Altísimo, / murmuran y rezongan quedamente, / volando de un lado para otro; / meros muñecos que van y vienen / a la orden de grandes seres informes / que trasladan la escena de aquí y allá, / ¡sacudiendo con sus alas de cóndor / el Dolor Invisible!
// ¡Qué abigarrado drama! ¡Oh, sin duda / jamás será olvidado! / Con su Fantasma, sin cesar acosado / por un gentío que apresarle no puede, / en un círculo que gira eternamente / sobre sí propio y en el mismo sitio; / ¡mucha Locura, más Pecado aún / y el Horror, son el alma de la trama!
// Pero mirad: ¡entre la chusma mímica una forma rastrera se entremete! / ¡Una cosa roja de sangre llega retorciéndose / de la soledad escénica! / ¡Se retuerce y retuerce! Con jadeos mortales / los mimos son ahora su pasto, / los serafines lloran viendo los dientes del gusano / chorrear sangre humana.
// ¡Fuera, fuera todas las luces ¡ Y sobre cada forma trémula, / el telón cual paño fúnebre / baja con tempestuosos ímpetu… / Los ángeles, pálidos todos, lívidos, / se levantan, descúbranse, afirman / que la obra es la tragedia Hombre, / y su héroe el Gusano Triunfante. (En traducción de Julio Gómez de la Serna. Edic. Aguilar).
Una grandiosa muestra para incitar a la lectura de la poesía de Poe. Otra es por ejemplo, el arranque de la cuarta estrofa de “Las campanas”: “Dobla y dobla lentamente / negra campana de hierro / que invita con son doliente / al entierro”.
Con ese ritmo poético Poe escribe prosa, por eso riqueza de las narraciones, capaces de inspirar emociones de miedo y angustia, aún en estos tiempos cínicos, de guerras fraticidas, Con la capacidad de asombro perdida. “El hundimiento de la casa de Usher” es uno de los más logrados, junto con el manejo maravilloso de la intriga en “El barril de amontillado”. Y soberbia en las descripciones de “La posesión de Arnheim o El paisaje de jardín”, en donde muestra de la belleza utópica de la naturaleza.
El divino alcohólico, el genio incomprendido, explotado y humillado por la conservadora sociedad yanqui, es más que un inspirador de guiones para filmes de terror a la Vicent Price. Es un poeta supremo y un renovador de la literatura, descubierto por Charles Beudelaire, uno de los poetas malditos autor de “Las flores del mal”.
Ejemplo de la prosa poética escrita por Allan Poe es la parábola “Sombra”, cuyas frases iniciales son asombrosas: Vosotros que me leéis, estáis todavía entre los vivos. Yo, que escribo ahora, estaré, desde hace mucho tiempo, en viaje por la región de las sombras.