Celebrando la incertidumbre
¬ José Antonio López Sosa miércoles 29, Ago 2018Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Nueva York, Estados Unidos.- Hace un par de días se anunció en Washington con bombo y platillo que nuestro país y los Estados Unidos llegaron a un entendimiento para que no desparezca el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés).
Como si fuese un avance sistemático para nuestra economía, jubiloso el presidente Peña, sus secretarios de estado e incluso la gente del equipo del presidente electo López Obrador.
Canadá está incierto aún y el actual canciller Videgaray prácticamente dijo que ese no es asunto de México.
Juega con fuego en ese sentido la administración actual, dado que Canadá ha sido un duro defensor de un tratado trilateral y no dos bilaterales, también tomando en cuenta el potencial desarrollo comercial con los canadienses y lo que este gesto pueda significar.
La realidad es que poco se informó sobre los acentos y las comas de este nuevo acuerdo, se celebró el acuerdo por el acuerdo y luego de la circense llamada telefónica de Trump con Peña Nieto, pareciera que tenemos una parte de nuestro futuro resuelto.
Debemos recordar que, si bien hay aspectos muy positivos del NAFTA desde su firma en los noventa, también existen elementos que van contra la propia economía mexicana.
No se trata de enarbolar una lucha anti NAFTA como ha sido el cometido de diversos sectores, pero sí, ser críticos en los capítulos que puedan seguir afectando a distintos sectores productivos del país.
Ha sido la constante de este gobierno, celebrar la incertidumbre, carecer de certeza y recurrir a la retórica para explicar lo que todos saben y ocultar lo que todos quieren saber.
Habrá que esperar a lo que suceda con Canadá, esperando que el tratado pueda seguir siendo trilateral, pues en ello radica la fortaleza de una región y no, en un acuerdo comercial bipartita que solo contempla a dos vecinos en una región por mucho, más amplia.
Seguimos siendo testigos del como Luis Videgaray llegó a aprender, no solo a la cancillería, sino al gobierno desde el año 2012.