Hablando de desafueros
¬ Gustavo Mora viernes 7, Ene 2011Nostálgicos y acelerados
Gustavo Mora
La LII Legislatura federal quitó el fuero de senador por Sonora al ex director general de Petróleos Mexicanos, Jorge Díaz Serrano, en una clara vendetta política de Miguel de la Madrid Hurtado, contra quien lo impuso como candidato presidencial, José López Portillo.
Todo mundo sabía que Díaz Serrano nada tenía que ver en la compra ilegal con comisión suculenta, de unos barcos para la paraestatal más importante de México. Más bien, fue negocio de los hermanos del Presidente de la República, pero don Jorge se portó machito y no abrió la boca como pago a que López Portillo lo había rescatado del alcoholismo años atrás. Cuando Díaz Serrano hizo su defensa en la tribuna de la Cámara de Diputados, el panista de cinco estrellas, Juan José Hinojosa, le reclamó: “si hubiera usted hablado con esa hombría cuando estuvo entre pares (diputados y senadores que decidieron llevarlo a juicio político), yo no hubiera dado mi voto aprobatorio”. En cambio, el priísta Mariano Piña Olaya que después fue recompensado con el gobierno de Puebla, le cargó la mano al mejor amigo del ex presidente. Y su majadera respuesta de “yo no hablo con periodistas muertos de hambre” cuando se le preguntó cómo iba el juicio de Díaz Serrano, se le respondió: “ni nosotros, con políticos corruptos”. Total, que cuando terminó la sesión declarando el desafuero del senador, la Policía Judicial Federal intentó ingresar al salón de sesiones del Palacio Legislativo de San Lázaro para aprehenderlo. Humberto Lugo Gil, que era el líder de la Cámara de Diputados, lo impidió y les dijo que esperaran afuera de las instalaciones del Palacio Legislativo. Cuando don Jorge puso un pie en la calle, le dieron chance de ir a su casa a cambiarse de ropa, ya que iba vestido de traje, camisa y corbata azules, mientras que lo que iba a necesitar era el color beige de los internos del Reclusorio Oriente. Florentino Ventura acompañó a Díaz Serrano en la camioneta del ex senador, en el recorrido de Polanco al penal y lo ingresó como uno más de los reos. Jorge Díaz Serrano dio cursos a los internos y le permitieron la construcción de una cancha de tenis, donde jugaba con los pocos amigos que fueron a visitarlo.
La LIX Legislatura se encargó de desaforar a López Obrador por consigna presidencial de Vicente Fox Quesada, para intentar cerrarle el paso a una candidatura presidencial que se dio en el 2006, por el cus-cus del guanajuatense de llevar el juicio hasta sus últimas consecuencias, con el encarcelamiento del funcionario, quien abandonó el salón de sesiones antes de que hubiera sentencia condenatoria y se tomó unas vacaciones para regresar a su despacho del gobierno capitalino que le había cuidado Alejandro Encinas. Nada pasó con el desacato judicial que hizo quedar mal a los tres poderes (Ejecutivo, Judicial y Legislativo).
René Bejarano, ex secretario particular y líder de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, fue a dar con sus huesos al Reclusorio Sur, donde recibió todo tipo de consideraciones, por sus transas con el argentino novio de Rosario Robles, a la que Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano le heredó la jefatura de gobierno del Distrito Federal. Bejarano viajó del Palacio Legislativo de San Lázaro a su domicilio sin escolta, ni ser molestado para nada. Llegó al Reclusorio Sur en su automóvil particular y tenía derecho a teléfono celular y que le llevaran xoclaya de su casa diariamente. Recibía amigos cuando se le daba la gana.
Y lo último de este capítulo negro es el desafuero del michoacano Julio César Godoy Toscano (medio hermano del gobernador de Michoacán, Leonel Godoy), quien fue introducido en la cajuela de la camioneta de un legislador para que pudiera rendir protesta constitucional como diputado federal, para quitarle el fuero unos días después, con su partido (PRD) votando a favor del dictamen. Y no hubo policía que lo aprehendiera, aunque la versión oficial es que lo buscan por cielo, mar y tierra, no sólo en México, sino en todo el mundo. Achís, miachís. Sigue con la protección del grupo delictuoso “La Familia”.
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Deben de estar temblando los secuestradores (oficiales o hampones) de Diego Fernández de Cevallos, ante la amenaza de que… “se actuará con todo el peso de la ley” contra ellos en cuanto se les localice (¿será después del 2012, cuando se haya ido Calderón de Los Pinos?)… En Argentina no se andan con mamilas y el ex dictador Rafael Videla recibió una condena judicial de cadena perpetua, cuando en México se dijo que prescribió el delito de genocidio (ministro Juan Silva), para proteger al principal represor del tlatelolcazo y halconazo (Luis Echeverría Álvarez). Conocimos en la Organización de Estados Americanos al entonces prepotente Videla, en una convención de gorilas, que incluía al paraguayo Stroessner, al chileno Augusto Pinochet, a Omar Torrijos y al nicaragüense Somoza.