Peces gordos y chicos
¬ Augusto Corro jueves 16, Ago 2018Punto por punto
Augusto Corro
Uno de los retos del presidente Andrés Manuel López Obrador será el de acabar con la corrupción que se encuentra por todas partes en México.
Durante años, los funcionarios públicos se dedicaron a saquear el tesoro público y pocos fueron juzgados y enviados a la cárcel.
Esas acciones ilegales fueron practicadas por los gobernadores en diferentes estados, entre estos donde golpea más fuerte la pobreza.
Ya lejos de su responsabilidad como mandatarios se dedican a vivir holgadamente de lo robado. En las mismas circunstancias se encuentran ex funcionarios públicos.
¿En la próxima administración pública cual será la fórmula que terminará con el saqueo el descarado de los gobernadores y burócratas de primer nivel?
En sexenios anteriores, los presidentes en funciones declaraban su empeño para combatir la corrupción. Todo quedaba en palabras.
Inclusive, se habló de castigar, en el sexenio de Vicente Fox, a los peces gordos, es decir a los ladrones que metieron las manos en el erario para enriquecerse ilegalmente.
La realidad fue que ni peces gordos ni chicos fueron encarcelados por los robos a la nación. Aun se les ve en franca burla a la justicia.
Quizás una de las maneras de controlar a los gobernadores se concrete con la presencia de un delegado enviado por el presidente López Obrador.
Los mandatarios estatales tendrán una vigilancia más estrecha que evitará, supones, el desvío del dinero público.
Mientras dos peces gordos, los ex gobernadores Rodrigo Medina y César Duarte, de Nuevo León y Chihuahua, respectivamente, nadan libres sin nadie que los moleste.
EL PROBLEMA DE LOS POLICÍAS
México padece una violencia incontrolable derivada de muchos factores, entre otros, la nula efectividad de sus cuerpos policiacos en la lucha contra la delincuencia.
En los diferentes entidades, las policías municipales y estatales prefirieron actuar del lado de los delincuentes, que a favor de la sociedad.
Son innumerables los uniformados que no pasaron los exámenes de confianza que les permite formar parte de una cuerpo de policías, continúan en las filas porque a nadie se le ocurrió despedirlos. En otros casos, corporaciones policiacas completas son intervenidas y sus elementos reemplazados en su totalidad por sus relaciones con las bandas delincuenciales.
Las policías municipales fueron el hilo más delgado que sirvió a la delincuencia organizada para cometer toda clase de ilegalidades.
En algunos municipios, los uniformados “trabajan” asociados con los representantes de los cárteles de la droga. Un ejemplo: policías y narcos participaron en la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.
En la Ciudad de México (CDMX) los representantes de la ley son tan temidos como los propios delincuentes.
Hechos recientes llevan a pensar que en la capital, los uniformados no tienen un jefe que los exhorte a cumplir con su responsabilidad de acuerdo con la ley.
Hace varios días, un fotoperiodista fue golpeado por cuando tomaba fotografías de una acción represiva de los uniformados que perseguían a supuestos narcomenudistas. De esa agresión, la policía no volvió a informar.
El pasado fin de semana, un joven abogado fue asesinado a tiros por uniformados que se molestaron porque el ahora occiso se negó a detenerse en un retén del alcoholímetro, y en su huida choco contra un coche patrulla. Para la policía fueron motivos suficientes para quitarle la vida.
Con la nueva visión de luchar contra la violencia, las autoridades deberán poner una atención esmerada para hacer de los cuerpos policiacos instrumentos que brinden seguridad y confianza, que tanta falta nos hacen.
EL REY DE LOS DEPORTES
Siempre se consideró al beisbol como “el rey de los deportes”. Pues que bueno, a mí ni me beneficia ni me perjudica, sino todo lo contrario como decía el filósofo aquél.
El tema viene a cuento, porque el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, dijo que se impulsará a ese deporte, quiero suponer, por encima del futbol soccer, que es “la nueva religión del mundo”.
Sólo que como el “beis” es el deporte favorito de AMLO, no tuvo inconveniente en destacarlo como uno de sus proyectos importantes.
Representantes de la denominada “comentocracia” no tardaron en criticar ese proyecto, al que calificaron como un decreto a cumplir, sin darle vuelta alguna, porque así lo planteó el tabasqueño. No es para escandalizarse por el asunto.
Seguramente, algunos de los asesores de AMLO le dirá que también el futbol soccer es importante y que es necesario que también se le apoye y punto.
No hay porque pelearse por algo que tiene remedio, sin mayor problema. Sólo que en estos tiempos a AMLO lo traen muy “fildeado”, término beisbolero equivalente a vigilado, en todo lo que dice y hace. Ni hablar.