“La estética del crimen” celebrará 500 representaciones
Espectáculos lunes 13, Ago 2018- Carlos Rangel es el carismático actor que da vida a Tony Deschamps, dueño de la estética ubicada en el mismo edificio donde ocurre el asesinato. Y quien en entrevista para DIARIOIMAGEN declaró que “ya vamos a cumplir año y medio de estar en cartelera”
Arturo Arellano
Una de las obras de teatro más divertidad y originales en la cartelera actual mexicana es “La estética del crimen”, que luego de más de año y medio ofreciendo funciones llega a las 500, lo cual no es más que el resultado de un trabajo impecable que ha cautivado al público mexicano. La obra se presenta en el Teatro Fernando Soler y la virtud de la misma, además del extraordinario texto y la cátedra de comedia que ofrecen los actores es que cada función tiene el final que el público decide, ya que ésta se vuelve interactiva a partir del asesinato de uno de los personajes, cuyo misterio se debe resolver.
Carlos Rangel es el carismático actor que da vida a Tony Deschamps, dueño de la estética ubicada en el mismo edificio donde ocurre el asesinato. Y quien en entrevista para DIARIO IMAGENdeclaró que “ya vamos a cumplir año y medio de estar en cartelera. Estamos próximos a celebrar las 500 representaciones por lo que estamos contentos y orgullosos porque son pocas las obras que duran tanto en cartelera. Las condiciones de la obra se prestan para que sea una temporada tan larga, la gente se la pasa muy bien y riéndose todo el tiempo, aunado a que cada vez el espectador tiene la oportunidad de ver un final diferente, pues nosotros improvisamos el final que la gente nos indique, según al asesino que elijan”.
Destaca que “la experiencia que me llevó es la de trabajar con la compañía de teatro más importante de México que es ‘Mejor Teatro,’ en este año han pasado bastantes compañeros por la obra … Hasta Michelle Rodríguez y eso nos llena de aprendizaje, porque siempre llegan todos a aportar, es una delicia compartir el escenario con nuevos compañeros. Cada actor le da un toque tanto al personaje como a la obra, por ejemplo, Ceci y Dalilah Polanco en el papel de la señora Lascuráin hacen un trabajo extraordinario y cada una con su sello”.
Describe que “lo divertido es que sucede un asesinato en el mismo edificio donde se ubica la estética. Nadie entró ni salió del edificio más que las personas que están en la estética. Entonces, llega la policía y se vuelve una obra interactiva porque el respetable participa. De pronto la gente ve cosas que no pasaron y que en el momento no podemos negar porque es su verdad. Incluso, la gente puede pedir evidencia como maletines, cosas que tenían los personajes en las manos. Un día por ejemplo una señora quería ver unas toallas que según ella eran evidencia del asesinato, pero durante la obra se juega con muchas cosas ese día sacamos como 40 toallas y nada mas no era la que quería la señora (risas), eso te deja ver lo involucrada que la gente está en la historia”.
Añade que lo genial del autor es que “jamás se hace mofa de la muerte de Isabel, ni del asesinato, sino de las circunstancias, lo que les pasa a los personajes a partir de un asesinato, pero jamás nos burlamos de la tragedia, no lo haríamos y menos en tiempos tan difíciles como los que vivimos en México”.
De su personaje refiere, que “es extrovertido, es el dueño de la estética donde esas personas tienen este imprevisto. Ahora valoro mucho el trabajo de quien se dedica a atender una estética, porque pueden llegar a pasar muchas horas de pie y deben estar capacitados en mil cosas sobre la belleza y el cuidado personal. Ahora no sólo son estilistas, son amigos y confidentes, son psicólogos. Tony se presta para ser querido porque además tiene su hobby que es cantar y el teatro, entonces aprovecha cualquier circunstancia para ponerse divertido. Casi nadie vota por Tony a la hora de elegir al asesino”.
“La estética del crimen” ofrece funciones en el Teatro Fernando Soler los viernes 18:30 y 21:30 horas, sábados 17:00 y 20:30 horas, domingos 13:30 y 18:00 horas.
“La estética del crimen” siempre tiene un final diferente, pues es el público el que lo decide