Inseguridad ¿hasta cuándo?
¬ Augusto Corro lunes 6, Ago 2018Punto por punto
Augusto Corro
La pregunta:
¿Cuántos asaltantes son detenidos y encarcelados en la Ciudad de México?
La respuesta:
Nadie lo sabe. Aunque es más probable que ninguno.
La impunidad de ese delito casi es total. De ahí que el número de asaltos en el transporte público cada vez sea mayor.
En cualquier autobús se corre el riesgo de ser víctima de la delincuencia. Poco a poco se hace una costumbre subirse al Metro, micro, Metrobús, etc., sin cartera y sin teléfono celular.
Luego, esperar que ocurra lo inevitable. Que dos o más sujetos con pistolas anuncien que se trata de un asalto y que lo mejor es cooperar para evitar una desgracia mayor.
¿Qué hacer? Pues esperar que pase rápido el mal momento. O que surja un “justiciero” que mate a los ladrones.
¿Y la policía que debe protegernos?
Ni idea. Nunca aparece cuando se le necesita.
Lo grave de la situación es que no se sabe cuándo empezará a regresar la seguridad a la Ciudad de México (CDMX).
Ya son muchos años que los capitalinos padecemos la delincuencia en sus múltiples facetas. Corre el riesgo de ser asalto si se sube a cualquier unidad de transporte público; si va al banco, etc.
Además, existe la posibilidad de que los ladrones vayan a robar en su casa; en la calle perder la cartera y recibir una agresión física del delincuente.
No se encuentra exento de que le roben su coche, lo asalten en su comercio, con más rejas que una prisión para protegerse, o que le cobren el derecho de piso.
Aparte funciona la delincuencia organizada con sus negocios de estupefacientes. El narcomenudeo en auge, la guerra por la plaza sin límite, etc.
De los delitos denunciados ante el Ministerio Público quizás muchos son atendidos, pero ninguno resuelto.
Son cientos de víctimas de la delincuencia que prefieren no acercarse a las autoridades ineptas que a nadie castigan.
En estos meses de transición política, parece que los ladrones saben bien que no hay representantes de la ley que los persigan y castiguen.
Son muchos meses para que una de las más grandes ciudades del mundo tenga policías de adorno, con escasa preparación, sin interés alguno de proteger a la sociedad. Está claro.
PRD ¿EN VÍAS DE EXTINCIÓN?
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) se ajustará a un plan de austeridad en un intento de sobrevivencia.
Las multas y deudas al Instituto Nacional Electoral (INE) colocan a la organización del sol azteca en condiciones de cuenta chiles.
Con el propósito de cuidar los centavos la jerarquía perredista se ajustará el cinturón en los gastos mayores y menores.
Es decir que reducirán desde los viajes en avión de los jerarcas hasta el consumo de galletas y café en sus oficinas.
Y como parece que el plan de austeridad va en serio, podrían poner en venta algunos inmuebles y terrenos con los que cuenta el partido.
Como si las restricciones económicas actuales por las que atraviesan los amarillos no fueran suficientes, ya se empieza a hablar de una reducción del financiamiento público a los partidos políticos.
Cabe señalar que el PRD tenía una multa de 125 millones de pesos que el aplicó el INE. Claro, sanción la paga en abonos.
A lo anterior se deben sumar las multas en la precampaña por 4 millones de pesos y alrededor de 22 millones de pesos por las ilegalidades electorales registradas en la coalición “Por México al Frente”.
¿Estamos frente a la desaparición del PRD? Es posible. No se ve como pudiera resurgir de sus cenizas.
EL DEVALUADO PRI CAPITALINO
En el PRI capitalino llegarán los días que los inconformes empezarán a exigir cuentas de la estrepitosa derrota.
Tras su debacle electoral del 1 de julio, los tricolores de la Ciudad de México (CDMX) tienen la idea de un presunto desvío de dinero.
Concretamente, se investigarán los casos de un sinnúmero de personas que cobran en el partido, pero que no desempeñan ninguna tarea, los llamados “aviadores”.
El PRI capitalino lleva varios sexenios apagado. Extrañamente la cúpula priista dejo morir a su partido en la CDMX.
Se registraron hechos bochornosos que abollaron la imagen del tricolor capitalino, como el hecho de relacionar a su dirigente, Cuauhtémoc Gutiérrez, con una red de prostitución.
El candidato del PRI al gobierno capitalino, Mikel Arriola, no era militante priísta y tampoco lo conocían en esa organización política, pero la magia del “dedazo” lo convirtió en el abanderado para competir en una contienda electoral en la que nada tenía qué hacer, porque era una causa perdida.
¿Qué sorpresas habrá en el ajuste de cuentas de los perdedores tricolores? Tarde o temprano las conoceremos.