“La casa de los milagros”
¬ Salvador Estrada martes 31, Jul 2018Folclor urbano
Salvador Estrada
En la casa que fue cuartel de campaña y ahora es la “oficina del candidato ganador de las elecciones presidenciales 2018”, Andrés Manuel López Obrador, allá en la colonia Roma, han surgido, desde la banqueta, peticiones y propuestas de los ciudadanos que votaron por él, que lo ven, ya ganador, como el factótum, el que todo lo puede.
Por la mañana empiezan a concurrir a la casa, ubicada en la calle de Chihuahua, y conforme llegan hacen fila, a un lado de la entrada, y se forman hasta la esquina y allí esperan que llegue “el ángel de la guarda”, para pedir su intervención, a fin de que puedan entregarle una carta, donde le hacen peticiones, o bien, le den en propia mano documentos donde le hacen propuestas para un buen gobierno, o pedir su apoyo para crear fuentes de trabajo.
Mujeres, jóvenes, trabajadores, señoras, amas de casa y hombres de la tercera edad, de todos los sectores y oficios están allí en la fila ”haciendo turno”, para plantear sus necesidades. Acuden con la idea de que López Obrador va a resolverles su problemática existencial.
Casi al mediodía, aparece una mujer para preguntar el motivo de su visita y lo que dicen y lo que piden o plantean los ciudadanos, enajenados por López Obrador, se les hace fácil, porque ya lo ven como un gran Tlatoani, que puede, desde esa casa, darles la mano para salvar sus necesidades.
Una madre de familia, que dice venir desde Celaya, pide ayuda al presidente electo, López Obrador, para que aparezca su hijo secuestrado. Y otra, para que Andrés Manuel “le dé su bendición”.
Un grupo de hombres y mujeres entregan un documento, donde demandan que los ayude a recuperar sus ahorros que les transó la sociedad financiera Ficrea en 2014.
Trabajadores de diversas secretarías gubernamentales entregan cartas, para que les aclare cómo será la mudanza de su fuente de trabajo a la provincia, porque tienen esposa e hijos y no los quieren dejar en la Ciudad de México.
Empleados de un diario capitalino solicitan audiencia para que se les liquide conforme a la ley de cooperativas, porque algunas propiedades no las tomaron en cuenta para ello.
Algunos ciudadanos acudieron a “darle su apoyo para que no siga la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México”.
Muchos capitalinos “ven al próximo presidente como el gran Mesías, que hace milagros, y que puede solucionar sus problemas y otros acuden a que les dé empleo, porque fueron despedidos o son profesionales que no han podido colocarse, pese a que están titulados.
La oficina del presidente electo no es “la casa de los milagros”, como la ven sus electores. Sus asesores deben buscar otra casa donde puedan recibir peticiones, propuestas, quejas y sugerencias. Deben atenderlos y no darles atole con el dedo. Acuden en busca de ayuda y quieren respuesta, para que luego no surjan “las maldiciones” porque no los tomaron en cuenta. Los que acuden a “la casa de los milagros” creen que López Obrador los va escuchar y atender en sus demandas, porque es el presidente de los pobres: es honesto, no es corrupto y no los va a traicionar.