Burocracia teme despidos injustos con AMLO
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 30, Jul 2018Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Descentralización, austeridad y adelgazamiento de base trabajadora, la causa
- Líderes sindicales, intocables, hasta ahora
Entre inquietud, confusión e incertidumbre es como a últimas fechas los empleados del servicio público federal, sector también conocido como burocracia, están a la espera de definiciones ante los anuncios que el gobierno electo ha hecho en materia laboral y donde de manera genérica se habla de austeridad, recorte salarial y descentralización, todo ello a partir del primero de diciembre próximo.
Las medidas anunciadas por el equipo del virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, es cierto, responden a temas que de alguna manera fueron pilares fundamentales de la oferta política que el tabasqueño impulsó durante su campaña rumbo a la silla presidencial, como el combate a la corrupción y la erradicación del despilfarro de recursos públicos, así como el adelgazamiento del aparato burocrático y la supresión de altos salarios y otros privilegios con los que cuentan solo los funcionarios públicos del primen nivel de gobierno.
Aunque las acciones anunciadas cuentan con el respaldo de la mayoría de la gente, miles de empleados, también inconformes con la falta de transparencia y rendición de cuentas con las que se manejan los servidores públicos bien remunerados, sienten que esas medidas también afectará a quienes poseen plazas de base, de confianza y sindicalizados.
Por principio de cuentas, los trabajadores, muchos de ellos incluso, tal vez la mayoría, votaron por ya saben quien, temen perder su empleo principalmente por tres causas: porque no están dispuestos a viajar al interior de la República en el programa de descentralización de dependencias públicas; por la desaparición de áreas, como las de comunicación social, y no encontrar de inmediato cabida en otros departamentos, al no contar con la experiencia ni los conocimientos de las nuevas áreas donde serán reubicados; y por consideraciones de adelgazamiento necesario de algunas oficinas, ajuste que con el pretexto de que llegó el momento de apretarse el cinturón, a la hora de abrir y cerrar tijeras muchos podrían salir afectados. Hay temor, y no es para menos.
Por lo pronto, trabajadores sindicalizados de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), dicen no estar dispuestos a mudar sus domicilios por la migración que tendrían sus oficinas con el programa de descentralización anunciada por el nuevo gobierno. Su rechazo la externaron en una misiva a AMLO con copia a la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE).
“Expresamos nuestro más firme y categórico rechazo a la descentralización por los indudables grados de afectación que implican para nuestros compañeros trabajadores del país ya que traducen un grave y gran perjuicio para ellos y sus familias”, expresaron los trabajadores de la Semarnat.
“Es incuestionable que la transferencia de la Semarnat, de la Ciudad de México a otra entidad, implicaría la necesidad de que las entidades federativas receptoras cuenten con la infraestructura habitacional, educativa, de salud, transporte y esparcimiento entre otras, para hacer viable dicho proyecto”, agregaron los empleados federales.
Hasta donde sabemos, esta misiva es la primera que se hace pública luego que se dio a conocer el tema de la descentralización de la burocracia en el ámbito federal. Aquí la pregunta que nos hacemos es ¿hasta donde el nuevo gobierno estará dispuesto a negociar con los sindicatos o los trabajadores para darles facilidades para un eventual traslado de las oficinas gubernamentales? Pronto lo veremos.
VA MI RESTO.- A propósito de combate a la corrupción y falta de transparencia en el servicio público, en todos los órdenes de gobierno, en este espacio, una y otra vez, nos hemos preguntado por qué nadie hace nada para acabar con los privilegios de los líderes sindicales, ya que son ellos los que se benefician con licencias, aviadurías, y todo tipo de argucias y simulaciones que se dan en la burocracia.
En los últimos años hemos sabido de grandes historias en materia de opacidad, corrupción e impunidad en cuanto al manejo de los dineros que les quitan a la clase trabajadora por el simple hecho de pertenecer a un grupo sindical o ser representados por un líder. Historias de Deschamps, de Napoleones, Ayalas y Gordillos, van y vienen, y al paso del tiempo muchos de esos relatos aparecen entre las nuevas generaciones como verdaderas leyendas urbanas, donde el enriquecimiento es inexplicable, pero de la autoridad nada se sabe que haya hecho algo para erradicar esas prácticas.
En ese contexto, no estaría mal que ahora que AMLO está dispuesto a romper paradigmas en la forma de gobernar, de paso y sin mayor trámite haga cumplir a los dirigentes sindicales lo que la reforma de febrero de 2014.en materia de transparencia, a la letra dice en el sentido de que están obligados a transparentar su actuar y rendir cuentas a la ciudadanía, por el uso de recursos públicos.
Y sí de historias poco transparentes hablamos en cuanto al manejo de fondos públicos, en Pemex se habla mucho de un personaje que vive y se comporta como rey, nos referimos al senador y dirigente petrolero, Carlos Romero Deschamps, a quien se le conoce por la vida extravagante que se da y donde salen a relucir relojes, joyas, ranchos, viajes, y otros privilegios obtenidos a costa de las cuotas sindicales de los trabajadores petroleros de la República Mexicana.
No es el único caso, de este tipo de historias hay muchas, pero con alguien se tendría que empezar, la gente asegura que son reales, porque hasta para miles de sus representados les queda claro que la dirigencia del sindicato de Pemex huele a corrupción y lo menos que piden para sus dirigentes es la cárcel, tal vez eso sería la mejor ayuda que un gobierno pueda dar a la clase trabajadora, y hasta ahí porque como veo, doy.