De la luna de miel a la luna de hiel
Alberto Vieyra G. lunes 23, Jul 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¡Choque de trenes entre AMLO e INE! El pasado 18 de julio, el Instituto Nacional Electoral (INE) por diez votos contra uno, multó con 197 millones de pesos al partido Morena, propiedad de Andrés Manuel López Obrador, por el uso irregular del fideicomiso “Por los Demás”.
¿Corrupción? ¿Qué no es lo que combate AMLO?
El señor López Obrador fue capaz de interrumpir sus vacaciones en su rancho de Palenque, Chiapas, para subirse al cuadrilátero y echarse un sonoro round con el INE -le salió el tigre que lleva adentro- pues jura y perjura, que ese dinero, donado por quién sabe quién ya fue entregado a damnificados por el terremoto del pasado 19 de septiembre de 2017 y luego de tachar a los integrantes del INE de “falsarios, mentirosos y de actuar de mala fe”, adelantó que recurrirá al tristemente célebre Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE) para demostrar que “no hubo fraude ni corrupción” con el uso de recursos recabados por el Fideicomiso y que no dará a conocer los nombres de tan abnegados benefactores, puesto que les prometió guardar en secreto esa información como supuesto derecho a la privacidad.
Las huestes lopezobradoristas, encabezados por Yeidckol Polevnsky, le metieron veneno al asunto, diciendo que, se trata de una “venganza” de los consejeros del INE, porque AMLO les quiere bajar los sueldos.
Y es precisamente donde radica el meollo del asunto, es decir, donde se presume que hubo corrupción, pues no se sabe si los generosos altruistas que le entraron con su cuerno, son narcotraficantes, riquillos beneficiados por otros gobiernos sexenales que quieren seguir bajo la cobija de la robolución. Allá en mi tierra los rancheros tienen una máxima que reza: “No hagas cosas malas, que parezcan buenas”,
Sí, la luna de miel entre López Obrador e INE es hoy, la luna de hiel, habrá que recordarle al señor López Obrador que “el buen político” tiene más de una docena de características para que sea un político, político, por los cuatro costados:
1.- Los buenos y sabios políticos jamás se enojan. Político que pierde los estribos no es político.
2.- Debe ser transparente en todas sus acciones.
3.- Debe adquirir un compromiso social de toda índole, con los ricos y pobres.
4.- Debe ser consistente, en el cumplimiento de sus promesas electorales, para evitar que sus simpatizantes le den la espalda y lo tachen de falso y mentiroso.
5.- Debe tener una intachable preparación académica, y conducirse como un profesional en materia de derecho.
6.- Debe ser autocrítico, reconocer que es de sabios equivocarse, pero también es de sabios reconocer que regó el tepache y saber ofrecer a tiempo una disculpa.
7.- Y, por último, el político sabio debe tener liderazgo y ser guía de todo un pueblo.
Si el señor López Obrador y todos los presidentes que le sucedan, si no cuentan con esas virtudes, mejor que ni se metan en terreno barrido, porque el pueblo de México es muy sabio y no perdona. Con dichos atributos evitarían que la luna de miel se convierta en luna de hiel.