En vacaciones, cuidado con la diarrea del viajero
Elsa Rodríguez Osorio, Salud lunes 16, Jul 2018Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- 9 de cada 10 mexicanos padecen Síndrome del Ojo Seco
En estas vacaciones de verano cuidado con la diarrea del viajero, también llamada “diarrea del turista” es el problema de salud más frecuente cuando se viaja a países con menores condiciones higiénico-sanitarias.
Alrededor del 30% de los viajeros experimentan diarrea durante o poco después de su viaje al trópico, afirma el Dr. Federico Javier Ortiz Ibarra, infectólogo del Grupo Ángeles.
La mayoría de las veces no es un problema grave, pero puede provocar cambios en el itinerario del viaje, ya que el 30% de los pacientes desarrollan la enfermedad durante la primera semana de su visita, usualmente al tercer día. La mayoría presentan de 3 a 5 evacuaciones diarias por un promedio de 4 a 5 días en caso de no recibir tratamiento. Los lugares en donde más se presenta la infección son aquellos cuyas medidas sanitarias son deficientes y en los climas tropicales; ciertos alimentos que no se encuentran correctamente almacenados pueden provocar un foco de virus.
Ejemplo de ello: las carnes, pescados y mariscos crudos, algunos alimentos poco cocidos; embutidos y huevos manipulados con poca higiene.
Actualmente no existe una vacuna para prevenirla por lo que se aconseja extremar precauciones con la ingesta de agua no potabilizada así como evitar comer en lugares que se sospeche un inadecuado manejo de los alimentos. Para el tratamiento la hidratación oral es la mejor herramienta se recomienda llevar medicamentos que no tengan absorción intestinal como la Nifuroxazida (Eskapar) que tiene una buena cobertura contra Escherichia coli y Salmonella.
Para los niños el uso de agentes anti secretorios y astringentes como el Tanato de gelatina, pueden ayudar a mejorar el tiempo de recuperación y evitar la deshidratación. Algunos consejos: siempre se deben hervir, cocinar bien y pelar los alimentos que se vayan a ingerir.
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El Síndrome de Ojo Seco según un estudio de Dry Eye Workshop de The Tear Film & Ocular Surface Society (TFOS), es definido como una enfermedad multifactorial que se manifiesta con la disminución de la producción de lágrimas o una mayor evaporación de la película lagrimal, que resulta en una inestabilidad de la misma, con incomodidad o molestias, alteración de la agudeza visual con daño potencial a la superficie ocular.
En México, según registros del Instituto de Oftalmología Conde de Valenciana, nueve de cada 10 pacientes padecen Síndrome del Ojo Seco. Es una enfermedad común que afecta a más de 7 millones de estadounidenses mayores de 40 años y a nivel mundial los reportes indican que entre el 10 y 20% de la población se encuentra afectada por el Síndrome del Ojo Seco.
Al ser una enfermedad multifactorial, las causas pueden derivarse de una producción inadecuada de lágrimas o por una anormal constitución de la película lagrimal, que resultan en la evaporación excesiva y rápida de la misma. Frecuentemente se asocia con enfermedades sistémicas como la Enfermedad de Sjögren, el Lupus Eritematoso Sistémico y la Artritis Reumatoide. La Secretaría de Salud indica que los factores de riesgo son: la edad avanzada, cambios hormonales, deficiencia de vitamina A, padecer hepatitis.
Estar recibiendo radioterapia. Cuando se está expuesto a un ambiente con poca humedad, al sol, a sustancias químicas o al humo de tabaco. Según la Academia Americana de Oftalmología, los cambios hormonales asociados con la menopausia son una de las razones principales por la cual la mujer está más propensa a padecer de este síndrome. Dependiendo de la severidad de la patología el tratamiento puede ser conservador o invasivo, se puede recurrir al uso de tapones lagrimales, colirios de suero autólogo o colirios de fármacos inmunosupresores en casos más severos.
Las medidas generales son el uso de protectores solares y de viento con anteojos adecuados. El objetivo principal del tratamiento es restaurar la estabilidad de la superficie ocular y de la película lagrimal, al romper el círculo vicioso del padecimiento.
En todos los casos se debe realizar una anamnesis adecuada para descartar factores externos que pueden contribuir a este padecimiento, como la medicación tópica o un ambiente seco. Si se detecta a tiempo, a través de un tratamiento consistente se puede prevenir la creación de úlceras y cicatrices corneales. Al no recibir un tratamiento adecuado, puede derivarse en un trasplante de córnea que es una intervención quirúrgica por la cual se sustituye una córnea deteriorada por traumatismos, infecciones, deformidades corneales o degeneraciones por una córnea normal.