Tiempo de reflexiones
¬ Salvador Estrada jueves 5, Jul 2018Folclor urbano
Salvador Estrada
Faltan cinco meses para que Andrés Manuel López Obrador sea declarado Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, y mientras podrá diseñar su programa de gobierno, junto con su gabinete.
En estos cinco meses también podría reflexionar, analizar, meditar, qué puede mejorar de sus propuestas o cuáles cambiar, ampliar o quizá enmendar.
El candidato triunfador en las elecciones presidenciales se debe a los votantes que le dieron el sufragio, porque creen en él y le dieron su confianza, por lo cual debe de cuidarse, porque ahora que sea presidente electo y luego presidente constitucional, los electores, el pueblo, no lo podrá cuidar como él lo pidió, “para que no lo apachurren”, y necesitará del Estado Mayor para moverse por todo el país, y estar sano y salvo.
Este cuerpo castrense, el Estado Mayor Presidencial, no lo debe retornar a la Defensa Nacional, como lo ha señalado, porque su vida depende de esos militares capacitados, profesionales, que manejan la logística y están a su disposición noche y día.
Esta sería una de las reflexiones y la otra es la venta del avión presidencial, porque el presidente no puede viajar en líneas aéreas comerciales, porque ya no es candidato ¡es el Presidente de la República Mexicana!
Debe de reflexionar que va a viajar al extranjero y que no va solo, porque siempre viajará acompañado de su séquito y que en un vuelo comercial tendría que llegar al puerto aéreo dos horas antes de su vuelo y aguardar en la sala de espera y, obviamente, no se vería bien ni sería nada agradable, ni cómodo.
Es necesario la reflexión, quizá si el avión presidencial le resulta muy ostentoso puede cambiarlo por uno “más modesto”, menos plazas, pero eficiente y seguro, porque el Presidente de México requiere de un avión particular.
Y si quiere vender los helicópteros, que no los venda todos, guarde dos para su servicio. Viajará, muchas veces a lugares cercanos, como Toluca, y su tiempo es oro, y esa nave le será de gran ayuda.
Considere con atención, si es adecuado vivir o no en Los Pinos, que es la residencia oficial del presidente de los mexicanos. Convertir la casa del primer mandatario en un museo no es necesario, porque la Ciudad de México ya tiene demasiados.
Es loable la actitud del Presidente de México, su humildad y su honestidad y su deseo de servir a los pobres, pero ya ganó la Presidencia por decisión de los mexicanos y se debe a ellos, por lo cual debe tener su avión, su residencian y su Estado Mayor, para que cuide de su vida, porque este pueblo lo quiere ver cumplidor, triunfador y todo un gran tlatoani.
Señor Presidente: a partir del primero de diciembre, ya con la banda presidencial en su pecho, usted será el líder de este país y ha afirmado: “no les voy a fallar” . ¡No falle, reflexione! ¡Cuide su vida. Este país lo necesita y confía en usted!