Andrés Manuel, el esperado
Freddy Sánchez martes 3, Jul 2018Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Ahora, es Andrés Manuel, el que levanta grandes expectativas de cambio.
Ocurrió algo parecido en el año 2000. Se fue el PRI y llegó Fox, pero más bien hizo lo que le pidió hacer al finado ex presidente de Cuba, Fidel Castro: vino, comió y se fue.
Así, la nación vio pasar el sexenio foxista y después el de otro panista, Felipe Calderón, en un desempeño mutuo más con pena que gloria.
Lo que favoreció el arribo a Los Pinos del actual Presidente Enrique Peña Nieto, quien con sorpresa trajo de vuelta al priísmo al poder presidencial, aunque sólo fuera para tener que volver a decir adiós al máximo cargo de esta nación, otra vez a causa de que, masivamente, el priísmo termina este sexenio, repudiado y desacreditado, tanto o más que hace dieciocho años.
Un hecho imposible de negar, pese a todos los grandes cambios derivados de las reformas estructurales, que vinieron a darle un nuevo rostro a México, aunque no para plena (quizás ni siquiera una poca), satisfacción de la mayoría, sino por lo en contrario, desencadenando un enojo a más no poder entre quienes, no queriendo saber nada más del PRI ni de nada que se le parezca, le dieron el triunfo electoral para asumir el cargo presidencial a Andrés Manuel López Obrador.
Una figura pública sobradamente conocida por el pueblo de México, por lo que estará bajo la mira y expectación social de propios y extraños, dentro y fuera del país.
Unos deseosos de que se llegue al día primero de su mandato y se hagan sentir todos esos cambios de los que se habló recio y quedito.
Muy particularmente una revisión de conductas, propias de lo que el futuro primer mandatario de la nación, catalogó como vicios y corruptelas de la mafia del poder.
Y es que en la creencia de millones de simpatizantes del tabasqueño, se tiene la convicción de que “las horas están contadas” para toda esa runfla de malhechores encumbrados y sobreprotegidos dadas las componendas políticas y empresariales entre gozosos socios de la corrupción con el beneplácito de autoridades y al amparo de la impunidad.
Hasta dónde pues llegará la “barredora” contra los corruptos, es lo que incluso no sólo los que votaron por Andrés Manuel, sino la mayor parte de los habitantes de México, seguramente se estarán preguntado.
Con efervescente ánimo de que se haga pagar “a los villanos” cuanto abuso de poder, enriquecimiento ilícito y connivencia entre mafiosos se haya dado por lo menos desde Carlos Salinas de Gortari hasta nuestros días. Una aspiración en la que coinciden, a pesar de sus muchas diferencias de parecer, quienes votaron o no votaron por Andrés Manuel.
Así que el compromiso primordial que debe afrontar López Obrador, es el de atender con puntualidad y eficacia su promesa de actuar contra la mafia del poder.
Acciones públicas que no dejen lugar a dudas que el nuevo gobierno federal no se prestará a “cochupos” con los adinerados para que éstos sigan enriqueciéndose como les venga en gana, sin molestarse siquiera en mirar hacia abajo, donde millones de compatriotas exigen cambios que realmente le den a México, un justo reparto de la riqueza, restitución de la seguridad obligando a la delincuencia a replegarse y dejar de actuar con impunidad, una mejoría en el ingreso económico familiar, freno a los abusos contra el bienestar colectivo y la revisión y modificación de cualquier acuerdo corrupto en materia de negocios aéreos, energéticos, telecomunicaciones, educación, generación de empleos y demás áreas de tensión social que incitan al reclamo y la protesta contra autoridades insensibles y deshonestas.
Esa clase de cambios son los que todos los mexicanos demandan ahora que al puesto que había soñado, finalmente llegó el que en tres sexenios intentó sin éxito y finalmente consiguió llegar a la Presidencia para convertirse en número “1” del Poder Ejecutivo y como suele ocurrir en los sorteos de la Lotería Nacional, al fin dejó de ser solamente: el esperado.