Navidad y cambio climático
¬ Javier Cadena Cárdenas lunes 3, Ene 2011Termómetro
Javier Cadena Cárdenas
Beatriz Orozco, vecina del tradicional barrio La Concepción, mejor conocido como La Conchita, ubicado en la delegación Coyoacán, ha circulado por la red un texto llamado “El cambio climático, la COP16 y nuestra manera de celebrar la Navidad”, elaborado por su hija Laura y que ha llegado a mis manos y que me parece muy oportuno darlo a conocer hoy en día que estamos a un paso de celebrar ese acontecimiento.
Por cambio climático, empieza dicho texto, se entiende un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables. Este proceso puede tener efectos negativos que nos afectan a todos, ya sea directamente como individuos o como miembros de una comunidad, un país o como parte de la humanidad en general.
Se han tomado iniciativas de carácter global dentro de las Conferencias de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) para mitigar el cambio climático. Del 29 de Noviembre al 10 de diciembre en Cancún se llevó a cabo la reunión de esta convención (COP16), en la cual representantes de los gobiernos de 194 países y de diversas organizaciones civiles se reunieron para tomar decisiones y obligarse a cumplir medidas de cooperación internacional en contra del Cambio Climático.
Debido a que México es miembro de la Convención desde 1992, está obligado a tomar ciertas medidas de carácter nacional para mitigar el cambio climático, entre las que destaca el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (principalmente el CO2), y estas van desde regulaciones y leyes en materia energética y ambiental, mejoramiento de las gasolinas, fomento y mejoramiento de energías renovables, desarrollo de infraestructura para mejorar los medios de transporte, hasta campañas para fomentar el ahorro de energía en diversos sectores.
Entonces, quien elaboró este texto se pregunta: ¿qué tiene que ver todo esto con nosotros, con nuestros hijos y con la navidad? Y se responde: una porción considerable de las emisiones a la atmósfera de gases de efecto de invernadero, especialmente el CO2, está relacionado, en mayor o menor medida, con nuestras actividades cotidianas. Al quemar combustibles como la gasolina en el coche emitimos de manera directa gases de efecto de invernadero. Tres litros de gasolina generan cerca de un kilo de CO2 y nos permiten avanzar en promedio solamente 10 kilómetros.
Al usar electricidad provocamos también que se emitan cantidades significativas de CO2, pues la electricidad en México se produce principalmente a partir de quemar petróleo, carbón o gas natural. Tener encendido un foco de 100W durante 100 horas (lo que equivale a 10 Kilowatt-hora) genera cerca de tres kilos de CO2.
Y la autora dice categórica: aquí es donde entra la Navidad, y sigue: tenemos la tradición durante la época navideña de decorar nuestras casas, oficinas y lugares públicos con adornos y con luces especiales. Todo esto hace que tengamos presente en todo momento que se acerca la Navidad y nos ayuda a aumentar nuestro espíritu navideño, pero sin darnos cuenta estamos contribuyendo a generar grandes cantidades de CO2, y que a su vez estamos teniendo un impacto en el cambio climático. Pero si tomamos ciertas medidas sencillas, cada uno de nosotros como individuos, podemos reducir el impacto de nuestras actividades sin dejar de tener el espíritu navideño ni dejar de seguir con nuestras tradiciones.
La principal es muy sencilla, simplemente apaguemos las luces cuando ya no vayamos a estar disfrutándolas. Cuando nos vayamos a dormir démonos la tarea de apagar el arbolito, las luces en las ventanas, los inflables y demás adornos que requieran electricidad. Con esto podremos ahorrar algunos kilowatts-hora y varios kilos de CO2, que aunque sean pocos, si además sugerimos a nuestros amigos esta medida simple, será significativo el ahorro de energía.
Así estaremos cuidando el planeta para nuestros hijos, además de que les estaremos dando un ejemplo de consumo responsable. Estaremos también contribuyendo a que nuestro país pueda cumplir con los compromisos que adquiera en la COP16, más ahora que se celebró en México.
En resumen, la autora invita a que se enciendan las luces de la decoración navideña solamente unas pocas horas y que cuando la gente se acueste las apague. Y si las tienen conectadas a la luz del área común, dice que quizá si se pone un timer en el enchufe, programado para que se enciendan de 7 a 11 pm, todo resultará más sencillo. Finalmente afirma que esto también se va a traducir en un ahorro económico que se verá reflejado en el recibo de pago del consumo de luz.