El trompas mexicano
Alberto Vieyra G. lunes 25, Jun 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Existe la izquierda en México? ¿Qué representa el trompas mexicano, Andrés Manuel Lopez Obrador? ¿Es comunista o socialista?
Son las reiteradas preguntas que mis 3 lectores y radioescuchas me formulan y con gusto doy respuesta y voy por partes.
La genuina izquierda mexicana, es decir, los mexicanos de abajo que hicieron la Revolución Mexicana en 1910 contra sus opresores los llamados científicos, es decir, los ricos terratenientes panistas de principios del siglo XX, no existe en este momento, pues lo que sería esa izquierda, está hoy junta y revuelta en una nauseabunda alianza política e ideológica con el PAN. La izquierda radical sucumbió tras el Tlatelolcazo de 1968 y luego de que los líderes estudiantiles aprendieron a estirar la mano ante un sistema político corrupto y corruptor. Sólo unos cuantos líderes de izquierda como Demetrio Vallejo se murieron en la raya.
Morena surgió en el 2014 como un partido supuestamente de izquierda, pero no lo es. ¿Por qué? Muy simple porque su dueño Andrés Manuel Lopez Obrador no tiene una formación ideológica de izquierda, tampoco es comunista o socialista. ¿Qué es, entonces? El Peje es un mercenario del poder de extracción priísta, por lo tanto, su formación es la de un social demócrata, cuyo capital político lo ha conseguido mediante una estrategia anti-gobiernista que él identifica como “la mafia del poder” y con un pragmatismo que ínsita a la población ha “mandar al diablo a las instituciones”
¿Es entonces el Trump a la mexicana, pero en corriente? Sí y no.
¿Es para México un peligro el Peje? ¿Para quién es realmente un peligro San Juan Diego López Obrador, para los poderoso grupos empresariales que no pagan impuestos, agua, luz o para las familias poderosas del PAN y del PRI que viven agarradas de la ubre presupuestal? Para esos poderes facticos, puede ser que si represente un gran peligro el Peje.
Pero para los mexicanos de abajo no, pues, lo único que puede ocurrir es que aumente su pobreza.
Tampoco AMLO es un comunista o socialista, si así fuese las poderosas trasnacionales gringas y europeas, jamás lo dejarían llegar al poder. Pues no olvidemos que, a fines del siglo pasado se libró una lucha ideológica, política, económica y militar entre el comunismo y el capitalismo, la llamada Guerra Fría, que fue ganada por el capitalismo. El comunismo es el peor veneno para el capitalismo salvaje.
De tal manera que ese capitalismo salvaje no tendrá ningún problema para adaptarse a un inminente gobierno social-demócrata que privilegiara una política económica social y el control del Estado mexicano sobre la llamada macroeconomía, es decir, los privilegios fiscales de que gozan los 450 grupos empresariales más importantes de México, esos que según Felipe Calderón “rara, rara vez pagan impuestos”.
Cuando López Obrador mal gobernó a la Ciudad de México, privilegió al gran capital. A Carlos Slim le vendió más de 50 inmuebles históricos embargados por el gobierno capitalino, pero también llevó a cabo los llamados segundos pisos para fomentar la fabricación de miles y miles de automóviles, por los que hoy circulan gente con dinero.
Así que como decía el Chapulín colorado que no panda el cúnico con el trompas a la mexicana.