Nos alcanzaron las narcoprácticas
¬ José Antonio López Sosa jueves 21, Jun 2018Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Siempre lo vimos lejano, por ser la capital del país, por ser una ciudad de más de 20 millones de habitantes, por concentrar a los poderes de la unión, por tener una corporación policíaca numerosa —más no eficaz—, en fín, por decenas de razones siempre vimos lejano el que alguna de las narco prácticas se llevaran al cabo.
No fue obra de la casualidad, la preparación en la Ciudad de México en materia de seguridad comenzó con la tolerancia cero, esa controvertida consultoría del ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani y, posteriormente, la llegada del doctor Mondragón a la Secretaría de Seguridad Pública. Fueron buenos tiempos en que se dio prioridad a la seguridad de los capitalinos.
Coincidió la mejora en torno a la seguridad pública con el debilitamiento de las fuerzas del estado frente al crimen organizado en el interior del país, por ello es que, durante la peor crisis de seguridad en la administración federal de Felipe Calderón, la Ciudad de México se caracterizó por su seguridad y vimos aún más lejana la posibilidad de una narco manta, un narco bloqueo o un deleznable espectáculo de cuerpos desmembrados en las calles de la capital del país.
Las narco prácticas nos alcanzaron, en el puente de Insurgentes Centro, a la altura de Tlatelolco y Buenavista pasó lo que nunca creímos: una narco manta y cuerpos desmembrados presuntamente a manos del crimen organizado.
El desastre en la administración de Miguel Ángel Mancera es un factor, la crisis de inseguridad a nivel nacional, la impunidad y corrupción son otros tantos, pero desgraciadamente llegó el fenómeno al centro de la ciudad.
¿Qué sigue?, o se pone énfasis en la seguridad pública o ejemplos tenemos muchos: Monterrey, Tijuana, Ciudad Juárez, Acapulco, Nuevo Laredo, en fin, todo depende hasta dónde nuestras autoridades decidan administrar o confrontar estos hechos.
La presencia del crimen organizado en la Ciudad de México ha dejado de ser un mito para, lamentablemente, convertirse en una preocupante realidad.
Nos alcanzaron las narco prácticas. Las decisiones locales y federales inmediatas son decisivas para nuestro futuro próximo en la capital del país.