El sindicalismo charro
¬ Augusto Corro martes 19, Jun 2018Punto por punto
Augusto Corro
El sindicalismo mexicano siempre estuvo controlado por líderes charros que se eternizaban en el poder contra la voluntad de los trabajadores.
Uno de los principales representantes fue el longevo Fidel Velázquez que dejó la Confederación de Trabajadores de México (CTM) porque murió. Algún día tenía que ocurrirle. Nadie es inmortal.
Su participación en la vida laboral y política de México fue determinante para apoyar los proyectos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante décadas.
Los líderes charros ayudaban a los patrones a fijar salarios de hambre que mantenían a la clase trabajadora sumida en la pobreza y desesperanza. Se dedicaban, pues, a cuidar los intereses de los empresarios y de las autoridades gubernamentales.
Tres fueron los sectores que apoyaron la fortaleza del PRI: el obrero, el popular y el campesino, que incluían las confederaciones de trabajadores, populares y campesinas.
Las organizaciones obreras fueron un pilar importante para consolidar la fuerza del PRI. Los otros dos sectores del Revolucionario Institucional descansaban en la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y en la Confederación Nacional Campesina (CNC).
Tiempos de elecciones
En las temporadas electorales cada uno desempeñaba su papel de comparsa al PRI. A veces eran los dirigentes laborales quienes se encargaban del “destape” oficial del candidato.
El aspirante surgía de las fuerzas populares rehabilitadas cada seis años. No era ni obrero, ni hombre del campo, sino representante cenopista.
Sin embargo, el sector obrero se distinguía por su organización y el apoyo irrestricto que le brindaba al PRI y al presidente de la República.
En sus filas se encontraban los líderes charros que se enriquecieron con el saqueo de las cuotas sindicales y de las componendas con los patrones, para explotar a los trabajadores.
Uno de esos sobrevivientes es Carlos Romero Deschamps, senador priista y secretario general del Sindicato Petrolero. El líder charro llegó a la dirigencia del Sindicato Petrolero en 1993 y ya logró que lo eligieran para continuar en el cargo del 1 de enero del 2019 al 31 de diciembre del 2014.
¿Lider eterno?
Se apoderó de esa organización sindical desde 1993, luego de que su antecesor en el cargo Joaquín Hernández Galicia (a) “La Quina” fue detenido y encarcelado por posesión ilegal de armas en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
A Romero Deschamps siempre fue perseguido por los escándalos derivados de su vida de lujos como si se tratara de uno de los jeques árabes dueños del petróleo.
Estuvo involucrado en el asunto del Pemexgate, una especie de triangulación de dinero público de la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex) a la campaña política de Francisco Labastida Ochoa a través del Sindicato Petrolero. Se comprobó el desvío ilegal de 500 millones de pesos tras las evidencias presentadas por la PGR y el entonces Instituto Federal Electoral (IFE).
Un juez liberó dos órdenes de aprehensión contra Romero Deschamps. No pudieron llevarse a cabo porque el dirigente estaba protegido por el fuero de diputado federal. En 2006 se dio carpetazo al asunto una vez que un tribunal determinó que no existían pruebas suficientes para determinar el delito de peculado electoral.
Como jeque petrolero árabe
Como si no fuera suficiente con su desprestigio de dirigente charro, la familia de Romero Deschamps también colaboró con los escándalos de una vida llena de lujos.
Por ejemplo, sus hijos Paulina y José Carlos siempre alardearon de su riqueza. Ella en su boda lució siete brazaletes Cartier con un valor de casi dos millones de pesos. Sus derroches de dinero los tiene registrados en Facebook con sus viajes en aviones privados, paseos en yates y valiosas joyas. El vástago apareció en una videograbación como piloto de un Ferrari en Mónaco. Además es propietario de dos departamentos de lujo en Miami, Florida, con un valor de 7.5 millones de pesos, según una investigación periodística.
La campaña politica
En el presente, el líder petrolero es elogiado por el candidato presidencial de Todos por México (PRI, Partido Verde y Nueva Alianza), José Antonio Meade Kuribreña, en actos de campaña que no le favorecen al priista.
¿A quién se le ocurre levantarle la mano en señal de triunfo a un líder corrupto para ganar votos?
A Meade Kuribreña. Luego se quejan de que el aspirante priista no levanta, que se mantiene en el tercer lugar de las preferencias electorales.
El fin de semana reciente, en Tabasco, el abanderado de la coalición Todos por México estuvo en un evento masivo con integrantes de diferentes sindicatos petroleros de la región. Ahí, el neopriista avaló el trabajo del líder petrolero.
Al otro día de los elogios, en el diario Reforma fueron publicadas fotografías de un terreno de Las Brisas, Acapulco, propiedad del jeque petrolero mexicano construye una mansión cuyo valor es estimado por los especialistas en 6 millones de pesos que contará con un club de playa y un club social.
La vida y obra de Romero Deschamps son conocidas por propios y extraños; en este espacio únicamente quisimos recordar, a grandes rasgos, los hechos ignominiosos de uno de los líderes charros con mayor desprestigio en el sindicalismo a la mexicana, el charro.