Nicaragua ha invadido a Costa Rica
* Especiales, _• Letras Iberoamericanas •_ viernes 17, Dic 2010La unificación iberoamericana requiere una comprensión de la territorialidad y del respeto por la diversidad cultural. La primera se debe al respeto mínimo que un estado debe tener sobre otro y la segunda en el reconocimiento de una Iberoamérica impregnada de diversas culturas indígenas y consolidada con un mestizaje español. Es así que el territorio y la diversidad se convierten en un arma de doble filo. Pueden llegar a ser una verdadera barrera de comunicación y entendimiento o pueden ser un mecanismo de unificación.
Sobre el territorio, el día de hoy José Rafael nos pone sobre la mesa la importancia que tienen los gobiernos en la unificación, ya que aun cuando los pueblos decidan por el respeto y la sana convivencia, la coyuntura de nuestros dirigentes, los cuales pueden colocarse en alguno de los hemisferios políticos donde las posturas se radicalizan.
En el caso que hoy nos ocupan el Gobierno de Nicaragua, al aprovechar deficiencias del Gobierno Costarricense da el primer paso para desunir una región endeble (Centroamérica). Aún cuando los pueblos están interesados en una convivencia sana, son éstos quienes ponen el desacuerdo sobre la mesa, específicamente en el caso de la delimitación de su frontera y el uso de recursos naturales comunes.
Espero que en esta experiencia, durante el camino de estas palabras que José Rafael nos otorga, se nos dé un panorama de lo que nuestra Iberoamérica no debe retomar: el conflicto vano y la falta de respeto a cuestiones esenciales (el territorio y los acuerdos multilaterales).
Edgar Gómez
coordinador Letras Ibero@mericanas
edgargomez_cide@yahoo.com.mx
José Rafael Fernández / Costa Rica
Decía un gobernante costarricense a principios del siglo XX, que en Costa Rica había 3 estaciones: La lluviosa, la seca y la de conflictos con Nicaragua. Y las cosas no han cambiado. Los sátrapas que han gobernado Nicaragua (con la única honrosa excepción de doña Violeta Chamorro) se han servido del Río San Juan, como el falso estímulo político que produce un reflejo nacionalista anti-costarricense, para desviar la atención del pueblo ante cualquier cuestionamiento de sus manejos indecentes de la cosa pública. Desde Somoza hasta el actual gobierno de “Rosario-Daniel-Chávez”, sin importar su ideología política, estos pillos han utilizado el poder para cometer los más atroces delitos, y llenarse los bolsillos de dinero, a costa del hambre del buen pueblo nica.
En 1858 el Tratado Cañas-Jerez estableció la frontera en la margen derecha del río (margen sur), la total soberanía del río para Nicaragua, pero con derechos perpetuos de libre navegación para Costa Rica. Desde entonces Nicaragua ha renegado del tratado y lo ha violado en varias ocasiones. La primera vez en 1886, se llevó el asunto a un arbitraje, cuyo árbitro fue el presidente de EEUU Grover Cleveland, quien dictó el “Laudo Cleveland” que confirmó la validez del Tratado. Mucho después, Costa Rica debió llevar otra importante violación a la entonces Corte de Justicia Centroamericana, que en el año 1926 falló a favor de Costa Rica. De nuevo, en el año 2005, Costa Rica, tuvo que demandar a Nicaragua, esta vez ante la Corte Internacional de Justicia. El fallo que se dictó en el año 2009, confirmó la validez del Tratado y del Laudo, y únicamente prohibió a Costa Rica navegar el río con policías armados con su arma de reglamento.
Desde hace varios años, Nicaragua ha insistido en dragar el río para hacerlo más navegable, Costa Rica de acuerdo con el Tratado ha solicitado garantías de que no se causarán daños al territorio costarricense. Ante la falta de estudios de impacto ambiental, Costa Rica se había opuesto al proyecto. No obstante, con el cambio de gobierno (mayo de 2010) asumió funciones un nuevo Canciller en Costa Rica, sin la más mínima experiencia ni profesional ni diplomática, y en un error vergonzoso e indignante, y por el que oportunamente deberá rendir cuentas, en una visita a Nicaragua, aceptó las “garantías verbales” de Daniel Ortega y su Canciller, de que el dragado no causaría ningún tipo de daño, ni al Río San Juan, ni a los afluentes ni al territorio costarricenses.
A finales de agosto pasado, al mando del ex comandante sandinista Edén Pastora, Nicaragua empezó el dragado, con una barcaza financiada por Hugo Chávez y su “Alba”, lanchón absolutamente inapropiado para las labores, pues por pequeño no es apto para la labor que se pretende. Todo es un disfraz para el verdadero plan “ortegochavista” (con apoyo de Mahmud Ahmadineyad, presidente de Irán): abrir un canal interoceánico a través de Nicaragua, utilizando el Río San Juan y el Lago de Nicaragua.
La desembocadura del San Juan, en el caribe es un delta en que el río describe una curva como un gancho hacia arriba, derecha y abajo, creando un bolsón de territorio costarricense (la isla Calero), con aguas nicaragüenses al lado oriental (laguna Portillos).
El verdadero propósito de Pastora es abrir un canal artificial para desviar por ahí el Río San Juan, que una esa laguna (al oriente) con la parte ascendente del río (a occidente), de manera que al cambiar el rumbo del río, aquel bolsón de tierra costarricense, pase a ser nicaragüense.
Para ese propósito, Pastora y el ejército nicaragüense, han invadido la Isla Calero, que es territorio costarricense, han sentado ahí sus campamentos y han izado la bandera nica, al tiempo que han hecho ya la trocha del canal por el que pretenden desviar el río. Pero esa trocha ha causado daños ambientales incalculables e irreversibles, que Costa Rica ya denunció ante la Convención Internacional de Humedales RAMSAR.
Lo más simpático del caso, es que Pastora justificó sus actos alegando que Google Maps, indicaba que por ahí pasa la frontera.
Costa Rica es un país sin ejército, desde el año 1948 que depende exclusivamente de la diplomacia y el Derecho Internacional, de manera que ante la invasión, inmediatamente solicitó a la O.E.A, su intervención. Esta, en su Consejo Permanente y luego en la Comisión de Cancilleres ha solicitado a Nicaragua retirarse del territorio de Costa Rica. Ortega ha manifestado que no lo hará. Ante esa posición, el 18 de Noviembre de 2010, Costa Rica –nuevamente- tuvo que demandar a Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia y en esta ocasión, solicitar medidas cautelares urgentes, a saber, la inmediata suspensión las obras de desviación del río y el retiro de las tropas Nicaragüenses de tierra tica. Ortega, en un acto que desafía a la Corte, al Derecho Internacional y a la Comunidad Internacional, se negó a suspender las obras, actitud normal de todos los Estados del mundo ante solicitud de medidas cautelares. La Corte decidirá sobre las medidas en Enero de 2011. Mientras tanto, el daño ya está hecho, y las tropas de Ortega siguen ocupando una porción de territorio costarricense.
Costa Rica es una nación pacífica que ha apostado por vivir sin ejército, amparada únicamente por el Derecho y la razón, desgraciadamente Daniel Ortega y sus atroces co-gobernantes, su esposa Rosario y su compinche Hugo, no conocen la razón, y el Derecho lo usan como un instrumento de iniquidad.
Por otra parte, la comunidad internacional, si bien regionalmente ha apoyado a Costa Rica, en el ámbito global todavía desconoce lo que pasa. Por lo visto, este asunto deberá llegar hasta el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para que los cascos azules se encarguen de ejecutar las medidas cautelares que –de seguro- dictará la Corte contra Nicaragua.