Tercer debate
¬ José Antonio López Sosa jueves 14, Jun 2018Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
De poco sirvió el tercer debate para pretender concientizar al electorado con relación a las propuestas de campaña de cada uno de los candidatos.
No salieron para demostrarnos quién es el mejor, sino para defenderse de no ser señalados como el peor.
Poco les importaron las preguntas que plantearon los moderadores, cada uno llevó su agenda y lo mismo Meade felicitó a la selección mexicana de fútbol cuando le preguntaron por los derechos de la mujer, que Anaya usó su tiempo para amenazar a Peña, Meade y a López Obrador, que AMLO para insistir con que la corrupción es el mal que de erradicarse, solucionará todo.
En el caso de Jaime Rodríguez sus señalamientos y ocurrencias se empañan cuando volteamos a ver cómo y por qué llegó a la candidatura.
Ninguno de los candidatos propuso nada nuevo o que no hayamos escuchado, el ejercicio parecía tener por objeto quién es el peor y no, quién pudiera ser el mejor para tener en las manos nuestro país.
Ahora bien, las fobias y las filias no se alteran —hasta donde considero— con este debate, es decir, quien votará por tal o cual, lo hará a pesar de lo que escuhamos ayer.
En lugar de ayer comentar la mejor propuesta, celebramos el mejor ataque y nos admiramos de la peor respuesta a dichos ataques.
Ni hablar, así es nuestra democracia electorera
Faltan menos días para conocer si en realidad las tendencias y encuestas se traducirán en votos efectivos o habrá alguna variación.
Nada está escrito y lo importante es acudir a las urnas, lo más importante es votar libremente y respetar el voto de los demás. Nadie es simio (como leí ayer en las redes sociales) por votar por uno o por otro, nadie es apátrida por votar de una forma u otra.
Mi única opinión —tal como lo manifesté en este espacio hace días— es votar por los partidos grandes, los que vayan con Meade que voten por el PRI, los que vayan con Anaya a favor del PAN, los que vayan con AMLO a favor de Morena y así, comenzar a librarnos de los partidos rémora que tanto nos cuestan.
Interesantes semanas se vienen adelante.