Nuestro mestizaje
¬ José Antonio López Sosa miércoles 13, Jun 2018Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Chetumal, Quintana Roo.- Dentro de las mesas que hubo en Kultur 2018, el foro turístico cultural más importante del país, hubo una que llamó mucho la atención, la que se avocó a charlar sobre el mestizaje.
“Mestizaje, factor de indentidad y lazo de unión” llevó por nombre la mesa, participaron el ex presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Agustín Basave, quien expuso sobre el México mestizo; el escritor Eugenio Aguirre quien expuso sobre Gonzalo Guerrero; Adolfo Favieres, embajador del WTTC y Margarito Molina que habló sobre la diversidad cultural en Quintana Roo. La mesa fue moderada por el periodistas Humberto Mussachio.
La discusión versó en torno al origen del mestizaje con dos premisas claras: el mestizaje que surgió con el matrimonio de Gonzalo Guerrero, el soldado español perdido que se integró a la comunidad maya y se casara con Ix Chel Ka’an, siendo así la primera familia compuesta por un español y una indígena.
La otra historia del mestizaje, quizás la más conocida es resultado de la violación del extremeño Hernán Cortés a Malinztin (Malinche) con quien procreó también hijos pero como producto de un ataque sexual.
Ahora bien, ¿en qué mestizaje queremos basar nuestra identidad?, ese fue uno de los puntos a tratar, ¿en la familia creada por Gonzalo Guerrero que incluso murió luchando a favor de los mayas contra los españoles? o ¿en la violación que Hernán Cortés y sus soldados propinaron en la campaña de conquista?
Se explicó que el mestizaje va más allá de lo estrictamente sanguíneo, es decir, los cambios en la cultura, la gastronomía, la vida diaria, el sincretismo, en fin, decenas de rubros donde este hecho ocurrió en ambas direcciones, evidentemente bajo el yugo del salvaje sometimiento español sobre los pueblos indígenas pero, con la consecuencia de que, permearon elementos mesoamericanos en la vida diaria de los españoles durante los siglos que duró la colonia.
España misma —como se recordó en la mesa— es producto del mestizaje también, desde la invasión romana, visigoda y esa de la que más heredaron cosas los españoles y de la que menos les gusta hablar: la invasión y sometimiento árabe durante más de 7 siglos.
Esos españoles producto de la mezcla de razas y la enorme influencia árabe (fonética, sanguínea, artística, cultural, gastronómica) son los que llegaron a hacer otra mezcla con Mesoamérica.
Dento de todas las posiciones encontradas, la convergencia es que el mestizaje nos da un sentido de identidad heterogénea, no homogénea como plantea la historia oficial y, a partir de eso, se pueden solidificar los lazos de unión nacional y mostrarlas al mundo que nos ve, nos escucha y nos visita.
Mestizos somos, no solo de sangre.