Lucha política en la CDMX
¬ Augusto Corro jueves 7, Jun 2018Punto por punto
Augusto Corro
La candidata de la coalición “Juntos Haremos Historia”, Claudia Sheinbaum, se perfila como futura jefa del gobierno en la Ciudad de México (CDMX).
Lo anterior, se desprende de la última encuesta en la que aparece en primer lugar con el 54 por ciento de las preferencias electorales.
La alianza mencionada la integran el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el Partido del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES).
De acuerdo con la encuesta de “Reforma”, la aspirante Alejandra Barrales, del bloque electoral “Por la CDMX al Frente”, se encuentra con el 25 por ciento de la intención del voto. Dicho frente está conformado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC).
Mikel Arriola, el abanderado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) registra sólo el 13 por ciento de las preferencias.
Los otros candidatos para gobernar la CDMX son Mariana Boy, candidata del Partido Verde; Lorena Osornio, aspirante independiente; Marco Antonio Rascón, del Partido Humanista y Purificación Carpinteyro, de Nueva Alianza, están en el sótano de porcentajes.
A menos de un mes de las elecciones será difícil que cambie el panorama político actual en materia de preferencias electorales.
En caso de que se realice una batalla final entre dos coaliciones, estas serán las de Morena, PT y PES contra PRD, PAN y MC. Si en el Revolucionario Institucional capitalino le echan ganas, podrían mejorar su posición. Aunque parece imposible.
De la coalición “Por la CDMX al Frente” con Alejandra Barrales, abanderada perredista, se anuncia una derrota esperada. Un tanto por las acusaciones en su contra por enriquecimiento inexplicable y porque su partido se encuentra en vías de extinción.
Únicamente podría mantenerlo con vida artificial la votación que registrara Acción Nacional. Quizás esa fue la idea original para que el PRD se aliara con el PAN, en una acción desesperada para mantenerse con vida.
De que otra manera se explicaría el hecho de que dos partidos con ideas y principios diferentes decidieran unirse si no fuera por necesidad de sobrevivir. En caso de que superen esa situación, tendrán que continuar con Acción Nacional para constituirse en oposición en el próximo sexenio.
El PRD vive momentos difíciles después de que se mantuvo en el poder en la CDMX por más de veinte años. Los gobiernos emanados de esa agrupación política defraudaron a los capitalinos, quienes desde las últimas elecciones empezaron a cobrársela.
Los dirigentes del partido del sol azteca extrañan aquellas votaciones extraordinarias en las que arrasaban en las elecciones. Por ejemplo, Miguel Angel Mancera llegó al poder con el 63.58 por ciento de votos. Al final, sólo tres de cada 10 capitalinos aprobaban su gestión.
Y fue el propio Mancera quien se encargó de echar por la borda su capital político. Sin terminar los seis años de jefe del gobierno capitalino, decidió abandonar el barco para aventurarse en la búsqueda de un escaño en el Senado.
Le dejó el tiradero a un sustituto y a Alejandra Barrales que no encuentra la forma de justificar el sinnúmero de problemas que se abaten sobre los habitantes de la CDMX y ciudades circunvecinas.
El PRD sería el único partido con posibilidades mínimas de enfrentar a la coalición “Juntos Haremos Historia”. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) capitalino se encuentra sin armas para esta batalla. Mikel Arriola, su candidato, un priísta improvisado, llegó a esa organización política sin idea de lo que tenía qué hacer.
Durante la campaña, su mayor mérito consiste en atacar implacablemente a Alejandra Barrales, a quien la acusa de enriquecerse inexplicablemente, para esto le saca a relucir la lista de sus casas, que valen muchos millones de pesos, en la CDMX y en Miami.
Por cierto, en el PRI las cosas no marchan bien. En la capital la estrategia política no le funciona a Arriola.
Sus pronunciamientos, parece que son a nivel personal. Nadie le dijo que los capitalinos en su mayoría son antipriístas, que votan por la izquierda.
El escenario está preparado para el triunfo de Claudia Sheinbaum. Los otros partidos políticos la ayudaron a ganar, pues escogieron a la adversaria principal, Alejandra Barrales, con un historial en su vida política, nada ejemplar.