Disparidad social y política
¬ Augusto Corro miércoles 6, Jun 2018Punto por punto
Augusto Corro
Poderoso caballero es don dinero. A los ricos los atienden en sus oficinas. A los pobres ni los pelan, como se dice.
La reflexión viene a cuento, porque los dueños del dinero, ese sector de unos cuantos, pero dueños de México, sí pueden llevar a los candidatos presidenciales a platicar en lo oscurito.
Los hombres de negocios, metidos de lleno en la política, decidieron enfrentarse al aspirante de Morena, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pero no les dio resultados favorables su estrategia.
Mientras más atacaban al tabasqueño, más votos conseguía el morenista. Cambiaron de táctica e invitaron a los candidatos a su guarida para conocer de cerca y de frente que esperan de ellos en caso de ganar la Presidencia.
Y claro, se hizo la invitación formal a los candidatos y los cuatro asistieron puntuales y animados. Supongo. La verdad de lo que hablaron, algún día la conoceremos.
¿A quién benefició o beneficiará el desfile de AMLO, Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Jaime Rodríguez en la reunión con los super ricos del Consejo Mexicano de Negocios?
Sin duda, a los organizadores del evento. Casi es seguro que recibieron la promesa de que sus fortunas no serán tocadas por ninguno de los que llegue al poder. Faltaba más.
No importa que sus riquezas sean amasadas con sangre y muerte, como ocurre con la explotación de las minas. Basta recordar las tragedias de Barroterán y Pasta de Conchos y sus decenas de muertos y sepultados.
Es evidente la importancia que los candidatos le dan a ese club de millonarios. No ocurre lo mismo con los más de cincuenta millones de mexicanos que viven en la pobreza.
Se va a terminar la temporada electoral y no se vio ninguna foto de los presidenciables con los verdaderos pobres, en sus casuchas de lámina, que esperan recibir algún beneficio de sus gobernantes.
Son la gente humilde, los acarreados de siempre, los que llegan a conocer a sus candidatos en mítines con templetes con políticos a los que no pueden acercarse. Sexenio tras sexenio y ellos siguen sumidos en la pobreza.
Conforme transcurre el tiempo, los más necesitados suman ejércitos pues siempre resultan afectados por los fenómenos naturales: ciclones y terremotos.
¿Vamos a ver una foto de los presidenciales en el campamento de los damnificados en pláticas privadas para implementar estrategias que les resuelvan sus innumerables problemas?
Es posible que no ocurra, no por lo menos de manera inmediata. Los pobres, ya está visto, no influyen en el destino de México, no importa que sean mayoría.
EL TRISTE CASO DE ANAYA
¿Qué pasó con Ricardo Anaya? ¿Cuáles fueron los errores que lo anclaron en las encuestas en un segundo lugar? ¿Para muchos en tercer lugar?
Es posible que su falla mayor fue la coalición de su partido (Acción Nacional) con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC).
De entrada, los propios militantes blanquiazules se inconformaron con la alianza de partidos que ni tienen los mismos principios y sí pasados llenos de historias negras, truculentas. Organizaciones que caminan con el puro cascarón.
Es el caso del PRD. Anaya escuchó el canto de las sirenas entonado por Miguel Ángel Mancera, obcecado con su gobierno plural, ahora un cartucho quemado.
Sin embargo, el ex mandatario capitalino sí influyó para darle vida a la coalición Por México al Frente, con el mensaje de debut y despedida si no cambia la situación de hoy al 1 de julio, pues las encuestas dan como ganador a Andrés Manuel López Obrador.
Anaya no pensó en desmantelar a Acción Nacional y en las consecuencias que le acarrearía dividirlo. El partido se debilitó y no se sabe cuántos panistas votarán por el “joven maravilla” en el “Día D”.
Lo que sí se conoce es que después de las elecciones el Frente se desmantelará automáticamente. Anaya tendrá que rendir cuenta de sus errores y seguramente será a vivir a Atlanta, Estados Unidos, lugar de sus preferencias.
Otro de los errores del panista fue enfrentar de lleno al presidente Enrique Peña Nieto. Error táctico. Simplemente a nivel del PRI el pleito ya tenía su importancia.
También, los asesores de Anaya no tuvieron éxito en su campaña en los medios digitales. La frialdad del candidato no encendió pasiones. Sabemos que es un estuche de monerías: músico, charro, escalador de estructuras metálicas, motociclista, etc., pero sin un mensaje político atractivo. Un discurso que no convence a los jóvenes.
En fin, el “joven maravilla” no supo aprovechar los recursos y las oportunidades soltar el ancla y avanzar en las encuestas.