El reflejo de una Presidencia
¬ José Antonio López Sosa miércoles 6, Jun 2018Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Los números con relación a las preferencias electorales, encuestas y sondeos con vísperas a las elecciones del próximo primero de julio, representan en el caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), un reflejo de la aceptación y la popularidad del presidente Enrique Peña Nieto.
Con niveles por debajo del 18 por ciento de aprobación, ese mismo porcentaje es más o menos, el que el candidato de este partido, José Antonio Meade, ha obtenido en las encuestas y sondeos, pero ¿por qué?
Es evidente que la decisión de poner a Meade como candidato del PRI fue del presidente Peña y no de los militantes o líderes del PRI, si le sumamos que, el propio Peña Nieto instruyó a sus cercanos Aurelio Nuño y Enrique Ochoa a meterle mano a la campaña, el resultado que obtendría no sería distinto del que da su aprobación como presidente. Los números lo han comprobado.
Por más que se ha querido, o se quiso, alejar a Meade del presidente Peña y de la marca PRI, su campaña tuvo yerros semejantes en comunicación y efectividad, a los que desde 2012 ha tenido la Presidencia de la República.
Juárez Cisneros llegó a rescatar lo que se pueda, pero la debacle del PRI en esta elección tiene nombres: Enrique Peña Nieto, Aurelio Nuño, Luis Videgaray, Enrique Ochoa, entre otros ilustres cercanos al presidente saliente.
Es una pena por José Antonio Meade, quizá de haber sido candidato de Acción Nacional (cosa impensable ante la ambición desmedida de Ricardo Anaya), sus números irían mejor y estarían cerca de remontar a López Obrador, pero no fue y Meade tiene que cargar con esas cadenas llamadas PRI.
Los resultados que obtenga el PRI en la elección presidencial, varíen o no con relación a las encuestas, serán el reflejo del trabajo y la aceptación que el presidente Peña tiene en el país.
Que lo entienda quien tenga sensatez y que lo maquille quien por interés o de forma gratuita, quiere seguir aplaudíendole al PRI.