Autómatas cibernéticos
Freddy Sánchez martes 5, Jun 2018Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Algunos afirman que los “millenials” definirán la sucesión presidencial, pero otros aseguran que eso es mentira.
Porque esa generación, que según ciertas afirmaciones, nació antes de iniciar el nuevo milenio, ni siquiera se pone de acuerdo en su propia definición, carece de identidad única, no comparte las mismas ideas ni ideales y lejos está de haberse aglutinado en un sector con propósitos electorales unificados y definidos a favor o en contra de una ideología, partido político o candidato alguno, trátese de representante de uno o varios institutos políticos o se considere independiente.
De tal suerte que contra la afirmación de que más del cincuenta por ciento de los electores en potencia, son parte de esa generación de los llamados “millenials” que le dará o no a López Obrador la batuta para gobernar al país (en caso de que se confirme la tenencia de las preferencias electorales hasta ahora conocidas), los que dudan de tal poder electoral de un solo sector social en el país sustentan su creencia en la siguiente reflexión.
Los “millenials”, que según el parecer de unos nacieron entre 1980 y 1999 (mientras que otros piensan que esas fechas de nacimiento que se atribuyen a estos connacionales, no corresponden a la realidad), no serán un factor decisivo en la elección presidencial por una sencilla razón.
Siete de cada diez personas de esa generación, no tienen definido su voto, además que no existe la certeza de que todos los “millenials” vayan a votar, tampoco si en un momento dado se modificará su intención de voto en el último momento, entre los que se decidan a acudir a las urnas y menos que la mayoría de estos potenciales votantes, en caso de no apoyar a López Obrador, dejarán de votar, anularán su voto o se inclinarán en favor de José Antonio Meade, Ricardo Anaya o “El Bronco”.
La gran incógnita sobre lo que harán o dejarán de hacer los “millenials” con motivo de la sucesión presidencial, obedece a varias razones.
Una de éstas, se apoya en que si bien estamos hablando de una generación con amplio acceso al internet y la información en general, eso no significa que sean los mejor informados.
Qué tanta y qué clase de información ha moldeado sus criterios para juzgar el desarrollo de la vida nacional y mundial, en pos de adoptar una preferencia electoral ampliamente razonada y sensata, inclinada a una opción perfectamente clara, es otra de las interrogantes que se ciernen sobre el futuro comportamiento de los “millenials”.
De modo que anticipar por qué candidato votarán o no votarán (si es que votan), es de plano un adivinanza.
Los “millenials”, en el mejor de los casos, si es que muestran inteligencia para hacer valer sus preferencias electorales, en favor de una u otra opción que ofrecen los distintos aspirantes a despachar en Los Pinos, seguramente, se inclinarán por López Obrador, si es que lo quieren ver ganar, o de plano votarán por el segundo más fuerte en las encuestas electorales, a fin de evitar que gane la Presidencia el tabasqueño.
Porque de eso se trata la futura sucesión presidencial frente a la disyuntiva de estar a favor del López Obrador o en contra de él para que llegue o no a ser presidente.
Bajo esta perspectiva, los “millenials” podrán ser un factor decisivo, únicamente en la medida en que ciertamente hayan logrado convertirse en un sector social bien informado, equilibrado y juicioso.
Y eso requiere que no sean el triste remedo de electores influenciados por la retórica política electoral que los convierte en “acarreados” partidistas o lo que podría ser igual para el caso de los “millenials”, “amamantados” por basura informática que los ha degradado a la penosa condición de autómatas cibernéticos.