Asesinan a periodista
¬ Augusto Corro jueves 31, May 2018Punto por punto
Augusto Corro
Héctor González Antonio, corresponsal de Excelsior e Imagen TV, fue asesinado a golpes en Ciudad Victoria, Tamaulipas.
El cuerpo sin vida del comunicador fue encontrado en una calle la mañana del martes.
La mencionada entidad se encuentra sumida en la violencia desde hace varios años debido a las pugnas entre los cárteles de la droga.
La semana pasada la comunicadora Alicia Díaz González fue ultimada a golpes en su casa en Monterrey, Nuevo León.
El periodista Juan Carlos Huerta fue asesinado el 16 de mayo en Villahermosa, Tabasco.
El 21 de marzo, Leobardo Vázquez Atzin fue asesinado a balazos. Trabajaba para el periódico La Opinión, de Poza Rica.
El 5 de febrero pasado, Leslie Ann Pamela Montenegro fue ejecutada por un grupo de hombres armados. Publicaba videos satíricos en You Tube. Cuestionaba a políticos locales y denunciaba casos de corrupción.
El 13 de enero del presente año, el columnista Carlos Domínguez Rodríguez fue asesinado a tiros en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
De los asesinos de los comunicadores nada se sabe. Cabe señalar que las autoridades nunca mostraron interés por aclarar los homicidios. Los criminales gozan de impunidad total.
En lo que va del presente sexenio 42 periodistas pagaron con su vida. Además se registraron dos mil agresiones a reporteros.
El 2018 que corre suman ya seis los periodistas ultimados.
Se desconocen las causas de la muerte de Héctor González Antonio. Las autoridades informaron que se abrirá un expediente para esclarecer el asesinato.
Sabemos de antemano que mienten, porque el caso se archivará como un crimen más de la delincuencia organizada.
En este espacio ya señalamos que los periodistas se encuentran indefensos ante los ataques criminales de la narcodelincuencia y de los caciques políticos dueños de vidas y haciendas, principalmente en la zona norte del país.
Trump de nueva cuenta
El tema de la construcción del muro fronterizo entre la frontera de Estados Unidos y México es una obsesión en la mente enfermiza del presidente Donald Trump.
En cuanto se le presenta la oportunidad recalca que la barda se levantará y que México pagará la obra. Así lo dijo el martes pasado. Solo que esta vez, el presidente Enrique Peña Nieto le contestó en inglés y en español que nuestro país nunca pagará el muro.
La negativa de Peña Nieto es un punto a su favor, aunque en nada cambiará la actitud cada vez más agresiva del anaranjado Trump.
Desde antes de su campaña electoral el estadounidense empezó a atacar a los mexicanos de quienes dijo que “traen (a EU) droga, delincuencia y son violadores”.
Esa cantaleta de la construcción de la barda y los ataques contra México se encuentran el repertorio cotidiano de agresiones a México por parte del magnate de la construcción.
Trump sabe que el gobierno mexicano, tibio y sumiso, no asumirá una actitud valiente para responderle con energía a sus ofensas y exigirle respeto.
La actitud de Peña Nieto tendría que ser más dura ante la cerrazón del mandatario estadounidense que vuela para paciente de siquiatra.
Propios y extraños le dijeron a Trump que la muralla fronteriza de nada servirá para detener significativamente el paso de drogas e indocumentados.
Pero el anaranjado funcionario no escucha consejos.
Aislar a su país con la barda no le funcionará para detener a los migrantes, porque estos llegan con visa y por avión y las drogas entran por túneles y aeropuertos.
Son muchos los caminos para surtir de estupefacientes al mercado más grande del mundo si se habla del número de drogadictos.
El hilo negro
El secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, reconoció el “crecimiento inusitado en los índices de delitos de alto impacto en diversas regiones del país”.
La declaración del funcionario México lo tiene comprobado desde hace más de once años a raíz de la llegada al poder del panista Felipe Calderón Hinojosa.
Al mandatario blanquiazul se le ocurrió enfrentar a la delincuencia organizada y se desató una guerra que la fecha lleva registrados decenas de miles de muertos.
Con lo anterior se sucedieron delitos de menor, medio y alto impacto en todo el país. ¿Qué novedad encierran las palabras de Navarrete Prida? Ninguna.
¿De qué sirve conocer el índice de los delitos si la espiral de violencia continúa en franco ascenso?