Combate a la inseguridad
¬ Augusto Corro martes 29, May 2018Punto por punto
Augusto Corro
Son múltiples las demandas para una mayor intervención en el combate a la inseguridad, que se extendió por todo el país.
Todos los días las noticias nos muestran el sinnúmero de víctimas de la violencia. Parece que ninguna autoridad se interesa por la suerte de la sociedad que en los últimos sexenios cayó en la era del terror y el miedo.
La inseguridad y el crimen caminan de la mano ante la impotencia de las autoridades, obligadas a ofrecer protección a las personas y sus propiedades. Ocurre lo contrario. Hace tiempo que se volvió nula la presencia de los representantes de la ley. Simplemente, la imagen deteriorada de los policías nadie la respeta.
Los linchamientos nos reflejan la justicia por mano propia debido a la ausencia de autoridades que apliquen la justicia. La inseguridad no tiene límites. Los efectos de terror y miedo que provoca mantienen a la sociedad en un temor permanente.
Por ejemplo, a un banco se va con miedo, se sube uno a un transporte público, con la sensación de que algo grave puede ocurrir; caminar por las calles también preocupa, porque éstas son de los asaltantes.
Las ciudades son inseguras. Basta con revisar los índices de criminalidad que crecen cada día. La diversificación de delitos también llama considerablemente la atención. El número de feminicidios es muy alto.
Las venganzas, ajustes de cuentas o levantamientos entre la gente delicada a la política se realizan ante la impotencia de las autoridades que no saben cómo evitarlos.
Los asaltos a los transportes de carga y el robo de combustibles se ven como “actividades” diarias, que ya no llaman la atención. Las acciones de extorsión (cobro de piso) es un delito que nadie atiende.
Ante ese panorama de inseguridad y crimen, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) urgió al gobierno que se dé inició a la reforma en seguridad pública, “lo más pronto posible”.
El organismo patronal tiene todo el derecho de solicitarles a las autoridades un mayor compromiso en el combate a la delincuencia, pero los resultados no serán inmediatos.
Pues tendría que plantearse, primero, una estrategia integral, como lo sugiere Coparmex, en la lucha contra la delincuencia que incluiría “prevención del crimen, profesionalización de la policía, considerar acciones de procuración de justicia, mejorar y actualizar las leyes penales, así como el sistema penal”.
Es decir, partir de cero.
No es imposible lo que plantea dicho organismo patronal, sólo que tendrá que transcurrir mucho tiempo para empezar a ver los cambios.
Para empezar, es necesario conocer si el gobierno tiene el interés real de cumplir con la obligación de cuidar y proteger a la sociedad.
No olvidar que el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto termina el último día de noviembre y que seguramente tiene otras prioridades qué atender y resolver.
Mientras, en el país, en algunas entidades la violencia y el crimen llegaron a niveles nunca antes vistos.
Tan sólo el mes pasado se registró un promedio de 90 asesinatos diarios.
La Coparmex declaró que “la inseguridad está dejando un severo daño económico”. Pues sí, nadie se interesó en combatir a la delincuencia y ahora tenemos los resultados negativos que nos agobian.
LOS RANCHOS ASEGURADOS
Las autoridades incautaron cuatro ranchos al ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, quien se encuentra prófugo de la justicia, en Estados Unidos (EU). Tiene ocho solicitudes de extradición de las autoridades mexicanas.
Suman ya 24 propiedades aseguradas al ex mandatario, derivadas de las investigaciones por el delito de enriquecimiento ilícito.
Los ranchos mencionados se localizan en el municipio de Balleza, Chihuahua: “El Molino”, con una superficie de 28.74 héctareas; “Las Granjas”, de 9.35 hectáreas; “Loma Alta”, 133.28 hectáreas; y “Los Nogales” (una huerta) con 951 metros cuadrados.
César Duarte es uno más de los gobernadores que saquearon el tesoro público durante su administración. Los otros son Javier Duarte, de Veracruz; y Roberto Borge, de Quintana Roo. Los tres, incluido César Duarte, integraban un grupo orgullo de priístas.
Javier y Roberto se encuentran en la cárcel en espera de ser juzgados, también, por sus delitos que incluyen el peculado y enriquecimiento ilícito.
Bueno, pues César se reveló como un gran coleccionador de bienes inmuebles, principalmente de ranchos, pues ya le incautaron ocho.