Obnubilación catastrófica
Freddy Sánchez martes 29, May 2018Precios y desprecios
Freddy Sánchez
“De todos modos Juan te llamas”. Refrán, título de película, nombre de canción o expresión coloquial.
Un dicho más que ah doc para describir el panorama que tiende a pintarse en nuestra nación, con motivo del desenlace de la sucesión presidencial.
Y es que de plano todos los vaticinios lo ponen a uno con “los pelos de punta”.
Que si uno no vota por López Obrador, inequívocamente la corrupción, impunidad y delincuencia seguirán al alza.
Que si se atreve a votar por el tabasqueño, además de que eso seguirá igual o peor, en unos años nos estaremos medio matando por los raquíticos apoyos institucionales dados a sumisos devotos de los gobiernos populistas, hasta que se acaban los dineros disponibles en el erario y sobreviene el caos y la tragedia como en Venezuela y Nicaragua.
Que esos son “puros cuentos” de la oligarquía moderna, amante de la estabilidad macroeconómica, promotora de la generación de inmensas riquezas sólo para repartirse entre los más ricos, según sea su nivel de riqueza y entre más alto éste sea, mayores sus ganancias, aunque a la sociedad en general se la lleve la fregada.
Que más bien votar por Morena, justamente, traerá la peor y más deleznable crisis económica nacional, en perjuicio de los integrantes de la sobreviviente clase media, el sector popular e inevitablemente los pobres, puesto que cuando se “cierre la llave” a los multimillonarios, éstos simplemente buscarán a dónde irse fuera del país con sus grandes fortunas.
Que tal cosa no sucederá, porque López Obrador tiene buenas relaciones con diversos empresarios importantes, afines a sus programas de gobierno, además de que tendrá los medios para convencer a otros para adaptarse a las nuevas políticas públicas y echará mano de toda la fuerza de la ley para actuar contra los grandes empresarios que pretendan seguir haciendo negocios al amparo de la corrupción.
Que más bien los que sentirán y sufrirán las persecuciones judiciales, difícilmente serán los oligarcas hoy, ufanos de sus grandes capacidades de hacer dinero con los “contactos” que les da su poder económico, puesto que ante el primer intento de afectar intereses de los “tiburones del dinero”, la mayoría se podrá a salvo de cualquier manera y esto hará que la persecución se limite a medianos y pequeños empresarios.
Una razón más para temer que la economía nacional se quebrante y a la postre eso provoque una suma de acciones institucionales desesperadas con el saldo previsible en estos casos: descontento popular, protestas callejeras, riñas entre conciudadanos (de un lado los apoyadores incondicionales del régimen y por el otro los afectados a causa de que los beneficios institucionales jamás alcanzan para todos), como tristemente sucede actualmente, aunque con una enorme diferencia.
Los ricos, despreocupadamente, sin el más mínimo ápice de buenos sentimientos hacia sus semejantes, se hacen inmensamente más ricos, dejando al paso de sus acumulaciones voraces de riqueza, desesperación y malestar entre los que en la actualidad suman millones de afectados por el capitalismo bestial, razón por la que, obviamente, ya no soportan más sacrificio y piensan que el camino a su bienestar está en votar por Andrés Manuel López Obrador.
Lo que sus opositores por millones también pretenden hacer ver que sería un acto de inconsciencia y de falta de razonamiento que puede traducirse en un deplorable y funesto futuro para el país, pero esta visión y la contraria, tal parece que se asemejan a una misma obnubilación catastrófica.