Koko The Clown, el payaso que revolucionó el arte de la animación
Opinión lunes 28, May 2018De la carpa a las letras
Arturo Arellano
Max Fleischer, pionero en la creación de dibujos animados, padre de la famosa, divertida y sensual Betty Boop, y además responsable de llevar al cine a Popeye y a Superman animado. Pero… ¿Qué tuvo que pasar antes de que este talentoso creativo alcanzara todos sus éxitos? La respuesta aquí te la platico; se trata de Koko, uno de los primeros payasos animados de la historia, su hijo discreto, pero cuyas películas y extraordinaria animación e historias darían pie a sus posteriores éxitos, por los que ahora es recordado.
Max Fleischer trabajaba como editor de arte para la revista Popular Science Magazine en 1915, cuando convencido de que podía mejorar la calidad desigual de las primeras películas de animación, se propuso crear un mecanismo mediante el cual los animadores pudieran utilizar la cinta de acción en vivo, como guía para dar vida a sus dibujos, dando así a los personajes animados un movimiento más fluido, humano y real. Más tarde presentó una solicitud de patente para el resultado de sus experimentos, un artilugio al que llamó rotoscopio y con la ayuda de sus hermanos, construyó el prototipo en la sala de su casa, donde se pusieron a trabajar, creando una película animada, que demostraría el increíble potencial del invento.
Fue en este momento cuando los Fleischer crearon su primer personaje animado: el travieso, divertido y hoy para muchos bastante profundo “El pequeño payaso”. Max buscaba crear un personaje de lenguaje universal, por lo que se le ocurrió la idea del payaso, ya que se comunica principalmente a través de la pantomima. En tanto, Max también contaba con un referente maravilloso, su hermano menor Dave, que trabajaba como payaso en el parque de atracciones Steeplechase, de Coney Island.
Siendo hijos de un sastre, los hermanos Fleischer tuvieron acceso a la tela que Dave usó para crear su disfraz negro y holgado, con grandes pompones en el frente, guantes blancos y un sombrero, lo cual proporcionó a Max precisamente el tipo de imagen nítida y de alto contraste que estaba buscando, pues eso haría más fácil el trazado de las imágenes filmadas, utilizando el rotoscopio, además el limitado color del paladar se adecuaba perfectamente a la película en blanco y negro.
Con el rotoscopio construido y Dave jugando el papel destacado del payaso, los hermanos se pusieron a trabajar probando el invento de Max. Filmaron a Dave, jugueteando con su atuendo de payaso en el techo de su edificio y luego pasaron la mayor parte del año siguiente creando concienzudamente nuevas imágenes dibujadas a mano, para unir cada fotograma de la película original, creando finalmente unos 2,500 dibujos individuales. El resultado final: una película notable, que duró solo un minuto, pero que revolucionaría el arte de la animación y cambiaría su manera de hacerla para siempre.
Max llevó su película de “El pequeño payaso” a varios estudios, tratando de interesar a uno de ellos en este nuevo proceso de animación. Finalmente, en 1916, llamó la atención del pionero del cine J.R. Bray, quien lo contrató para trabajar en su estudio, pero justo cuando Max y su pequeño personaje parecían listos para su gran oportunidad, Estados Unidos entró en la Primera Guerra Mundial y Max tuvo que trabajar en una serie de películas de entrenamiento militar para el estudio Bray, mientras que las películas de payasos fueron encajonadas. Al final de la Primera Guerra Mundial, Max pudo regresar a su proyecto y aunque sus películas comenzaron a llegar a los cines rápidamente, no fue hasta 1920 cuando el personaje comenzó a aparecer en cines de todo el país y se convirtió en una sensación. Para 1921, el pequeño payaso se había vuelto tan popular que Max y Dave decidieron que era hora de salir solos y lanzaron su propio estudio de animación “Out of the Inkwell, Inc.”. Sorprendentemente, no fue sino hasta 1923 que el payaso de Max finalmente tuvo un nombre, durante años lo habían llamado “El pequeño payaso” o “El payaso de Fleischer”, pero todo eso cambió cuando los Fleischer contrataron al animador Dick Huemer, con quien finalmente decidieron llamarlo Koko, el payaso que cambió la historia de la animación.