Del colosidio a la pejelipotomia
Alberto Vieyra G. jueves 24, May 2018De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Qué ocurriría si AMLO ganara la silla presidencial y muriese a causa de la pejelipotomia que padece y en ejercicio del poder?
¡Vaya pregunta!, que formulan mis tres lectores y radioescuchas, quienes también quieren saber sobre el procedimiento constitucional para nombrar candidato presidencial en caso de que alguno de los actuales candidatos presidenciales muera o tenga que dejar la contienda por alguna enfermedad grave.
La ley electoral reza que en caso de enfermedad grave o muerte de alguno de los ungidos, si ocurre un mes antes de las elecciones el partido podrá nombrar un candidato sustituto. Después de ese término nada se contempla en la ley.
El colosidio de 1994, ocurrió cuando apenas comenzaban las campañas presidenciales en marzo de ese año, así que no hubo el mayor problema para que el PRI cambiara de caballo a mitad del río.
Como reguero de pólvora ha corrido por todo México la versión de que el peje está gravemente enfermo de una lipotimia que le impide bombear correctamente la sangre a los pulmones y el cerebro, además de un crónico padecimiento de columna vertebral de cuyos padecimientos es atendido por el medico norteamericano llamado Félix Dolorit, uno de los neurocirujanos más prestigiados y mejor pagados del mundo.
En otras palabras, AMLO está enfermo del corazón, la columna, y de ¿La cabeza también?
No es ociosa la pregunta porque la lipotimia provoca entre otras cosas graves trastornos al cerebro como alucinaciones, cambios bruscos en el comportamiento del individuo, crisis convulsivas y ataques epilépticos, que deben ser atendidos con altas dosis de droga, que en el caso del peje corren a cargo de dicho galeno.
¿Y qué escenario jurídico, político ocurre ante la falta del presidente de la República mexicana? Ahí le va.
Los artículos 82 y 84 de la constitución mexicana rezan que:
En caso de “falta absoluta” del Presidente de la República, el secretario de gobernación en funciones asumirá provisionalmente el cargo del jefe del ejecutivo federal y convocará al Congreso de la Unión a sección extraordinaria para designar al nuevo mandatario.
El Congreso de la Unión o la Comisión Permanente nombrarán a un presidente interino si la muerte o enfermedad ocurriese trascurridos dos años en el ejercicio del mandato, pero si ese supuesto se da inmediatamente después de la elección presidencial, se nombrara a un presidente sustituto y en ambos casos, el Congreso de la Unión convocará en un plazo no menor de siete meses ni mayor de nueve meses a elecciones presidenciales extraordinarias, que nos volvería a costar una lanota una inestabilidad económica, un desgate emocional y político de los mil demonios.
¿Qué partido ejercería el mandato presidencial en caso de muerte o enfermedad de alguno de los candidatos? Anote usted.
Claro que sería mano el partido que haya ganado la elección presidencial, pero en caso de ingobernabilidad e inestabilidad política en el país, El Congreso de la Unión, es decir, Cámara de Diputados y Senado en sesiones de congreso podrían nombrar hasta un triunvirato, es decir, un ejecutivo federal integrado por tres individuos de diferentes corrientes políticas que representan principalmente a los poderosos grupos oligárquicos del país, como quien dice que serían tres presidentes de la republica a los que tendríamos que pagarles un billetote hasta el día en que se mueran y después a sus herederos, que ya ocurrió en México en los inicios del México independiente.
Así que el INE debería obligar, sobre todo a los candidatos presidenciales a someterse a un riguroso análisis clínico para que después no nos vallan a resultar loquitos y animales como Donald Trump.
Así que, los mexicanos tenemos que emitir un voto prudente y mil veces razonado con la cabeza y no con el hígado al revés, pero sobre todo evitar llevar al poder a alguien que está gravemente enfermo.