Emilio Gamboa transita su despedida
Roberto Vizcaíno lunes 21, May 2018Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Luego de 40 años en el primer círculo del poder en México, de vivir de muy cerca 7 sucesiones presidenciales, de ocupar los más importantes cargos públicos y de mantener un predominio de casi 18 años en forma alternativa en el Senado y la Cámara de Diputados, y de haber sido eje esencial para tramitar 35 reformas constitucionales (14 de ellas estructurales), Emilio Gamboa hace un balance de su último tramo que no llena siquiera una cuartilla, una hoja de cuaderno.
Entrevistado el viernes por Excelsior y el domingo por El Universal, Gamboa niega tener un restaurante o una gasolinera, menos aún ser socio en el World Trade Center o en Telmex, o en el sector de telecomunicaciones como algunos atribuyen
“He vivido de mi sueldo. Me han acusado de que he sido dueño de todo… ¡Ojalá tuviera el 0.1% de cualquiera de ésas!, y ahora que voy a dejar el Senado viviría muy tranquilo.
“Vivo muy tranquilo, porque no tengo ningún socio. Ninguno. Creo en la política como la actividad para servir a los demás y no servirse a sí mismo. En eso creo y en eso estoy, va a terminar mi carrera política cuando se termine”.
Dice que tuvo sin duda momentos duros con el presidente Peña Nieto por divergencias… escuchaba y pedía una tercera opinión para tomar una decisión…
Y afirma que las legislaturas 62 y 63, las de 2012 a 2018, son las más productivas de la historia de México donde salieron adelante y por consenso las 35 reformas constitucionales, dentro de las que van las 14 estructurales.
Acepta que le faltan 2 asuntos por demás importantes: el tema del fuero y el nombramiento del Fiscal General que buscará sacar en un extraordinario y para lo cual iniciará esta semana conversaciones con los otros coordinadores.
A pesar de los encontronazos y las ofensas, afirma que mantiene una buena relación y amistad con Manuel Bartlett, Carlos Puente, Fernando Herrera y Luis Sánchez.
Reconoce que en esto ya casi 6 años, tuvo la oportunidad de “vivir muy cerca del presidente Enrique Peña Nieto, de poder tener plena confianza de ida y vuelta con él.
“Le dije todo lo que pensaba, no me quedé con nada. Tuve momentos duros con él, como debe ser cuando le tienes cariño y confianza a un amigo”.
En estos años su mayor golpe y cambio de vida fue “el fallecimiento de mi mujer, acercarme mucho a mis hijos y a mis nietas, y la decisión de no dejar de trabajar. No tengo otra cosa más, lo único que hago es trabajar en el Senado, no pierdo tiempo en nada porque no tengo nada. No tengo una gasolinera, negocios, restaurante, una empresa. Nada. Ocupo las 24 horas del día pensando sacar las cuestiones difíciles del Senado.
Considera que el Pacto por México fue el acuerdo más importante alcanzado entre los partidos más sobresalientes del país.
Lo acordado y tramitado ahí luego sometió al Congreso a un gran trabajo. Las iniciativas y reformas se debatieron durante meses: seis la energética, casi un año la educativa, y tuvimos que salir del Senado a una sede alterna … fue un proceso muy difícil, afirma.
“Se transformó la Constitución como nunca en la vida del país, para bien, las reformas estructurales siempre tuvieron 100, 110 votos a favor, 20 en contra, 25 en contra, pero buscábamos siempre el mayor consenso entre las diversas fuerzas”.
De por qué se acabó el Pacto por México dice que cree que los mismos líderes de partidos y el Presidente Peña Nieto “vieron que habíamos aprobado demasiadas reformas estructurales, que todas tienen un contenido económico, todas, y vieron que tenían que irse ya mucho más despacio” y sobrevino un impasse.
Y recuerda que en todo este proceso el PRI nunca tuvo mayoría en el Senado. Que de 128 senadores, “nosotros tenemos 55 y 5 del Partido Verde, es todo”.
Así, a sus 67 años de edad y con 40 de ellos en los mayores niveles del podoer político, Emilio Gamboa transita su adiós.
Cumplirá los 68, en agosto, aniversario coincidente con el fin de la actual legislatura.
¿Quién dentro de los candidatos apuntados al Senado podría llenar su espacio? ¿Miguel Ángel Osorio Chong? ¿Quién?
¿Y quien ganó el debate?
Anoche en Tijuana, con dos horas de diferencia con el centro del país donde radica la mayor parte de la población de México, se realizó el segundo debate ahora entre los 4 candidatos presidenciales que quedaron luego de la renuncia de la independiente Margarita Zavala.
¿Y quién ganó? ¿Importa? ¿Acaso se modificaron las tendencias electorales? ¿No? ¿Entonces para que sirvió todo este show?
¿Lograron José Antonio Meade, Ricardo Anaya o Jaime Rodríguez, El Bronco tirar el voto de AMLO? ¿No?
¿Y ahora qué sigue?
Yo creo que independientemente de lo que haya pasado con los candidatos opositores a AMLO y sus partidos sólo les quedará el recurso de la operación política y mediática, la de una agresiva campaña de redes sociales como ocurrió en Estados Unidos con Donald Trump y Hillary Clinton.
Esa donde Cambridge Analytic, dicen quienes saben, modificó el voto a favor del locuaz millonario para colocarlo en la Casa Blanca, la de Washington no la de las Lomas.
Creo que ahora mismo ya hay en curso una gran operación electoral de los gobernadores –verdaderos dueños de las estructuras electorales de sus estados–, para definir a un posible ganador que obviamente no es Andrés Manuel López Obrador.
Y todo eso estará apoyado por los 36 mil empresarios de México y sus cúpulas que detentan las fortunas más increíbles en el mundo.
Y sin duda los grandes intereses económicos y políticos externos.
En medio están los 85 millones de mexicanos inscritos en la Lista Nominal que son quienes validarán con su voto esta elección.
Es aquí, en este universo de intereses y operaciones donde está el futuro real de México y no en los debates que no definen nada.
E. Cordero: yo votaré por Meade
Y como ahora todos juegan el gran juego de las elecciones, ayer el aún panista Ernesto Cordero, presidente del Senado salió a definir su voto: “Voy a votar por José Antonio Meade” adelantó a través de twitter, por dónde más.
Cordero, apoyó antes a Margarita Zavala, pero como esta renunció, pues ahora va con su amigo y ex subalterno en Hacienda.
Como si hubiera sido una mentada, con la piel muy delgada, el dirigente del PAN Damián Zepeda afirmó que Cordero «no representa al PAN».
Y José Antonio Meade le agradeció el apoyo porque sabe que a pesar de lo que diga Zepeda, Cordero sí jala votos entre los panistas, sobre todo entre quienes apoyaban a Margarita y que ahora se quedaron huérfanos de candidata.
La definición de Cordero fue aplaudida por Geli Mouriño, mamá de Juan Camilo Mouriño quien pidió a panistas votar por Meade.
Así, entre definiciones y operaciones que no se ven pero se sienten, camina este proceso electoral que no pocos ven con un resultado sorpresa el 1 de julio próximo a pesar de que López Obrador, sin la menor prudencia y humildad, dice frotarse las manos de gusto porque, según él, ya ganó.
Sí, cómo no…
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