Ara Malikian da clase de música en el Auditorio Nacional
Espectáculos viernes 18, May 2018- El concierto del llamado “Rockstar del violín” se volvió también un recorrido histórico enmarcado con sus magistrales sonidos
Arturo Arellano
Ara Malikian, violinista de origen armenio, se presentó en el Auditorio Nacional e hizo de lo que se esperaba sería un recital de música en su totalidad, con bastante charla, recuerdos y anécdotas sobre su historia y la de su país de origen. Con esto, Malikian demostró no sólo ser un extraordinario y virtuoso violinista, sino un gran orador, que es capaz de ofrecer espectáculos llenos de música, cultura y hasta risas, por el carisma con el que es capaz de conectar con su público.
El concierto arrancó antes de las 21:00 horas, cuando las luces del inmueble se apagaron, para dejar en penumbra el escenario, donde aparecieron los músicos de Ara Malikian en el concierto y posteriormente él mismo, para interpretar de inicio “Voodoo Child”, un hermoso tema de Jimmy Hendrix, seguido de un fragmento del extraordinario “Requiem” de Wolfgang Amadeus Mozart, con los que llevó al público a un ambiente de mediana oscuridad y tintes de nostalgia, contrario a lo que se podría esperar de un artista en este tipo de conciertos, que suelen arrancar con la energía muy en alto.
Sobre lo anterior, Malikian ya había advertido: “Me gusta ir contra lo normal, así que no esperen que el tema más aplaudido lo voy a dejar al final, esto será una charla amena y vamos ha tocar hasta que nos echen de aquí, porque tengo un repertorio de 17 horas y media para ustedes mis amigos mexicanos”.
Acto seguido, comentó “buenas noches, muchas gracias por estar aquí de nuevo en Auditorio Nacional. Mis compañeros y yo estamos agradecidos de que vinieran, son un público padrísimo y guapísimo. Ahora la dinámica es contar la historia de mi violín a través de la música. Este violín era de mi abuelo, que era un señor muy serio, toda la familia sospechaba de que tuviera alguna parálisis facial (risas), prque nunca se reía. Le llamaban el bailarín, pero por su temperamento no creo que alguna vez haya bailado en su vida. En agradecimiento a que me regaló este violín, le compuse un tema que espero esta noche, esté dónde esté, baile con nosotros por una vez”.
Más tarde, platicó que se pasó 4 años amenizando bodas judías por un malentendido, “fui a un concierto, pero traía mi violin en el maletín, una señora se me acercó a preguntarme algo en alemán, pero no entendía y lo único que sabía decir en alemán era ‘sí’, así que me la pasé diciendo que sí a todo, depués un hombre me tradujo y me hizo saber que me habían preguntado si era judío y que ya me había comprometido a amenizar la boda de la hija de aquella señora y de algunas otras más (risas). No soy judío, pero me pasé amenizando bodas judías por 4 años, porque la paga me venía bien”. Aquí hizo un fragmento de temas de su autoría inspirados en los sonidos de la música judía.
Posteriormente, contó una anécdota de su paso por la escuela de música en Europa, donde “todos mis compañeros tenían violines de luthiers importantes, pero el mío es herencia de mi abuelo, así que me inventé que lo había hecho el mejor de los luthiers ‘Alfredo Ravioli’, que por supuesto no existe, yo lo inventé, hasta ahora no sé si mis compañeros de clase me lo creyeron, pero yo me lo creí tanto, que hasta le compuse una canción”, dijo e interpretó “Brocken eggs”.
En este punto, Ara ya tenía cautivado al público en el Coloso de Reforma, por su talento y carisma, pero las sorpresas no terminaron, pues se dio el lujo de interpretar “La campanela”, de Niccolo Paganini, una de las obras más complejas en la historia del violín y que aún con eso, el artista se permitió jugar e incluir un guiño sonando “La cucaracha” a media interpretación de la magistral pieza, en la que su percusionista, de manera muy divertida se encargó de tocar la campana. Dentro de su repertorio también incluyó “Kashmir” de Led Zeppelin, “Misirlou”, banda sonora de la cinta “Pulp Fiction”, “El vals de Kairo”, tema que e compuso a su hijo, algún tema de Radiohead y finalmente toda una obra inspirada en la oscuridad del genocido que sufrió Armenia y del que sobrevivió su abuelo, gracias al violín, que actualmente Ara sigue tocando.